tag:blogger.com,1999:blog-154762342024-03-23T14:33:58.599-04:00Las Aventuras en el Planeta AzulDINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.comBlogger121125tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-52925525571219362662013-09-06T15:36:00.000-04:002013-09-06T15:37:55.896-04:00Para David..<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">David! David! David Pepe!
Cocutzzi! <span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;">Dr. Boppy!, Soldado
Lauterbach!, Octagón! Boru! gritaba su Mamá mientras el pequeño parecía no estar
interesado en abrir sus ojos. Un suspiro y un estirón siguieron, pero aún sin
abrir los ojos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Todo había comenzado un tiempo atrás, nueve
meses en tiempo terrestre, infinito en su memoria, David había escapado en su
nave especial, hacia el espacio sideral, corriendo David Pepe, sin dejarse
atrapar, lleno de todo aquello que se puede divisar, todo en realidad es
posible mientras se pueda pensar. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Raúl era un tiburón, no muy común por demás, no
tenía dientes víctima de un hechizo<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>lejano y efectivo realizado por la bruja del sombrero puyudo. Asustado y
hambriento llegó a la playa en donde David descansaba tranquilo, hacienda
castillos de arena y tomando piña colada, sin alcohol por supuesto.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">David notó que el tiburón estaba un poco triste
y se acercó con la cautela debida pues tiburón es tiburón. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Después de meter su mano en la boca del
tiburón que solo tenía baba, David se metió al mar y comenzó a platicar con el
tiburón, hablaron de la nada y del todo, de lo claro y lo oscuro, de aquello y
de lo otro, de lo mucho y lo poco, hablaron sin cesar, hablaron sin parar. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Como quitar el hechizo al tiburón hizo a David
pensar, una dentadura postiza? o simplemente aprender a llevar. Al rato
llegaron unas almejas, dos estrellas de mar, tres caballitos de mar y un atún,
quienes hicieron compañía a Raúl, el cual ahora disfrutaba de una piña colada
tomada con pitillo y sin tener que masticar nada. La compañía le hizo olvidar
su pena desdentada que parecía nunca terminar, David sonrió sin dientes que
mostrar y esto hizo que el tiburón volviera a navegar.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES-VE;">Se puso en pie y se dirigió a la Refinería de
Baba, lugar en donde se refinaban 1,289,889 millones de barriles diarios de
baba para ser repartidos en toda la galaxia. David era el ingeniero jefe del
“Complejo Refinador DFDU” en donde minuciosamente se almacenada y procesaba
toda la baba que David botaba durante el día. Después de verificar que todo
estaba en orden y que los barriles de colores y con una foto de David estaban
listos para ser transportados David bostezó y cayó rendido en los brazos de
Morfeo.</span><span lang="ES-VE" style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES-VE;"><o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Una idea cruzó su mente al recordar a Guzzum,
el esquimal, como llego de mi playa al Igloo?, decidido fue al Banco Nacional
de Dinbatania, en donde luego de auto acreditarse varios peniques a su bolsillo
contrató una empresa de ingenieros que eran indios pemones para construir un
puente que lo llevara de un lugar a otro.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Con un casco amarillo y dando órdenes, David
dirigía a los pemones que utilizaban grúas y cuerdas para armar aquel puente
iluminado con soles de distintos colores. Trabajaron días enteros hasta que la
majestuosa obra estuvo culminada. David entendió que los pemones debían
descansar y les regalo un pedazo de selva para que por siempre pudieran jugar.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Como cruzo el puente, se preguntó David, parado
en la acera del frente de la playa, donde también había un kioskito que vendía
flotadores, empanadas y juguetes de toda índole había un jeep con la placa
número 111612 y un letrerito que decía “no freno por nadie.”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Ahora con el frío en su cara David atravesaba
el puente a toda velocidad, en la radio sonaba la canción del piojo que había
resbalado, a lo lejos podia ver la nieve, algo que siempre le recordaría que
todo está lleno de matices y al aprender a disfrutarlos seremos felices.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">En la explanada blanca David disfrutaba tirando
bolas de nieve y esquiando, en aquella montaña platinada y con una empinación
perfecta. El esquimal lo observada a lo lejos mientras le preparaba sushi y
chocolate caliente para culminar aquel momento maravilloso. Luego de sentirse
cansado David se tiró al piso e hizo un perfecto angel, al pararse notó como el
angelito le seguía y lo seguiría por el resto de su existencia.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">De regreso David se encontraba muy alegre y
pisó el acelerador a fondo, a unos cuantos kilómetros por hora por encima del
límite de velocidad se sentía feliz al ver pasar las libélulas que servían de
guías en la calle para mantener el canal. En el espejo retrovisor vió unas
luces rojas y azules. Un policía enviado por la Comandante Urich lo venía
persiguiendo y tenía todas las intenciones de atraparlo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Sentado en un calabozo hecho de azúcar y helado
David no entendía como había ido a parar allí. Por los momentos se comía los
barrotes de chocolate mientras esperaba la audiencia con el Juez Mimoso, Juez
por demás chiflado que el mismo David había contratado. Luego de una discusión
amena acerca de juguetes y dulces con el Juez, el mismo lo dejó ir al cancelar
una multa especial, consistente de polvo sideral, unas estrellas muy brillantes
y los tornillos de aquella silla que alguna vez perteneció a su Mamá.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Al salir de la cárcel se entretuvo por un rato
en el famoso circo del espacio, el cual contaba con jirafas-llamas y
elefantes-rinocerontes, con un mono director de circo y unas focas que bailaban
tango mientras la orquesta compuesta de cochinos tocaba sin cesar. La
majestuosa carpa amarilla y roja del circo tenía una letra “D” en el centro,
después de todo, este mundo era de David.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Parado frente al podio David le daba un
discurso a todos los habitantes de aquel mundo maravilloso, mundo sin igual, mundo
ancestral y futurístico, mundo aquel que no se debe olvidar. Se bajó del podio
y entendió que su viaje había concluído, que había llegado de la hora de
explorar un nuevo mundo, un nuevo universo, era el tiempo de reir, de llorar,
de mirar, de andar, de jugar, de aprender, de entender, de poder, de querer, de
seguir, pero sobretodo de vivir.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Miró a su alrededor y notó que todo seguía
igual a cómo él lo había imaginado, se sentó tranquilo y miró el horizonte,
allá a lo lejos lo esperaba una nueva aventura, solo que está vez tendría un
toque de realidad. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;">Finalmente David abrió los ojos, sonrió y con
un guiño del ojo alcanzó<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a decir sus
primeras palabras,<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-VE" style="mso-ansi-language: ES-VE;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- Soñar
no cuesta nada, mientras pueda hacerlo todo seguirá existiendo, y eso es lo que
pienso hacer por el resto de mis días…<o:p></o:p></span></span></span></div>
DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-4560271169456405942012-10-24T10:41:00.000-04:002012-11-08T08:37:21.791-05:00Vampiro, vampiro...Me despertó de golpe, en una noche gélida cuando Caracas todavía no había sido atacada por el calentamiento global y la ira narcochavista, me despertó con ese clásico sonido de vampiro herido, si ese que suena a camión de cochinos por la bajada de Tazón mezclado con una opereta barata. Ya recuperado del susto inicial me acerqué a la ventana en donde reposaba entre sollozos y una respiración entrecortada. Pude ver sus ojos rojos, como si hubiera bebido cerveza piche en El León, pero a su vez aterrorizados como si hubiera soñado con Iris Varela bailando ballet, confieso que solo me limité a saludarlo, "Epa vampiro" dije "que carajo haces tu en mi ventana?, me despertaste y estaba en el preciso instante del sueño donde iba a torturar a mi última novia haciéndola vestirse de Heidi y caminar por el boulevard de Sabana Grande". El Vampiro me miró con esos ojos rojos de furia y le dije "a no, a mi no me miras así colmillitos, por cierto como te llamas tu?, contestó en su voz fría "Frost", comenzé a reirme, "a quien carajo le ponen Frost de nombre? por eso es que terminaste reventado contra mi ventana, llamarse Frost que riñones". Me di cuenta que temblaba y que unas goticas de sangre colgaban de su boca, era mi primer encuentro con un vampiro así que decidí interrogarlo a cambio de una cobija.<br />
<br />
Mira Frosty, te puedo llamar así?, yo nunca había visto un bicho como tú, a ver cuéntame de que se trata esto de ser vampiro. Podía ver sus ojos desconfiados pero por si acaso me puse un protector de cuellos, de esos que se usan para cuando uno choca el carro, y que los médicos te hacen usar aunque sea por torturarte un rato, Frosty dijo "soy noruego, o allí me engendraron", "perro un vampiro noruego, y que haces tu en Caracas loquillo? dije, "he violado 'La Progenie', un día volando por ahí llegué a Margarita, y nada me enamoré vale, si si, así noruego, vampiro, que supuestamente solo deseamos y no sentimos, pero yo chico creo que nací con alma latina, dicharachero, amante de Oscar de León y Gali Galeano, y del amor nació un niño, bueno un vampirito, no se en realidad, un vampiro margariteño, y me duele mucho cuando su mamá lo llama "hijo er diablo", en fin, el hecho es que violé la prohibición de tener hijos sin el consentimiento de la autoridad y desde entonces me persiguen."<br />
<br />
"Me buscan todos los clanes" prosiguió, "todos los clanes de 'La Camarilla', ya no se que hacer de verdad". Sentí algo de dolor por el sufrimiento de este ser de la noche que además quería vivir en Margarita y que tenía que alimentarse de sangre a pesar que me había despertado en el momento cumbre de mi sueño. Mira Frosty le dije, "yo creo que tu tienes que buscarte un buen lugar para esconderte, en los sótanos de todos los Ministerios Públicos venezolanos hay archivos con todas las promesas que nunca se llegaron a cumplir, además hay ratas que te pueden satisfacer la necesidad de la sangre, y de vez en cuando entra un guardia de seguridad que la verdad creo que le harías un favor si lo muerdes y lo liquidas para no tener que usar ese trajecito azul con un escudo que dice SEGUVENE en el pecho, o bueno lo conviertes en vampiro no se bien como funciona esa cosa de morder a la gente.<br />
<br />
"Pero como llego a esos Ministerios? preguntó Frosty, "yo no puedo caminar así tranquilo por la calle", mira Frosty no te preocupes le dije, yo te monto en el carro y te suelto en la Plaza Caracas, ahí te buscas donde te quieres acomodar y te escondes pues, a ver si se olvidan de ti esos que te buscan, y bueno cualquier cosa sales un momentito y te compras un CD pirata o te comes unas empanaditas de queso y hasta te puedes poner de estatua viviente y te ganas unos reales, no se, yo te puedo ayudar hasta allí. El vampiro hizo un sonido extraño, algo así como un movimiento de tripas humanos, y algo se asomó en su boca que aún tenía unas goticas de sangre.<br />
<br />
Mi cuarto seguía oscuro pero poco a poco me había ido acostumbrando a las sombras, volteé a ver la jaula de mi loro Guillermo Felipe IV y no pude divisar su sombra, al principio no lo podía creer pero al ver con disimulo la boca de Frosty me di cuenta que una pequeña pluma verde colgaba de la misma, el vampiro había matado a mi loro, esta no se la iba a perdonar al bicho infeliz este, las miradas se cruzaron, el vampiro sabía que lo había descubierto, por supuesto yo no tenía una estaca de espino blanco a la mano, pero si una mesita de noche vieja y reventada, sin pensarlo mucho reventé una de sus patas y le dije "te jodiste vampiro hijo e' puta, mi loro era el único capaz de repetir las pendejadas que hablo" y me lanzé sobre él.<br />
<br />
La cosa no resultó tan fácil, estos vampiretes se mueven rápido y son feroces, sin darme cuenta el bicho se me guindó en el cuello, le di las gracias a la vieja que me había chocado tres semanas antes por tener el collarín a mano, en plena batalla agradecí a San Liborio, el patrono de los desquiciados por haberme permitido tener este encuentro maléfico, Frosty trataba de romper el collarín mientras yo le echaba el vasito de agua que me llevo a la cama todas las noches, carajo pero si no está bendita pensaba mientras se la echaba y escuchaba al vampiro reirse de mi, agotado por la dura lucha, le dije al vampiro "taima, taima, ya va, vamos a organizarnos", el vampiro quien no entendía como en plena lucha yo me ponía a hablar guevonadas se separó de mi por 5 segundos, allí con todas mis fuerzas le metí el pedazo de pata de mi mesa de noche en el pecho y me quedé esperando a ver que pasaba, Frosty se retorció y lanzó algunos improperios contra mi persona en algún lenguaje desconocido, se subió de nuevo a la ventana y brincó hacia el vacío.<br />
<br />
A la mañana siguiente me levanté para llevarme una sorpresa al leer el titular del periódico "Muere vampiro en el Pérez de León por tétano agudo". La historia contaba como un extraño ser había llegado al hospital con un pedazo de madera clavado en el pecho y que había muerto a causa de un clavo oxidado que estaba en la madera. No me quedó otra que reirme, yo jurando que había liquidado al vampiro y lo que lo mató fue un tétano por el clavito salido de la pata de mi mesita de noche…<br />
<br />DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-85705730307097650652012-06-13T10:29:00.001-04:002012-06-13T10:32:41.790-04:00Código W"Código W, código W en 5 segundos", decía con voz pausada "entendido código W en 5" se respondía a si mismo, el pequeño Luis Manuel Carrillo Morales yacía escondido debajo de su cama, con un casco en la cabeza, un rifle de juguete y unos audífonos viejos que se había conseguido en el closet de su casa, volvió a decir "enemigos a la vista, cambiemos táctica, aplicaremos Clave 67" a la vez que se contestaba "Clave 67 entendido, suerte señor", "aquí voy" se dijo a si mismo, salió de abajo de la cama y comenzó a disparar sus tiros imaginarios, brincó sobre la cama y resbaló , en ese momento su papá entraba al cuarto y Luis Manuel lo embistió cual toro embravecido "coño Luis Manuel" gritó el papá "hasta cuando tu con estas vainas de caerle a tiros a la nada", el pobre muchachito aporreado por haber pelado la cama solo alcanzó a decir "papá que chimbo, por tu culpa se escaparon los traficantes", el padre se limitó a mover la cabeza mientras pensaba "este loquito que procreé tiene sangre de mercenario."<br />
<br />
A los 15 años Luis Manuel había demostrado sus habilidades para ser espía, mercenario, agente secreto y muchas cosas más, entre sus peripecias se encontraban la vez que capturó a todos los profesores del colegio en un salón y los amenazó con volarlos en pedacitos clamando que pertenecía a una organización llamada "Niños en contra de las Malas Notas" haciendo que tuvieran que cambiar todas las bajas calificaciones del trimestre, su primera novia lo dejó cuando durante el primer beso Luis Manuel le puso unas esposas y la amarró hábilmente, después de 3 horas tratando de explicar que no era sadomasoquista la muchacha prefirió seguir su camino y una de sus jugarretas clásicas fue el día que secuestro a su propia madre con un pasamontañas en la cabeza para que no lo descubrieran y la paseó por toda Caracas hasta que la llevó a un Centro Comercial y la obligó a comprarle el Super Nintendo, una vez que tenía el aparato en sus manos reveló su identidad recibiendo una sonora cachetada de su mamá que ya no sabía que hacer con el muchacho.<br />
<br />
Parado en la puerta del teatro donde Luis Manuel recibía su título de bachiller su padre le esperaba orgulloso, el muchacho se acercó y le dio un abrazo, su padre mientras lo abrazaba le susurró al oído "hijo, mañana te vas para Estados Unidos, a estudiar Ciencias Criminalísticas y Fuerzas Especiales", el muchacho le constestó "me estas jodiendo papá", "no, no, hice todos los arreglos, hasta convencí a tu mamá y bueno hijo a echarle pichón", con lágrimas en los ojos Luis Manuel abrazó más fuerte a su padre y se limitó a decir "gracias pá."<br />
<br />
En un salón en la Universidad de Iowa comenzaba sus clases, un sueño hecho realidad, Luis Manuel estudió como los buenos, sabía que regresar al país a trabajar en la PTJ no era opción, la competencia era feroz y los chances de conseguir un empleo eran mínimos para un extranjero. Sin descansar un minuto Luis Manuel continuó su ascenso, y finalmente un día sentado en un banquito de los jardines de la universidad procedió a abrir una carta que le había llegado, adentro le informaban que la CIA deseaba hablar con el pues sus notas y habilidades de campo simplemente resaltaban entre toda la camada de posibles agentes secretos para ese año, Luis Manuel, respiró hondo y se dijo a si mismo "lo logré, que bolas, yo Luis Manuel Carrillo Morales agente secreto."<br />
<br />
Al finalizar sus estudios se embarcó en el viaje hacia el centro de entrenamiento ubicado en algún lugar secreto entre Virginia y Maryland, pasó trabajo, las diferencias raciales y de cultura se hacían latentes a diario pero Luis Manuel con sudor y esfuerzo se ganó a sus compañeros y jefes para terminar graduándose como # 1 de la promoción. En pocos días recibió una llamada donde le indicaban que se reportara al cuartel general en Langley, Virginia , en cuestión de horas Luis Manuel estaba montado en una avioneta sobrevolando espacio aéreo mexicano con una misión clara y específica, capturar y traer de vuelta a Estados Unidos a Martín Juárez Quitarte alias "Juan Charrasqueado" quien era el amo y señor del tráfico de mexicanos ilegales que diariamente atravesaban la frontera tratando de evadir a la "migra" que no es más que el nombre como se le conoce al Departamento de Inmigración Norteamericano. Saltó de la avioneta en plena oscuridad, la luna se veía clara y resplandeciente en la lejanía, Luis Manuel no podía creer que su sueño de toda la vida se estaba materializando, aterrizó en el lugar indicado y procedió a disfrazarse de charro mexicano para mezclarse entre la gente, sombrero y bigotes postizos acompañaban su atuendo, se roció de un spray con olor a guaralito con viejo enfermo para hacer más creíble su disfraz y caminó hacia la ciudad de Tijuana en donde se encontraba el centro de operaciones de "Juan Charrasqueado" y su banda "Los Nopales".<br />
<br />
Tirado en el piso como un mendigo Luis Manuel se encontraba enfrente de la casa en donde operaba la red de tráfico ilegal de personas, muy atento había podido observar el movimiento en el lugar, se puso en pie y saludó a uno de los hombres que entraban a la casa, con perfecto acento mexicano dijo "órale manito, que chingado calor, será que me puede ayudar el redentor", el hombre que de inmediato captó la frase en clave contestó "pues claro mi hermano, si tienes los chavos el redentor te llevará al otro lado". Luis Manuel sacó un fajo de billetes y disimuladamente se los entregó a Cuahtemoc Rivas alias "Pancho Villa" quien contó con cuidado cada billete y le dijo "hoy a las 8, te sacamos, bienvenido mi hermano."<br />
<br />
Luis Manuel pensó "coño que vaina más fácil, estos gringos tienen toda vaina calculada, ahora esperar a la noche y en lo que tenga el chance doy las coordenadas a los otros agentes y capturamos a estos malandrines". Sacó de su bolsillo un paquetico que contenía todas las vitaminas y minerales para sobrevivir, se lo tomó y se quedó dormido, el olor a tacos y burritos lo despertó, el hambre había calado a pesar de la ración de supervivencia preparada por los chefs de la CIA, se levantó y caminó hacia un puestito callejero y se metió 12 tacos, 3 enchiladas, 4 burritos, 10 flauticas y se bebió tres litros de agua porque el picante le adormeció la lengua, "ahora si puedo trabajar tranquilo" se dijo a si mismo "barriga llena agente secreto contento."<br />
<br />
Poco antes de las 8 de la noche, Luis Manuel decidió entrar en acción, todavía recostado de la pared de la casa que servía de guarida a la banda "Los Nopales" ya Luis Manuel no causaba sospecha pues "Pancho Villa" había indicado a los matones que la custodiaban que este mendigo era cliente de la casa, con cautela se arrastró por el piso y penetró al interior de la casa, una vez adentro identificó con velocidad el lugar más idóneo para esconderse, sin dudar ni un minuto se coló por unos ductos que parecían de aire acondicionado pero que estaban hechos de un material poco resistente. Una vez acomodado prendió el transmisor para dar su locación exacta al grupo que lo iba a apoyar, así pudo escuchar como la banda entraba al cuarto que se encontraba debajo de su lugar de escondite y con atención escuchó a "Juan Charrasqueado" hablar.<br />
<br />
"Orale, que pinche chingada, esta operación luce buena, vamos a pasar 30 ilegales, buenos chavos para todos, mañana disfrutaremos de las mujeres del pueblo" y brindaron con tequila mientras gritaban y reían. Luis Manuel sintió un sonido extraño desde el interior de su cuerpo, luego un dolor intenso recorrió sus tripas, el sudor frío apareció de inmediato y un solo pensamiento cruzó su mente "coño de la madre me estoy cagando", la idea no había terminado de cruzar su cabeza cuando un sonoro peo que además venía con regalito incluido hizo que la algarabía de los mexicanos cesara, el fogonazo que despidió Luis Manuel por su orificio posterior no fue juego de niños pues resquebrajó el ducto y de un solo carajazo calló en el piso vestido de mexicano, con bigotes postizos que ya parecían barba y lleno de mierda hasta el infinito. "Pinche chingada que es esto? gritó "Pancho Villa" "orale un espía gringo" dijo "Juan Charrasqueado", "vamos a matarlo" vociferó otro integrante de la banda, Luis Manuel habló "miren por favor no me maten, yo lo que necesito es una poceta" mientras volvía a escupir un sonoro peo que regaba mierda por doquier, "orale no manches gringo, nos estas llenando de mierda toda la casa", "por favor no me hagan daño estoy indefenso, no me ven? gritó Luis Manuel.<br />
<br />
Sin mediar palabras los mexicanos comenzaron a disparar "muere cagalitroso", "sufre perro de mierda", "anda a cagarle el infierno al diablo" y otras expresiones por el estilo lanzaban los maleantes mientras Luis Manuel recibía el impacto de las balas. "Ya déjenlo quieto" gritó "Pancho Villa", "el gringo esta muerto y además cagado" mientras soltaba una sonora carcajada. Los villanos salieron con prontitud pues el tiroteo podía causar sospechas dejando el cuerpo de Luis Manuel tirado en el piso. Luis Manuel adolorido pero vivo pensó "coño estoy vivo de milagro, me salvó el traje especial este que llevo debajo del disfraz", en pocos minutos llegaron los otros agentes que se encontraron a Luis Manuel lleno de balas y mierda, no entendían pero tampoco quisieron preguntar, se cercioraron que estaba vivo y lo ayudaron a ponerse en pie.<br />
<br />
Afuera de la casa los agentes planeaban su escape de la misión fallida cuando la banda "Los Nopales" regresó, el tiroteo no se hizo esperar, balas iban y venían cuando un ruido demoníaco aturdió a todos los presentes, Luis Manuel se echó un nuevo peo que asustó a propios y extraños, los mexicanos aprovecharon la confusión para escapar y los agentes de la CIA optaron por cargar con el agente flatulente y salir de territorio mexicano lo antes posible.<br />
<br />
Sentado en un escritorio viejo y feo, Luis Manuel se fumaba un cigarro, el agente Rodney Marcano se le acercó y le dijo "Sargento Carrillo se va a venir para la redada contra los buhoneros?, no se preocupe la patrulla esta forrada con papel toilet"…ya todos en la PTJ sabían que Carrillo era un cagón…<br />
<br />DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-12588764614074646102012-02-24T13:33:00.000-05:002012-02-24T13:33:19.746-05:00Cuento de NiñosNo me gustan los días lluviosos, me hacen pensar que los ángeles lloran por todas las trastadas que he cometido a lo largo de mi existir, me lo tomo personal, pensamiento egoísta dirán algunos, pero igual el agua cayendo desde arriba para mojar nuestro andar no me hace ponerme a brincar. Aquel día llovía a cántaros, el cielo gris anunciaba que la tempestad nos acompañaría por unas horas. Como hago siempre al estar aburrido busco razones, simplemente me enfrento a la realidad, intento darle forma a una masa de recuerdos que no tienen ton ni son pues no es más que la vida de un mortal más. <br />
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Abro una caja polvorienta y encuentro un diminuto disco, lo coloco en el tocadiscos, una canción empieza a sonar, una voz que me traslada a momentos felices dice “Papa Noel se ha comprado un aeroplano porque el trineo está muy viejo y muy cansado…”, se trata de un disco muy viejo, sin lugar a dudas tenía años sin escucharlo, entiendo nuevamente que el tiempo pasa y menos mal que es así, pues no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Mi madre aparece en la puerta, la música la ha hecho trasladarse a aquellos días, cuando yo jugaba con mi capa, creo que se siente tranquila pues sabe que cuando llueve no me gusta salir, a pesar que mis ojos reflejan lo contrario, aquel día me quedé en la casa.<br />
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Conversamos, mi madre y yo, ella sonríe al recordar que yo cambiaba la letra de aquella canción, nunca me gustó la idea que Papa Noel no pudiera andar libremente en su trineo, luego comprendí que hasta el vehículo del barbudo de rojo se pone viejo y se cansa, como todo, es el transcurrir normal de este lugar. Mi mente procesa que me debo quedar allí, me acomodo en la vieja pero cómoda silla de la biblioteca de mi padre, una foto de la familia está en el escritorio, el superhéroe y los otros cuatro, suena el teléfono y mi madre lo toma, tranca con rapidez, ella no comprende la razón de avisarnos esa noticia, sus ojos me quieren decir algo, pero en ese momento ya se que ha pasado.<br />
<br />
Para entender la llamada hay que irse atrás, como son las cosas aquí, una historia de esas, con comienzo y fin, un cuento que traspasa lo común, un conjunto de motivos que dejan perplejo a cualquier intento de racionalizar lo que para muchos fue el final de algo que nunca empezó. Miro a mi madre y me permito contarle de que se trata todo, ella duda en primer momento, su memoria no logra recobrar los rayos de aquel reflejo, de igual forma me pide que le cuente un cuento, como una niña, que por favor le explique nuevamente pues son tantas mis historias que no las puede almacenar, es quizás que esta ella ha preferido olvidar.<br />
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Darío Natera Nieves nació en Caracas, en el seno de una familia pudiente pero sin clase, mucho antes que yo, que de paso no nací en Caracas. Simplemente me llevaba largos años, no con esto digo que fuera más sabio. Aquel inquieto muchachito correteaba por doquier, como cualquier otro, para pronto descubrir su misión en la vida. Su primer paso fue despojar a todos sus amiguitos de las metras con que jugaban en los recreos, poco a poco las recolectó y las escondió para siempre, luego prosiguió con los útiles escolares, los cuales iban desapareciendo con el pasar de los días.<br />
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En su casa, la ropa de todos sus parientes se perdía con el transcurrir del tiempo, la comida se desvanecía como si fantasmas hambrientos habitaban en aquel maligno hogar, los cuadros de la casa, los muebles, y hasta los cubiertos se esfumaban poco a poco sin dejar huella en la bitácora de las horas. El abasto de la esquina perdía incalculables sumas de dinero y de mercancía, la tienda de regalos se quedaba sin juguetes por más que su dueño ordenaba nuevos cargamentos, la peluquería de la urbanización se quedaba sin secadores de pelo ni shampoo, el kioskito de la esquina se desabastecía de chucherías y periódicos.<br />
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Por donde pasaba Darío, todo iba desapareciendo poco a poco, las bicicletas de sus amiguitos, el dinero de sus padres, de su familia, incluyendo la ropa de los vecinos junto con sus mascotas. Por años en aquel barrio se pensó que se trataba de una banda organizada de maleantes sin alma, nadie prestaba atención a aquel pequeño muchachito de ojos azules, su paso era desapercibido por la multitud, usualmente los humanos juzgamos sin averiguar, era más fácil echarle la culpa a cualquiera que detenerse a estudiar que pasaba en realidad.<br />
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Darío creció, en la universidad los libros de la biblioteca se iban perdiendo con el pasar de los días, los automóviles de los estudiantes iban cayendo como barajas al aire, sin dejar rastro, según dicen hasta las pocetas de los baños eran quirúrgicamente removidas para pasar a engrosar la lista de aquello que no volvería. Poco a poco la situación arreció, los pupitres y los pizarrones de las aulas se perdían, las carteras de los profesores eran birladas sin ninguna vergüenza, las computadoras de los laboratorios, y hasta la comida del cafetín caducaban ante aquella fuerza extraña que se llevaba todo.<br />
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El edificio en donde Darío realizaba unas pasantías antes de graduarse en la universidad amaneció vacío un día de aquellos, sin nada, hasta la ropa de los vigilantes había sido extraviada, el dinero de la caja chica de la compañía tampoco estaba, la máquina de hacer café ahora pertenecía al vacío de aquello que no está, de eso que no vemos nunca más, lo que sentimos y se ha ido, lo que la vida no devolverá, los restos de la transparencia, la sensación del cristal, lo blanco de este dulce, perdón, triste caminar.<br />
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Aquello no era un juego de niños, por demás está decir, los infantes en sus mentes claras y no podridas juegan, no dañan a mansalva, Darío era otra cosa, es que el planeta tiene variables, lo bueno y lo malo, con su equilibrio, la risa potente y el llanto amargo. Un plan estudiado tenía aquel hombre, si es que a un monstruo se le puede calificar de tal, su sonrisa macabra llevaba consigo, su olor predilecto marrón escondido, bandido mañoso surcaba el cielo, su sucio sudor secaba el pañuelo, por años y años soñó con su meta que no era otra cosa robar al planeta.<br />
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Sentado en su oficina y después de varios años de enmarañar y entrelazar sus pensamientos con un fin preciso, consideró que había llegado el momento adecuado, la hora del té, el último grito, la bala perdida. Para algunos un genio incomprendido, para mi no era más que un asqueroso cuatrero, el líder bandido, el ladrón bien vestido. Ultimó unos detalles, se miró al espejo que tenía en su oficina, con su frente en alto orgulloso se sentía de aquel bosquejo maestro que en su cabeza llevaba, razones perdidas, aliento a dragón, su delirio encantado flotaba ensalzado, ladrón es ladrón y no tiene perdón.<br />
<br />
En aquel restaurant chino de la capital, Darío esperaba el momento preciso, desde su computador personal tecleó la clave para proceder. En un instante todo el dinero del planeta se desvaneció, salvo aquel que llevaban los hombres decentes en su bolsillo, el martillo de la irracionalidad bajó su redondeada punta de metal sobre las vidas humanas, el mundo sorprendido miraba sin luz, la vida es un viaje no un simple destino, no tenemos la culpa de encontrar piedras en el camino, son solo las causas de las consecuencias, algunos tenemos y otros no tienen, aquello que llaman conciencia.<br />
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En medio de aquel caos, Darío decidió salir a la calle, no sin antes tomar una galleta china de la fortuna, sonriente y complacido la sacó de su envoltorio, la partió y leyó con asombro unas letras sin vida, una pregunta guardada, sus ojos siniestros miraron de nuevo….“Y dime Darío que piensas hacer con tanto dinero?”…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-25714471775550368472012-01-17T15:08:00.001-05:002012-01-17T15:08:53.949-05:00ProfesorEn una de mis tantas aventuras por el planeta estuve trabajando por 6 meses en Disney World, lamentablemente me enamoré de Blanca Nieves y me despidieron pues los enanos enfurecidos decidieron no trabajar hasta tanto no recuperaran a su amada sirvienta. Sin mucho dinero en el bolsillo logré montarme en un barco pesquero después de haber sido despedido por Mickey Mouse y viajé hasta Aruba, allí convencí a unos pescadores que me llevaran hasta Las Piedras a cambio de un peluche de Winnie Pooh y finalmente logré subirme en un autobus hasta Caracas cuando le prometí al conductor que yo manejaría el trecho de la Autopista Regional del Centro. Al llegar al terminal del Nuevo Circo no me quedó más remedio que ingeniármelas para producir unos reales, aparecerme en mi casa después que había jurado más nunca molestar a mis padres era una derrota de grandes proporciones en mi escala de liberación paternal.<br />
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Cuando Mickey Mouse me despidió me regaló unos "Disney Dollars" para porsia las moscas y llegando a Caracas convencí a una incauta vendedora en Rori en el Boulevard de Chacaíto que me vendiera un traje a cambio de esos dólares que encandilaron a la pobre muchacha que nunca había visto dinero con Mickey Mouse, el Pato Donald y Pluto en vez de Bolívar y El Indio Guaicaipuro. Después pasé por la Librería de Nacho y sin que nadie me viera sustraje un libro de Historia del Arte, dejando un vale firmado con la promesa de pagar en lo que cobrara mi primer sueldo, finalmente me fuí a mi casa en donde después de esquivar un cholazo de mi madre y un martillazo de mi padre busqué un sombrerito de bombín que usaba mi Tío Tomás en sus días en MIT para darle más veracidad a mi personaje. Así y con la velocidad de un relámpago era ahora Profesor Catedrático de Historia del Arte. Caída la noche y usando mi clásica habilidad para inventar redacté un Curriculum Vitae en donde entre otras cosas era Maestro graduado en La Sorbona, con Master en Historia del Arte por La Universidad de Viena y un PhD en Historia de la Humanidad por la Universidad de Yale además de haber realizado varios cursos y dictado varias conferencias en diversos museos, universidades y colegios elitescos alrededor del globo terráqueo.<br />
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En la mañana le pedí la cola a mi hermano y le dije "déjame por ahí", mi hermano cagado de la risa al verme vestido de traje y con sombrero se limitó a decirme "suerte", creo que para ese momento ya estaba cansado de preguntarme cual sería mi próximo paso. Con mucha calma me fui caminandito hasta el Instituto Cumbres de Caracas, entré y pedí hablar con el Padre Genaro, me dijeron que ahí no había ningún Padre Genaro y entonces dije "a debe ser una confusión, yo vengo a entregar mi Currículum Vitae para ver si necesitan un profesor de Historia del Arte". La secretaria viendo aquella pinta y el sombrerito pensó "mejor llamo al Padre Ortiz y que hable con este loco". El Padre Ortiz que tenía 6 meses buscando un profesor de Historia del Arte no lo pensó dos veces y al ver a aquel individuo vestido así pensó "este es el propio para que le de clases a esos sátrapas y bandidos que estudian aquí, lo van a matar pero bueno al menos que me firme las actas que hay que enviar al Ministerio de Educación y en las vacaciones me encargaré de buscar un profesor serio". En un dos por tres y sin mirar el Curriculum el Padre Ortiz me contrató y me dijo "empieza mañana catedrático."<br />
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A la mañana siguiente llegué al salón de clases y saqué mi librito, los alumnos no sabían si llorar o reírse al verme con aquel sombrero pero creo que les inspiró la confianza necesaria como para poder llevar a cabo mi plan de tener un trabajo temporal. Me senté y dije "Buenos Días queridos muchachos, mi nombre es Policarpio y soy su nuevo profesor de Historia del Arte". Seguidamente dije "hoy vamos a hablar de la obra de arte: teoría, función y actualidad." Al decir esto ni yo mismo me podía creer lo que estaba haciendo y le dije a los alumnos, "miren a ustedes les gustan los aviones?", los alumnos replicaron "siiiiiiiiiiiiiii", recuperando la respiración dije "bueno para entrar en confianza hoy vamos a hablar de motores, alas, el nuevo A-380 y el principio de Bernoulli" y comencé a hablar como borrachito de plaza durante dos horas. Los alumnos no entendieron bien la razón detrás de toda aquella locura pero cualquier cosa antes de escuchar una clase historia del arte.<br />
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De esta manera e inventando un tema nuevo cada día me fui ganando a los alumnos, hablaba cada vez más y más tonterías, la historia de la Coca-Cola, de cómo el día que se enamoraran iban a saber lo que era bueno, de la estupidez humana, de la pobreza, de la importancia de querer con el corazón y de aprender a compartir sin importar si nos quedamos con un poco de hambre para que el que está al lado sienta algo en su estómago, hablé de mi Maestro Kierkegaard, de béisbol, de los gobiernos malos y de las guerras y sus idiotas razones. Cada vez que entraba el Padre Ortiz brincaba y decía "como venía diciendo el arte es la forma de expresión desde los más antiguos tiempos y por eso es muy importante que estudiemos a fondo la realidad artística en la época medieval" o alguna otra idiotez que me viniera a la cabeza para confundir al Padre Ortiz y no levantar ningún tipo de sospechas.<br />
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Finalmente llegó la hora de los primero exámenes trimestrales y ante la mirada atónita de los alumnos el exámen contenía las siguientes preguntas: Cual es la forma ideal para levantarse a una mujer?, que se puede hacer con 1.257.890 cajas de clips? y coloca el nombre de tres corredores de Fórmula 1. Todos los alumnos salieron muy bien y el Padre Ortiz estaba muy contento. Con mi sinverguenzura usual firmé las actas y simplemente inventé un Número de Carnet expedido por el Ministerio de Educación para que el Padre Ortiz se quedara quieto y no jurungara mi paciencia.<br />
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Al trimestre siguiente y después de convencer al Padre Ortiz que los muchachos necesitaban realizar distintas visitas a los museos de la ciudad capital para complementar la teoría, me prestaron un autobús del colegio en donde monté a los alumnos y me los llevé al Zoológico de Caricuao, a correr las bases del Estadio Universitario después de sobornar al vigilante y a la playa, en Cata, donde de regreso y molesto por la fumadera de mariguana de los malandros que se hacían llamar mis alumnos aceleré el autobús a más de 140 km/h en la bajada de Tazón hasta que los asustados y delirantes muchachos prometieron no volver a probar la "matica voladora." En el segundo parcial me limité a preguntarles que cual era el animal más feo que habían visto en todo el Zoológico Caricuao, después de revisar las respuestas y ver que todos habían contestado que eran los Guardias de Imparques, procedí a realizar otro examen en donde pregunté cual es la novia que más te gusta de tus amigos?, después de tener las respuestas las distribuí entre los alumnos para que se cayeran a coñazos en el salón y sacaran de adentro todas sus arrecheras y represiones.<br />
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Para el último trimestre del año escolar decidí montar una obra de teatro. Era algo que había escrito hacía unos años atrás y me pareció idóneo presentar la misma en el anfiteatro del colegio. Después de un trabajo arduo y meses de ensayos la obra quedó montada tal cual como la había imaginado aquel día de verano, aquella hermosa fecha en el calendario en donde mi ex novia decidió dejarme porque había visto mucho béisbol esa temporada, y finalmente me di cuenta que el planeta no es más que un experimento de algún loco como yo que fastidiado decidió crearnos para cagarse de la risa de nuestras peripecias por sobrevivir. La obra resultó todo un éxito y los padres de los alumnos me agradecían maravillados por haber logrado que esos sátrapas se tomaran en serio la cuestión de actuar.<br />
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Todo iba sobre ruedas hasta una mañana cuando el Padre Ortiz interrumpió una clase, me llamó afuera y de un bofetazo me tumbó el bombín, y me dijo "farsante, mentiroso, inconsciente, sirvenguenza, inmoral", "váyase de aquí, usted ha traicionado mi confianza y la de sus alumnos", "además ahora el Ministerio de Educación nos ha multado y van a mandar a un Profesor Bolivariano a dar clases, y a causa de la multa no podemos ahora remodelar la Iglesia a la cual le íbamos a poner un gimnasio, un salón de juegos de video y nos íbamos a comprar 3 BMW para pasear por Caracas y eso también ha quedado descartado", "fuera de aquí cuatrero, bandido". Le dije al Padre Ortiz "mira Ortiz, me tumbastes el bombín de mi Tío Tomás y eso no te lo perdono, tu crees que tu puedes tratar así a la gente porque sí, no no, tu estás muy equivocado", el Padre Ortiz no podía creer tanta zanganería y me dijo "mire señor o se va de aquí o llamo a la Policía", entonces me saqué del bolsillo una botellita con aceite de carro piche y se la eché encima al Padre Ortiz a quien inmediatamente se le empezó a derretir la sotana, en la confusión y ayudado por la gritería de los alumnos que decían "Vamos Policarpio, dale duro, eso es, échale ácido al cura", "métele un coñazo", "muérdelo Policarpio", recogí el bombín y salí corriendo hasta llegar a Plaza Venezuela.<br />
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El Padre Ortiz ya más calmado aunque oliendo a taller mecánico revisó el expediente en donde se encontraban mis datos para poner la denuncia en la PTJ, allí se encontró con la siguiente información:<br />
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Nombre: Armando Martínez.<br />
CI: : )<br />
Profesión: Extraterrestre.<br />
Dirección de Habitación: La Vía Láctea<br />
Teléfono: Nunca lo hubo...DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-51646382736978791742011-11-21T15:23:00.001-05:002011-11-21T15:24:04.728-05:00Los MagosReconozco que pasé horas y horas buscando una solución, perdí novias, amigos, el sueño y hasta una ramita de ruda que me habían dado para la buena suerte cuando me gradué, lo admito pasé horas tratando de buscar una solución a Venezuela.<br />
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Un día ya con la esperanza regada por el piso llegó una carta, si una carta vía Ipostel a mi casa, en ese momento supe que algo raro estaba pasando, sería que al fin me habían contestado los sabios a los cuales escribí esperando una respuesta, al ver la fecha del sobre me desalenté un poco pues era de 2 años antes pero sin perder un instante abrí el extraño sobre color magenta, adentro encontré una carta la cual tenía un encabezado bastante inusual, se trataba de unas letras que aparecían y desaparecían y que después de mucho esfuerzo pude determinar que decían "Liga de Magos Famosos", aquí me emocioné, cual niño pequeño, sentí una emoción inocente y placentera, una de esas que no sentía desde hacía mucho tiempo.<br />
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La carta era clara y concisa, me estaban invitando a la reunión de Magos Famosos, celebrada cada 250 años y en donde personas elegidas de los distintos lugares del planeta se reúnen con los magos para plantearles problemas serios de sus países con la finalidad de encontrar soluciones que solamente con magia pueden ser resueltas. La carta decía así:<br />
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Estimado Policarpio:<br />
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Has sido elegido, ya sabes para que así que no hay necesidad de explicar, nos vemos el 29 de Octubre en Lagos, Nigeria.<br />
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Saludos,<br />
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Mandrake<br />
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Coño pensé, hoy es 27 de Octubre, como carajo llego a Nigeria, además, ese lugar tan peligroso, pero supuse que tratándose de magos ese sería el lugar ideal para tan peculiar reunión.<br />
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Metí unas cosas en una maleta, me puse un traje y llamé a un taxi, rompí el cochinito donde había guardado por años el dinero de mi mesada, mi primer sueldo, unos reales que me encontré en el Metro en Plaza Venezuela y todos los regalos de mis padres, no me despedí de nadie, bueno no había nadie de quien despedirse de todas maneras y me embarqué en mi travesía. Después de volar por más de 24 horas finalmente aterrizé en Murtala Mohammad International Airport, en Lagos, Nigeria. Cansado y algo confundido me desplazé a la salida del aeropuerto donde de inmediato fui abordado por un extraño ser vestido de verde con rasgos irlandeses que me invitó a subirme en su carro. Una vez en el carro me dijo que me llevaría al "lugar" y que por favor no le hiciera preguntas pues no podía responderlas.<br />
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Llegamos a un anfiteatro como a dos horas de Lagos, sinceramente contrastaba con todo el lugar y me dije "pues aquí debe ser la cosa". Adentro al parecer esperaban por mi pues cuando me senté se paró Mandrake el Mago y dijo "Podemos comenzar".En el panel se encontraban Mandrake, Houdini, Harry Kellar, Cheng Ling Soo, Howard Thurston y el Mago Henry (quien por cierto me sorprendió gratamente verle allí). Sentados en perfecto orden había un representante de los 192 países del planeta y allí estaba yo en una silla que no solo decía "Venezuela" sino que permitía sentirse en el Orinoco, en los Médanos de Coro, en la selva Amazónica, en el Centro de Caracas, en las playas de Morrocoy y Oriente y en el Salto Angel a la vez.<br />
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El primero en pararse fue un sueco, la verdad nunca entendí el orden pero así fue, el hombre dijo "los suecos necesitamos ser más felices y menos fríos". Los Magos sonrieron y dijeron "Fácil, un poco de espíritu latino y unos clubs de salsa y merengue". Próximo por favor. Se paró un japonés "Miren magos los japoneses necesitamos ser menos ordenados y dejar el stress de un lado", los Magos replicaron "Fácil, una pizca de caos y una maquinita Sony para la relajación". De seguido un representante de la India dijo "nosotros necesitamos control de natalidad y por favor que esa vaina de las vacas sagradas se acabe", "Fácil, subir tasa de estériles y poner un McDonald's en Bombay" dijeron los magos. Así continuaron país por país, concedían agua, comida y paz para Africa, controles estrictos contra la corrupción, empleo y desarrollo para América Latina, menos frío para los rusos y mejores jugadores de fútbol para los italianos.<br />
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Extrañado pues no acababan de darme el chance de hablar y habiendo contado que 191 representantes habían hablado me permití alzar la mano y decir "los venezolanos necesitamos, coño, de toda vaina".<br />
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Una risa al unísono heló mis esperanzas, solo alcancé a escuchar "somos Magos no Papa Dios"...DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-14593071340822137582011-10-12T13:22:00.002-04:002011-10-12T13:26:43.758-04:00Los ViejitosEstaba paseando por un parque, uno de esos muy verdes, con pájaros cantando, árboles grandes y frondosos, el frío matutino se colaba a través de mi camisa, había olvidado el abrigo, eso recuerdo. Al caminar siempre pensamos, al menos eso hago yo, mi mamá siempre me pedía que me concentrara de pequeño, que me mantuviera firme al camino, mientras dábamos vueltas, nunca lo hice, siempre miraba a todos lados, asombrado, viendo todo aquello que me rodeaba, después de todo, ese mundo es tan mío como es de los demás, eso creía, en mi infancia. Crecí y sigo sin concentrarme en el camino, me he llevado gente, he pisado desechos de perro, he caído en alcantarillas, me metieron preso por chocar con un policía, mejor dicho, choqué con su caballo, es que no lo ví, el caballo se espantó y corrió, el policía se cayó, y en la cárcel terminé, me soltaron, ciertamente me dejaron ir.<br />
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Volviendo al tema, paseaba, por un lugar muy apacible, el sol apenas brindaba unos rayos distantes, con flojera, sin ganas de trabajar, es que hasta al sol a veces le da cosita levantarse y lo hace a regañadientes, siguiendo el plan maestro, por obligación, hay cosas que se deben hacer para poner un grano de arena en la construcción del destino, un destino que no se nos impuso, que simplemente se hace de acuerdo a decisiones, decisiones tomadas por humanos, con un ente revisor que cuida sin aparecer. Creo que salí a caminar para librarme del encierro, de las cadenas que se colocan en nuestras vidas, simplemente para que nunca olvides que todos vamos por el mismo camino, que no importa cuanto trates algún día te tienes que ir. Como ven me distraigo, y no acabo de contar lo que me vino a mi cabeza, sigo caminando mirando a todos lados.<br />
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Me doy un carajazo en la espinilla con un banco de cemento del parque, es un parque como todos, con bancos de cemento, muy fríos pero llenos de historias que contar. Al agacharme para sobarme por el extremo dolor los veo, una pareja de ancianos besándose con pasión, con locura, con sus cabellos grises y sus arrugas en alto. Me extraña todo aquello, me permito hasta pensar que en el mundo hay de todo, y entre esas maravillas, un amor eterno, como ese, dos viejitos que se aman, trastornadamente, a plena luz, en un lugar público y con la amenaza de seres como yo, que en su distracción chocan con su banco, su altar de disfrute, su nido de deleite y no solo chocan sino que les caen encima, los interrumpen, los sacan de concentración, simplemente les perturban.<br />
<br />
Decido ponerme jodedor, y me siento a pasar el dolor en mi pierna, entre los dos, un viejo a la izquierda, una vieja a la derecha, sus miradas no son amigables en un principio, pero se acostumbran, más bien deciden no oponer resistencia a mi osadía, falta de educación, falta de todo como diría mi madre. Ahora sonrío, es tan fácil hacerlo y se nos olvida, siempre llevamos caras serias, como si fuéramos importantes por hacerlo. Los viejitos se incorporan, el lleva pintura de labios en su boca, ella está algo despeinada. La verdad no se que decir, ya hasta se me olvidó la razón de mi caminata, el viejo me dice "buenas jóven, ya que ha tenido la confianza de sentarse en el medio de los dos pues ahora tendrá que ayudarnos."<br />
<br />
Sus dientes son perfectos, eso me llama la atención, siempre me fijo en los dientes, manías, quizás es por escuchar a mi padre hablando de ellos. "Ayudarlos?, pregunto, "así es" responde ahora la viejita. Me saco un billete del bolsillo, reacción patética por demás, siempre pensando que la gente necesita dinero, cuando en realidad lo que necesitamos es curar nuestras vidas heridas por el paso de las horas. Me miran y me hacen una seña, que guarde mi dinero, eso no es lo que necesitan, ahora me intrigo, unos viejos, enamorados, en un parque, y que además necesitan mi ayuda, debo hacerle caso a mi madre, concentrarme al caminar, y así evitar situaciones engorrosas.<br />
<br />
"Nos queremos casar", dice la viejita, "nuestras familias se oponen" me dice el viejo, mis ojos revelan sorpresa, pienso para mi, "que vaina más rara". La viejita continúa, "mire joven, usted sabe del amor?, trato de responder pero me interrumpe, "claro que debe saber, un muchacho tan apuesto, tiene que saber", hay algo raro en su voz, pero es temprano, todavía no me despierto, no logro entender de que se trata. Vuelvo a intentar hablar, esta vez el viejo me interrumpe, "nos ayudas?, finalmente logro hablar, "ayudarlos?, pero a que?, a casarse, vayan a la iglesia, no se, al registro civil, están bien viejos para la gracia". La viejita me toma la mano, "por favor, por favor" dice, "pero que tengo que hacer? digo nuevamente. Me explican, con detalles, al menos eso creo yo, mi locura, mi locura cuerda, medito un rato, tomo la decisión.<br />
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En minutos me vuelvo aliado de dos viejos, que están dispuestos a pelear, a batallar por su amor, yo no entiendo de esas, superhéroe soy. Me limito a transformar su pasión en una idea que me permita trasladar ese sentimiento a una causa justa y loable por la cual luchar. Eso hago, es mi condición, acepto y continúo, no me puedo detener, son esas cosas, una que otra que hay que hacer. Hay algo raro en todo esto, lo se, pero no logro determinarlo, es un reto difícil, yo no se un carajo de matrimonios, fiestas, pero esa es parte de mi misión, tengo que construir todo, desde el comienzo. Llamo a una amiga, "hola Poli, por fin te decidiste, yo sabía que me querías", "no, nada de eso, de que hablas rolo e' loca, necesito tu ayuda, planear una boda, pa' unos viejos", en su voz siento la decepción, no he llamado para decir que la quiero, pero se recupera, ella también acepta, y se enfoca en ayudarme, después de todo ella siempre ha soñado con casarse, y por eso, se dedica a armar bodas, de otros, pero las vive como si fueran de ella.<br />
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Me desentiendo del asunto, no del todo, no es tan fácil, dejo que mi amiga cuadre los detalles, yo me enfoco en mi misión. Voy a ser cura, si padre, por unos minutos, yo los voy a casar, disfrazado por supuesto, que pecado, el Creador no debe estar feliz con mi actuar, espero me perdone, no hay mala intención, es solo por ayudar. Visito a un viejo amigo, que es cura de verdad, me recuerda, del colegio, es amable como siempre, buen maestro, no de clases idiotas, maestro de la vida, me enseñó muchas cosas, conversamos, la verdad no se como explicarle todo esto, no puedo de hecho, lo distraigo, sin que se de cuenta me llevo su vestimenta, ahora también estoy condenado, por robo, ojalá y me perdonen. Me despido y me voy a casa, a practicar, escribo un sermón, quiero verles la cara.<br />
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Los viejitos se mantienen en contacto, cada vez me ponen más carga, ahora debo repartir las invitaciones, es complejo, sus familias, son rivales, desde tiempo inmemoriales, yo juraba que esas mariqueras se habían acabado, al parecer no, de hecho en las tarjetas de invitación no se indica su nombre, solo el lugar de la boda, quien coño va a una boda de alguien que no conoce, no lo se, ese es su plan, yo simplemente sigo instrucciones. El cura no puede ser el que reparte las invitaciones del matrimonio, no tendría sentido, llamo a otro amigo, caballero de mi clase, loco sin destino, ahora él es repartidor de tarjetas. Se viste muy formal, y las lleva, algunos le miran mal, otros se sorprenden, otros se sonríen. Cumple con su trabajo, la boda misteriosa tiene fecha en el calendario. Solo falta esperar si en efecto los invitados llegarán.<br />
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Mi amiga planea todo con la precisión de un reloj suizo, agencia de festejos, flores, orquesta, torta de boda, cree que es su boda, solo que ella no se casa, se lo ha tomado muy en serio, pienso que me quiere hacer ver que así podría ser la boda de nosotros, en que pienso, ella es mi amiga, yo soy su amigo, no estoy para eso, a veces uno se encariña, no lo se, tampoco puedo dejarme llevar, sus ojos brillan cada vez que habla de eso, yo me limito a sonreír. Sigo pensando que hay algo raro en todo esto, unos viejos, un misterio, familias que se odian, y cuando se vean ahí?, que harán?, dejar ser, o castigar, ni siquiera entiendo para que me metí en esto, debe ser el fastidio, ya ni se, que digo?, me acuerdo que estoy para ayudar, en este caso, al amor, eso creo, al menos eso creo.<br />
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Los días pasan y la fecha se acerca, he pensado mucho en que decir, me estoy tomando mi papel muy en serio, estoy loco de verdad, una buena oportunidad para mostrarle a la gente la simpleza del andar. Pienso mucho en estas horas, sin razón a decir verdad, pero divago, mi mente vuela, por doquier, busco razones para entender la proeza de los viejitos, no las encuentro, se me han olvidado ciertos sentimientos básicos del ser humano, si eso soy, como es posible que me haya olvidado, algo debe haber pasado, pero no lo recuerdo en este instante, se que pasó, pero también se me olvidó, me recuesto en mi cama, miro el techo, veo formas que solía ver de niño, que me acompañaron en el viaje, cierro los ojos y me quedo dormido y sueño, se me olvida con que sueño, de seguro era algo importante.<br />
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Ha llegado el día, del matrimonio de los viejos, del pseudo-matrimonio de mi amiga, ella quisiera estar allí vestida de blanco, ella quisiera tantas cosas. Me disfrazo, de cura, tomo una Biblia que me regalaron mis abuelos cuando niño, me subo al carro, a mi lado, "Alerón", mi copiloto sempiterno, recojo a la organizadora de la boda, mi amiga, trata de quitar a "Alerón" de su puesto, el canino se rehusa, ella opta por sentarse atrás, está tan metida en esto de la boda que ni siquiera presta atención a que voy vestido, de cura, habla y habla de lo bonita que va a quedar la boda. Llego al sitio, una casa, en algún lugar de la capital, un extenso jardín, un altar, allí trabajaré hoy, con el perdón de la providencia, pero ese es mi lugar en ese preciso momento.<br />
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Empieza a llegar la gente, no entienden nada de aquello, familias que se odian, se sientan de un lado y de otro. El odio se siente en el ambiente, el día está bonito, sol radiante, ni una nube. Para mi sorpresa, llega y llega gente, creo que la curiosidad de la boda misteriosa los atrajo, se siguen mirando feo, sin lugar a dudas se detestan, por lo menos, hasta ahora han sido respetuosos, eso si, cada uno en su bando, cada uno a un lado, de las sillas, que dividen una alfombra roja, que llevan al altar, en donde estoy parado, sin entender. El jardín está lleno de gente, y cargado de malas intenciones, finalmente y a lo lejos aparecen, los viejitos, quienes caminan, juntos, lentamente hacia al altar, ante la mirada atónita de los presentes, al parecer no los conocen, de que se trata todo esto.<br />
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Se paran frente a mi, reconozco que me estaba cagando de la risa, me contengo, doy comienzo a la ceremonia, hablo de esto y de aquello, mi amiga sentada en el público llora, esto me da más risa aún. Llega el momento del sermón, aprovecho, y me embalo, hablo de la vida, de la muerte, de los que estamos y de lo que fuimos, mezclo la niñez con los adultos, sugiero la simpleza como arma, no castigo, no pretendo cambiar a nadie, solo trato de decir lo que siento. Sigo y sigo, les explico que es un viaje, divertido, lleno de alegrías y tristezas, donde debemos aprender, con cuidado se logran las cosas, pongo como ejemplo, el amor de esos viejitos, que a su edad allí están, paraditos, esperando, por la bendición.<br />
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Termino el rito, "…puede besar a la novia", se besan nuevamente, al igual que la primera vez, se voltean y se quitan el pelo blanco, son pelucas, se remueven la máscara, es de goma, se desvisten, no para quedar desnudos sino para quedar con las figuras de su edad, un hombre y una mujer, de mi edad, creo yo, se miran, se vuelven a besar, la sorpresa empieza a tomar sentido, las familias rivales, unidas ahora, por dos de sus hijos, casados, el ambiente está pesado, "mátenlos!!!!!!!!!!!, grita alguien, desenfundan sus pistolas, liquiden al cura también grita otro, "ahora si que me jodí yo" pienso, miro a los novios, esposos más bien, bueno un carajo en realidad, les pico el ojo, en señal de aprobación por su valentía, y corro por el jardín, escucho el ruido, ese ruido seco, de las balas, se disparan entre ellos, le disparan a los novios, y hasta al cura, que soy yo, me subo a un muro, detrás de mí corren los recién casados, los veo por última vez, alcanzados por las balas, caen, a la grama, del jardín, salto a la calle, vestido de cura, Biblia en mano, acelero el paso, me subo al carro, por suerte mi amiga ha escapado, allí me espera, me da un discurso sobre el amor, los viejos, que digo, los jóvenes, han muerto por amor, es verdad, lo recuerdo, que existe, siento de nuevo, superhéroe soy, así soy, es solo que se me había olvidado…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-1412426840335595202011-09-09T12:42:00.003-04:002011-09-09T12:43:15.375-04:00La CigueñaA los bebés los traen las cigueñas, es así y que nadie lo discuta, esta es la historia de una cigüeña francesa, si porque los bebés se encargan en París, es la historia de una cigüeña francesa que se arrechó y decidió echar un poco de vaina, esta es la historia de la cigüeña Lucille.<br />
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Como siempre ocioso un día me encontraba en mi casa mirando al cielo, me acordé de una vieja historia que me contaba mi abuela cuando niño de la única cigüeña rebelde y jodedora que el planeta conoció. Mi abuela siempre me dijo que en un lugar secreto entre las regiones de Languedoc-Rousillon y Provence-Alpes-Cote D'Azur se encontraba la sede del Servicio Mundial de Cigueñas, siempre me llamó la atención esa historia pero a medida que crecí como todos los humanos dejé de creer en las cigueñas cargando bebés en un trapo y me dediqué a vivir en el mundo de los adultos.<br />
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Nunca pensé que mi abuela me hubiera podido mentir, así que me embarqué en un viaje para descubrir dos cosas, una que efectivamente las cigueñas surcan los cielos llevando niños y niñas alrededor del globo terráqueo y por otro lado comprobar la existencia de Lucille.<br />
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Ya en Francia comencé a preguntar desde que llegué al aeropuerto, al principio todo resultó cuesta arriba, la gente se reía de mí al preguntar por las cigueñas y hasta limosnas me daban pensando que yo era un simple mendigo alucinando en la geografía francesa. Gracias a mi memoria logré recordar un lugar que mi abuela mencionaba cuando echaba aquella historia, "Le Capoul", se trataba de un restaurant en donde supuestamente el bartender conocía el camino y la clave para entrar en el Servicio Mundial de Cigueñas .<br />
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Adentro de "Le Capoul" me senté en la barra y pedí lo de siempre, agua con hielo, después de unos minutos le dije al hombrecillo "mire amigo, estoy buscando el Servicio Mundial de Cigueñas", el desconfiado francés respondió "yo no sé de que habla usted", le dije "mire señor por favor, yo necesito llegar allí", el bartender volvió a decir "loco, loco, usted está loco, y ni siquiera borracho porque lo que toma es agua". Ya perdiendo mi paciencia le dije "mire, como cree usted que se la historia de Lucille, ah?, si si la cigüeña echadora de verga", el rostro y la expresión del francés cambió de inmediato y se limitó a darme un papelito con unas instrucciones, le di las gracias, el bartender sonrió y se limitó a decir "que ocioso es usted."<br />
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Leí las instrucciones me subí a un taxi que me miró feo también cuando le dije adonde me tenía que llevar pero accedió y de pronto me ví parado enfrente de un galpón sucio y olvidado. Toqué el timbre y dije por el intercomunicador las palabras claves que me indicaban el papelito que me había entregado el bartender "bebé bebé aquí si es", la puerta se abrió y me transporté a un mundo completamente distinto, el contraste entre el feo galpón y el interior del mismo era indescriptible, en un pequeño escritorio estaba sentado un viejito que de inmediato pude saber que tenía toda su vida allí, me acerqué y después de saludar le dije "mire señor quisiera saber la historia de Lucille". El viejito sonrió y me dijo "pues bien, si ha viajado tan lejos no me queda otra que contársela, eso sí entrégueme el papelito con las instrucciones".<br />
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El hombre se paró de su silla y me explicó como Lucille había salido en una misión para llevar dos bebés, uno de ellos a Barlovento, otro a Frankfurt, en el camino esta cigüeña que nunca fue muy obediente decidió echarle una vaina a la madre naturaleza y dejó a Hans Dieter Schumann Aloff en Barlovento y a Eliecer Facundo Rodríguez Gómez en Frankfurt. La cigüeña a sabiendas de la cagada que había puesto decidió escapar a la clandestinidad y se instaló en una palmera en Cuba, eso era mejor que padecer el castigo por haber atentando contra la naturaleza que era llevar bebés gallegos por la eternidad.<br />
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Por supuesto el caos fue grandísimo prosiguió el viejito, usted podrá comprender que cuando los barloventeños vieron a aquel catire blanco como la leche y que además dormía a las horas, se tomaba su tetero completito, no lloraba y mantenía en perfecto orden su cuna las acusaciones en la familia Rodríguez Gómez saltaron de inmediato. Por otro lado que le puedo decir, usted sabe que cara pusieron los Schumann Aloff al ver a aquel negrito con el pelo chicha, que lloraba a toda hora, que desordenaba la cuna, que no se tomaba el tetero y pedía ron en vez de leche materna.<br />
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El viejito continuó "después de superar el caos inicial y como todo en este planeta las familias tuvieron que criar a sus respectivos muchachitos, aquí en el Servicio Mundial de Cigueñas no podíamos hacer nada por ellos pues nuestra clandestinidad tiene que ser protegida a toda costa."El Catire" como le decían al pobre alemán suelto en Tacarigua de Mamporal, no gustaba del dominó, no bebía caña, estudiaba a toda hora, mantenía su cuarto ordenado y cada vez que intentaba bailar tambores terminaba en el dispensario con la cadera salida de su sitio. Por su parte Hans Dieter no podía acostumbrarse al ritmo de vida alemán, quería tocar tambores, se paraba tarde, no estudiaba, bebía ron escondido y compraba discos de salsa erótica en una tienda clandestina en Nuremberg.<br />
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Como usted sabrá Policarpio me dijo el anciano aquí podemos ver todo lo que le pasa a todo el mundo hasta los cinco años, después de esa edad no volvemos a saber nada de los bebés que aquí enviamos al planeta. El hombre soltó una lágrima y me dijo "tenía tiempo sin tener un visitante, la gente no parece creer en estas historias, y nunca he podido enmendar el error causado por Lucille, ya me queda poco tiempo aquí, usted me podría ayudar?. Yo pensé para mi mismo "coño en las vainas que me meto yo por ocioso y metido", pero la verdad me dio dolor ver la cara del viejito que nunca había cometido un error mandando a un bebé al lugar equivocado y le dije "bueno esta bien, déjeme ver que puedo hacer para que estas familias al menos puedan ver a sus hijos reales."<br />
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La tarea no iba a ser fácil, no podía apersonarme pues el viejito me había indicado que todo tenía que ser realizado con mucho cuidado y cautela, así que decidí escribirles una carta a los dos, allí de una manera muy sutil les explicaba el porque de sus grandes diferencias con sus congéneres y en pocas palabras resumía que iban a tener que creerme para conocer a sus verdaderos familiares. Puse las cartas en el correo y sinceramente me olvidé del asunto, una mañana me desperté y leí el titular del periódico "Alemán con pinta de Barloventeño asesina a pareja de ancianos en Tacarigua de Mamporal". La reseña indicaba que este individuo que solo hablaba alemán había irrumpido en el rancho de los Rodríguez Gómez y los había asfixiado mientras dormían, dejando una nota en la cual decía que no les perdonaba que lo habían dado en adopción.<br />
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En la Comisaría del pueblo frente a frente se miraron, El Catire y Hans Dieter, el pobre alemán no podía creer lo que veía, el vivo retrato de su padre enfrente de él, igualmente El Catire veía también el retrato de su madre enfrente de él…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-80006420035751817932011-08-10T12:35:00.001-04:002011-08-10T12:35:37.631-04:00El Padre GerardoConocí al Padre Gerardo cuando apenas tenía 10 años, aquellos días en los que soñar era gratis y las cosas cobraban sentido sin tener que pagar. Reconozco que me llamó la atención su manera distinta de vestir, su manera altanera de caminar, sus destellos de grandeza y de poca humildad, su deseo de gritarle al mundo que la vida era una realidad distorsionada, como su guitarra. Recuerdo que usaba el cabello largo, unos blue jeans pegados y una correa con una hebilla gigante que decía "Jesucristo", siempre muy pulida y reluciente. Como todo infante y además aunado a mi curiosidad eterna me le acerqué en un recreo cuando apenas comenzaba el año escolar. “Hola Padre” le dije, Gerardo muy amablemente pero algo sorprendido respondió "hola pequeñín y eso que me vienes a saludar?, “bueno Padre” dije yo, “es que la verdad mis amigos y yo no creemos que usted sea cura de verdad”. Gerardo se echó a reír y me dijo, “y por qué dices eso?, “bueno Padre nunca había visto a un cura con pelo largo, blue jeans y una correa con una hebilla que parece de cantante de rock arruinado.”<br />
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En ese momento a Gerardo se le iluminaron los ojos, se frotó las manos sudorosas y mientras miraba hacia el infinito y después de un largo suspiro dijo "Policarpio me has descubierto, yo soy un rockero frustrado, cura de profesión pero cantante de rock en mis entrañas". Yo con mis 10 años no lograba comprender exactamente lo que quería decir Gerardo con esas palabras pero como buen niño no le di mucha importancia. Antes de dejarme ir Gerardo me dijo, "ven acompáñame, te voy a mostrar algo interesante."<br />
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Caminamos hacia un salón que siempre permanecía cerrado y el cual siempre pensé guardaba un secreto incontable, un secreto de esos místicos, que perduraba a través de los años sin nunca descansar. Gerardo abrió la puerta y me encontré con un estudio de grabación, instrumentos musicales y todo tipo de artilugio que harían a un ingeniero de sonido ponerse envidioso de inmediato. “Padre que es esto? alcancé a decir, “pues nada” contestó Gerardo, “un estudio de grabación como lo ves, aquí practicamos los que tocamos la música en la iglesia durante las misas, no te creas no es fácil tocar esas canciones que ustedes pequeñines gritan a todo gañote y solo con la práctica se puede lograr la perfección”.<br />
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Gerardo agarró una guitarra eléctrica, hizo una especie de ritual con sus manos y se volteó la hebilla que decía Jesucristo, ahora la hebilla decía "Black Sabath", reconozco que para ese momento mis conocimientos musicales eran muy precarios y pensé que se trataba de alguna manera de llamar a Jesucristo y que todavía yo no había aprendido. Gerardo prendió un amplificador y comenzó a tocar su guitarra, empezó con una cancioncita de misa llamada "Los Caminos" pero poco a poco se fue transformando hasta que se retorcía por el piso gritando barbaridades en idiomas que variaban desde el latín, pasando por el esperanto y hasta en griego mientras "punteaba" su guitarra. Luego ya más calmado sacó de un baúl unos LP's de Iron Maiden y Judas Priest y los puso en un tocadiscos dentro del estudio. Gerardo me dijo "hijo el metal es el futuro de la música, por favor mantengamos esto en secreto pues tu sabes hay gente mal intencionada por ahí", yo me limité a sonreír y decirle "claro Padre, no se preocupe." Sinceramente salí de allí fascinado, hasta ese momento los curas para mi eran una especie de seres aburridos y distantes, pero Gerardo no era como ellos.<br />
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Como todos los Viernes en el colegio había una misa a las ocho de la mañana, todos los cursos se agolpaban en la iglesia para dar gracias al Señor por la semana. La misa transcurrió sin ningún evento, el Padre Fulgencio hablaba mierda sin cesar como siempre hasta que llegó el momento en que la banda debía entonar otra canción. Gerardo guitarra en mano dijo "1,2,1,2,3" y comenzó con las notas de "mi corazón es una caja de música donde Dios colocó su canción, mi corazón es una caja de música donde Dios colocó su canción", en ese preciso instante todo sucedió con mucha rapidez, Gerardo empezó a contorsionarse cual rockero poseído mientras unos rayos azules salían del micrófono, la estridencia de la guitarra era realmente desagradable al oído y la voz de Gerardo parecía aquella de una vieja histérica en una cola de automercado mezclada con gripe de diez días. El Padre Fulgencio gritaba "Ay Dios esta poseído, yo sabía que este cura que nos mandaron algo raro se traía, sálvalo San Pericles", las maestras rezaban y nos hacían rezar a nosotros también, a todas estas Gerardo seguía en su "baile" alrededor de la iglesia echando rayos azules y chillando cual perro que le pisan la cola, finalmente cayó al suelo justo enfrente mío, el pelo se le había quemado, echaba humo por las orejas y sus ojos parecían perdidos en la inmensidad del universo.<br />
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Todos los curas del colegio se acercaron y gritaban oraciones para sacarle el demonio de adentro y le echaban agua bendita, Gerardo me miró y me dijo "coño se me pegó el cable de la guitarra con el palo del micrófono", los curas seguían llenándolo de agua bendita y de oraciones sin importarles lo que aquel pobre hombre decía, solo se limitaban a hacer comentarios como "el satánico este", "Dios castiga a los seguidores del diablo", "hay que llamar al Vaticano para que lo excomulguen".<br />
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De pronto aparecieron unos paramédicos y la policía, subieron a Gerardo a una camilla fuertemente custodiado, el Padre Fulgencio les dijo "cúrenlo y luego métanlo preso, este hombre no merece pertenecer a esta congregación". Yo asustado y confundido por todo aquello trataba de explicarles a los curas que el pobre Gerardo no era satánico y que simplemente había sido víctima de un cortocircuito pero nadie me hizo caso.<br />
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Cuando se llevaban a Gerardo alcancé a ver la hebilla de su correa, esta vez decía "El Infierno espera por ti"…<br />
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DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-70614796326960695212011-07-12T16:19:00.003-04:002011-07-12T16:27:11.147-04:00Pa' loco estoy yo...“Es tu cara, eso es, es esa cara que pones”, así gritaba en tono enfurecido aquella mujer que se encontraba sentada en la mesa justamente al lado de donde yo trataba de tomarme una Coca Cola muy fría. Los humanos somos curiosos por naturaleza, unos más que otros, el que no siente curiosidad pues muerto en vida está. Por más que traté de evitar concentrarme en la conversación, bueno quiero decir, en la gritería que aquella dama le tenía montada a aquel caballero, con cada palabra que pasaba más atención ponía, eran días de aquellos, de esos cuando era superhéroe y el mundo estaba para salvarlo.<br />
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“Esa carita, ves?, no te das cuenta, pero vale, quien se aguanta esa carita”, “pero Elvira” respondía el caballero “cual cara?, de que hablas?, esta es la única cara que tengo”, “no, no, no te me hagas el loco Juan Manuel, tu sabes de que cara hablo, esa que pones, la cara, la cara pues”. A cada momento me acercaba más a la otra mesa, con movimientos sutiles y precisos, arrimaba mi silla con la sola intención de darle claridad en mis tímpanos a toda aquella alegoría a la necesidad humana de armar peos por doquier. “Ves? ves?, repetía Elvira, “es que hay que ver vale, tu y tu cara, chico, increíble, es la carita de siempre”.<br />
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“Me cansé, me cansé de tu cara, es que no ves que me pone de mal humor?, no te das cuenta chico” gritaba la dama mientras hacía aspavientos con sus manos muy bien arregladas y cuidadas. “Esto no lo aguanta nadie, esa cara, quien ha visto?, en donde se ha visto?, pero bueno, esa carita, esa misma, ves? ya la hiciste otra vez”. “Pero Elvira vale” decía el hombre, “que cara?, ya te he dicho mil veces, es la única que tengo, no existe otra”, a todas estas el agobiado caballero se tocaba sus facciones con desespero tratando de buscar algún cambio en ellas que motivara a la dama a insistir en su cara con tanto alboroto.<br />
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“Baja la voz Elvira”, repetía Juan Manuel, “por favor chica, estas armando un espectáculo, no te da pena?”, “a mi no me da pena nada chico, nada, a mi no me da pena” gritaba la agresiva mujer aún con más desesperación que antes, “además ya ves, ya hiciste la cara otra vez, es que esa carita vale, hasta cuando, imposible, esa carita de verdad me enerva Juan Manuel, quítala vale, quítala de inmediato”. “Escúchame Elvira, es que no se de que cara hablas” decía el hombre mientras hacía muecas tratando de encontrar la cara precisa para satisfacer a su mujer, o por el contrario enfurecerla más.<br />
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“Toma chico, no quiero esa pulsera, no la quiero, mientras tengas esa cara no quiero tus regalos” gritó con un alarido digno de película de terror la damicela, el hombre quien ahora se agachaba a recoger la pulsera que había caído al piso estableció contacto visual con mi persona, hizo otra mueca como tratando de excusarse por la conducta salvaje de la mujer y volvió a retomar la conversación. Yo traté de no mirarle, hacerme el loco, bueno cosa que no es difícil para mi, pues loco soy, pero aquellos ojos de aquel hombre decían todo y nada a la vez, sin darme cuenta ya prácticamente estaba sentado con aquella pareja, con aquellos humanos que jugaban su juego, el de herirse sin sentido.<br />
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“No me des ni un regalo más” decía Elvira, “ni uno más, porque te devuelvo esa vaina, o cambias la cara, o te metes tus regalos por el bolsillo”, “pero Elvira, tranquilízate por favor” argumentaba el caballero, “cálmate, por favor, te va a dar un infarto, una cosa, un no se que, algo chica”. “Yo no me calmo un carajo” decía Elvira mientras sacaba unas camisas de una bolsa y se las tiraba en el piso al hombre, “yo no quiero tus regalos, o cambias la cara, o no quiero regalos, regalos, cara, cara, regalos, ves?, me entiendes?”. “Pero Elvira, recoge esas camisas, no te da pena con el señor?”, el señor no era otro que mi persona, quien ya por asomado había pasado a ser parte de aquel dúo infernal, aquel monumento a la discusión, aquella obra de teatro que nunca iría a ver.<br />
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“El señor está en lo suyo, no lo metas en esto, además, fíjate el no tiene esa cara que tienes tu” gritó la desesperada dama, “Elvira, baja la voz, baja el tono”, “disculpe señor” me dijo Juan Manuel, “discúlpela a ella, está pasando por un mal momento, usted sabe”. “Mal momento?, mal momento vas a pasar tu Juan Manuel, mal momento vas a pasar cuando te deje por no quitar esa cara, si, ves?, esa misma, la misma carita”. “Elvira, basta, calma, cordura por favor, el señor nos está mirando”, “mire señor” me gritó la mujer, “usted le pone esa cara, veála bien, esa que tiene este tipo, usted le pone esa cara a su mujer?, dígame, usted se la pone?”<br />
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Petrificado pues ahora si estaba metido de lleno en aquel desastre natural miré hacia arriba, la dama insistía en que mirara al hombre para verle su cara, yo seguía tomando mi refresco y el hombre trataba de captar la atención de Elvira para quitármela de encima. “Dígame pues” gritaba enfurecida la dama, “usted cree que hay derecho a que tenga esa cara?, y me la pone a cada rato, que le parece?”, “Elvira, por favor, el señor no tiene nada que ver en este asunto, por favor, cálmate” decía Juan Manuel. El hombre me veía y hacía todo tipo de muecas tratando de disculpar a la enfurecida mujer quien estaba poseída en su cruzada contra la cara de Juan Manuel.<br />
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“A te vas a poner del lado del macho no?,” me gritó la mujer, “claro, seguro que tu también le pones esas caritas a tu mujer, por supuesto, es que todos lo hacen, la carita, la carita, esa misma, ves?, ya la pusiste”, en ese momento ya no solo el hombre tenía la cara, sino yo también, por supuesto todo de acuerdo a Elvira. “Míralo a él” decía Elvira refiriéndose a mi, “ya puso la carita también, es que todos son iguales, hacen lo mismo, igualitos, cortados con la misma tijera, la carita, si, si, esa misma”. A todas estas yo no sabía de que cara me hablaban, la única que tengo es la que ofrecía, así soy, contra la genética no puedo luchar.<br />
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Juan Manuel se disculpaba constantemente con mi persona mientras la enfurecida dama ya había volcado su ataque no solo contra el hombre sino contra mi con igual intensidad. A todas estas yo permanecía callado pues cuando no entiendo de que habla la gente prefiero no proferir una palabra so pena de quedar como un idiota sin destino. “Juan Manuel, haz algo, quita esa cara, no ves que el tipo este me puso la carita, no lo ves?,” chillaba Elvira, en ese momento ya la cara de Juan Manuel no importaba para Elvira sino la mía era la que la molestaba, el hombre todo apenado trataba de calmar a su mujer, yo reconozco que me sentía con ganas de reírme, y la dama con el pasar de los segundos subía el tono de su voz.<br />
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“Cual cara?”, le dije, “de que cara está hablando usted?, cual es la cara que puse?”, me decidí a decirle con ánimos de poner fin a aquel nefasto incidente en el cual estaba metido. “Ay si, ahora te me vas a poner así” dijo la dama, “viste Juan Manuel?, el tipo me pone la cara y además se hace el loco”, “mire señora” dije, “yo no se de que habla usted, esta es mi única cara”, “no, no, no me vengas con ese cuento” gritó Elvira, “que sabes que me pusiste la carita, la carita esa, la típica, la clásica”. Juan Manuel seguía disculpándose por el ataque de la dama y yo simplemente disfrutaba ver todo aquel show, de gratis y además que me ayudaba a convencerme de muchas cosas que años atrás había entendido.<br />
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Saqué una máscara de payaso que me había comprado, me la puse en la cara, “y ahora?” le dije a la mujer, “todavía tengo la carita esa?, dígame pues”, la dama sorprendida por mi proceder miró a Juan Manuel y le dijo “ves, ves, si tu tuvieras una máscara no tendríamos problemas”. Me quité la máscara y se la di al hombre, quien de inmediato se la puso, la dama quien había cambiado el semblante le dio un apasionado beso al caballero, por encima de la máscara por supuesto, “te amo mi amor” sentenció. Se volteó y me dijo “gracias por la máscara guapo, ves que ahora ya no tiene la cara, y de paso mijo, quita esa carita tu, que ya la pusiste otra vez."<br />
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Me levanté de la silla, deambulé por aquel centro comercial, entré a la tienda de disfraces y me compré otra máscara, solo que esta vez no era de payaso sino de la famosa cara de la que hablaba la mujer…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-69199655837426737902011-06-07T16:00:00.003-04:002011-06-07T16:02:00.287-04:00XAlgo extraño había sucedido con aquel hombre, si es que podemos llamar extraño al acontecer diario en este putrefacto lugar. Llegó muy temprano al trabajo, el mismo trabajo que había mantenido durante años, aquel donde encontró la seguridad establecida, lugar donde se fueron sus ideas al vacío. Sin pensarlo dos veces se orinó en las sillas de sus dos supervisoras, no conforme con esto procedió a verter ácido muriático sobre todos los archivos que por años le habían acompañado. No es fácil describir lo que se siente aquí abajo, razones hay de sobra pero no basta con encontrarlas, caminando con una sonrisa en su cara pues nunca perdió el sentido del humor se dirigió al cuarto de comedor en donde prendió todos los artefactos eléctricos allí encontrados y comenzó a hacer vasos y vasos de café aunque en su vida había tomado ni un sorbo de aquella droga aceptada. Esperó paciente el momento que estaba por llegar, rodeado de vasos de café humeantes que le hacían compañía y con una rosquilla gigante en su mano subió la mirada cuando su supervisora entró despavorida, pálida, enfurecida, y sin mediar palabras le señaló la puerta, de salida claro está. Mordió aquella rosquilla sabrosa y le ofreció una mordida a su supervisora, luego se paró, hizo una reverencia y se marchó sin notar el más mínimo cambio en su constante y habitual estado de mente, es que somos lo que somos.<br />
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Salió a la calle en donde la luz del sol confundía a los transeúntes pues en realidad no quemaba, el sol, como otros, se había rendido en el camino. El rayado peatonal era largo y muy blanco, parecía sacado de una película, gozaba de una perfección admirable, por supuesto, era un paso peatonal. No vió venir el carro que a toda velocidad se aproximaba, la mujer emperifollada y lista para conquistar el mundo traía el pie hasta el fondo del acelerador, la fuerte música que salía de las cornetas no le permitía pensar, quizás era el olor penetrante de su perfume recién salido al mercado. Volteó y vio aquella sombra amenazadora venirse sobre él, la vida no le pasó enfrente de si mismo en un segundo, no recordó a sus seres queridos ni pidió perdón al Todopoderoso, ni una gota de adrenalina se filtró en su cuerpo, nada, la nada, ni un sentimiento afloró mientras el ruido estruendoso del frenado le causó cierta molestia en el tímpano y ni siquiera forzó su mirada hacia el vehículo que quedó a escasos milímetros de su pantalón de tela marrón. Miró el semáforo y comprendió que de nuevo tenía la razón, es solo que a veces no basta con tenerla hay que también entenderla. La dama del carro gritó en la lejanía “es acaso que tu tienes aceite en las venas?”<br />
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Entró al banco, aquel que estaba situado en el centro de la ciudad, con un decorado barroco y una iluminación precaria, dio un paseo sin sentido por cada ventanilla del mismo y decidió pararse en la número siete, desde niño le gustó aquel número y no por considerarlo de la suerte, simplemente le gustaba. Le pidió a la cajera que le entregara todo el dinero que había en la bóveda, acto seguido sonrió y le dijo que se trataba de una broma, la mujer que había perdido la coloración además de sentir un calorcito en la entrepierna le advirtió que podía ir a la cárcel por su “bromita” pesada y que lo dejaría pasar esta vez pues se encontraba feliz ya que finalmente había conseguido novio. Retiró todo el dinero de la cuenta, no tenía mucho en realidad, colocó aquellos papelitos de colores dentro de su billetera y se dispuso a salir. El ladrón, el verdadero ladrón, gritó que le entregaran todo el dinero, la cajera entre lágrimas y sollozos pidió que no la mataran, que le darían lo que él pidiera. Se encaminó hacia el hombre que demandaba el dinero y se paró a su lado, le indicó que era mejor si se iba de aquel lugar y abandonaba la idea de robar el banco, el ladrón sin poder creer aquello le puso la pistola en la cabeza profiriendo unos cuantos insultos, de nuevo le pidió que se fuera del banco, que hasta él mismo lo acompañaba y le compraba el almuerzo. El anti-social ya desesperado le dio un ultimátum, y justo cuando se aplomaba para disparar la alarma del banco sonó, tomó de la mano al ladrón y se lo llevó hacia la calle, le entregó su dinero y le dijo que se fuera. El ladrón aún sin poder dar crédito a lo sucedido trató de explicar sus razones, el hombre tenía las de él, todos tenemos algunas, y por eso nunca estaremos de acuerdo.<br />
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Se fue a su casa en donde luego de tomar un largo baño con agua hirviendo se afeitó y se vistió con un pulcro traje italiano. Se miró al espejo y vió lo que siempre había visto, ni un solo cambio, es solo que no aprendemos a mirar lo que en realidad hay que ver. Después de revisar que todo estaba en orden se puso en marcha, los zapatos negros brillaban en contraste con la luz de aquel iluminado salón de fiestas, la algarabía propia del momento se confundía con la cotidianeidad de cada ser viviente, los colores cansados de su tono suplicaban que les fuera permitido cambiar, es que hay momentos en donde hasta a la poesía le da pereza rimar. La fiesta andaba sobre ruedas, tal cual se planeó cuando se sentó a su lado aquel banquero temerario, después de un simple saludo, y al ver que no existía ninguna reacción le informó que los mercados capitales se habían venido a menos, irrecuperables, una avalancha de destrucción nunca antes vista, todo, todo regado por el piso, la mera ilusión de un descanso eterno venido a menos, sin esperanza se vive, pero la espera se hace larga. Sacó su billetera y le entregó el último papel que ella contenía, sonrió y se paro de la mesa, sin siquiera levantar la mirada salió sin que nadie lo notara, para que te vean debe haber una razón, si la perdiste pues no tienes perdón.<br />
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Decidió caminar hacia su aposento, había sido un día largo, aunque nunca había entendido aquel concepto pues todos, hasta donde él sabía, tenían veinte y cuatro horas, a lo lejos vió unas luces de colores, escuchó las sirenas y se encaminó. No tenía nada que hacer, nadie le esperaba, decidió husmear y vió los pedazos de metal retorcido, cada quien busca lo que quiere, todos encontramos lo que nunca hemos deseado. De pronto un oficial de la policía se le paró al frente y sin mediar palabras le colocó las esposas en sus muñecas. Sin entender pero dispuesto a complacer se limitó a sonreír y esperar. En aquella buseta y rodeado de desconocidos lo paseaban por la ciudad, las amenazas no faltaban, las acusaciones volaban. Entendió al fin que de una manera u otra vamos pero no venimos, se trata de ir y no volver. En la central lo recibieron a patadas y empujones, después de pasar un rato allí sentado, vejado, disminuido, entró a aquel cuarto mal oliente y feamente pintado un hombre mal encarado, tu no le tienes miedo a la maldad policíaca? se limitó a decir, en ese instante otro se acercó y le susurró algo al oído, el hombre le quitó las esposas y le dijo que se fuera, un error o algo así murmuró, las razones las buscamos, sin encontrarlas agonizamos.<br />
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Sin sudar ni una gota ni pensar en lo sucedido caminó tranquilo por aquellas avenidas y calles, la noche estaba bien entrada y apenas quedaban rastros de aquel día en el reflejo de la ciudad. Por un instante pensó en quedarse allí para siempre, estático, plasmado y confundido entre las ruinas del quehacer mundano, es lo mismo si estás y no notan si te vas. Su esposa estaba de viaje, si no hay diferencia no hay motivos para la paciencia. Entró al apartamento y escuchó unos ruidos que llevaba tiempo sin reconocer, allí en la sala su otrora amigo y su esposa jugaban plácidamente a aquel juego del cual siempre deseó escapar, cada quien cruzó las miradas necesarias del caso y el par de tórtolos comenzaron una explicación encadenada de aquellas razones que siempre debemos brindar, luego de un silencio ensordecedor, la esposa se plantó y le pidió que se fuera de la casa, que ese no era su hogar, que allí no pertenecía y no debía estar, ni siquiera la soledad de aquel momento sombrío lo hizo rechistar, sonriendo tomó de nuevo su saco y a la calle se echó a andar.<br />
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Durmiendo en un banco de aquel parque soñó como hacía todos los días, aquella mezcla de razones y motivos que nos acarician mientras no vemos. La pesadilla entró con rapidez y parecía no tener ganas de alejarse, se tornó violenta y misteriosa, un caudal de situaciones del pasado pero que no eran otra cosa que el presente, ese pequeño instante para pasar al futuro, un futuro que logró ver desde siempre pero que quiso encarar en carne propia. Se ensañaban en contra de su ser, aquella voz que siempre susurraba sus razones repetía con constancia y placer las verdades que se alojaban en su interior, una a una, poco a poco, sin piedad ni misericordia, esperando el momento preciso para llevárselo todo, ha llegado tu hora, es acaso que no la estabas esperando?, abrió los ojos y se encontraba tan tranquilo como la noche anterior, como el día anterior, como su vida anterior.<br />
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Un niñito que esperaba el autobús para comenzar su día preguntó “señor, a usted no le da miedo dormir aquí solito sin sus papás?, en ese momento recordé que solo me tengo miedo a mi mismo…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-28137799375365124812011-04-27T10:37:00.004-04:002011-04-27T10:46:35.357-04:00ETIván José Alcántara Molleja había estado fascinado con la vida extraterrestre desde temprana edad, cuando contaba con tres años pasó doce horas seguidas pegadito a la ventana de su habitación repitiendo las palabras UFO, UFO, UFO, pues había escuchado en un programa televisivo que con ese mantra se podía atraer a algún personaje del espacio exterior a visitar nuestro planeta.<br />
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A los cinco años pidió a sus padres que le compraran un disfraz de marciano, se lo puso hasta que las antenitas cayeron vencidas por el uso, a los 7 se subscribió a la revista de cartones "El Espacio y sus habitantes", a los 10 atendió su primer seminario sobre las estrellas y los planetas en el planetario del Parque del Este y a los doce ya escribía historias de seres extraños que nos visitaban para explorarnos y conquistarnos. Igualmente instaló una antena de manufactura casera en la ventana del apartamento donde vivía la familia Alcántara Molleja la cual conectó a las luces del arbolito de navidad con la esperanza que algún extraterrestre se sintiera atraído por aquella gama de colores que titilaban en la noche, el resultado no fue el esperado pues causó un cortocircuito y quemó el pino, las luces y hasta los regalos del Niño Jesús.<br />
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El muchachito no quería ir a Disney World, solo visitar Roswell y el Glaciar Perito Moreno en Argentina para ver si finalmente lograba establecer contacto con algún habitante de otra lejana galaxia. Escribió cartas al SETI, visitó sus instalaciones un verano y pasaba horas y horas leyendo cualquier cosa que de alguna manera u otra le suministrara información acerca de la existencia de vida en otros planetas o galaxias.<br />
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Iván insistía en que quería ser astronauta pues estaba convencido que con algún bicho raro se encontraría en el espacio sideral, finalmente y con gran esfuerzo de sus padres le enviaron a estudiar Astronomía e Ingeniería Espacial a la Universidad de Arizona en donde se destacó y ya graduado con ayuda de uno de sus profesores entró al programa espacial de la NASA, después de un año de entrenamiento finalmente llegó la carta con la respuesta definitiva si Iván pasaría al Programa Elite de Astronautas. Con cuidado abrió la carta para encontrarse que la respuesta había sido negativa, al parecer Iván no contaba con los atributos físicos necesarios para poder realizar viajes por el espacio. Iván continuó intentando de todas las maneras posibles para de alguna u otra forma poder establecer contacto con la vida sideral pero todas las oportunidades se fueron cerrando. Abatido y triste regresó a Caracas y se dedicó a trabajar en el planetario del Parque del Este.<br />
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La vida de Iván se había sumido en el más completo de los aburrimientos, todo era una monotonía eterna, era una especie de pesadilla de la cual no podía despertar. Una noche regresaba solo a su casa como todos los días Iván divisó a lo lejos, en un monte de la carretera una luz roja muy brillante que además parecía moverse en círculos. Después de controlar el carro pues casi se sale de la carretera por la emoción logró ordenar sus pensamientos y pensó "coño al fin, al fin, esta vaina tiene que ser una nave extraterrestre, luz roja circular, de los habitantes de la Vía Láctea en su paralelo 135, detrás de Plutón, seres amigables, pequeñitos, muy inteligentes", "coño no lo puedo creer" se repetía a si mismo mientras aceleraba para acercarse a la brillante luz roja.<br />
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Apagó el carro y se bajó, abrió la maleta del carro y sacó un traje especial que había comprado en un Congreso de Vida en el Espacio Exterior en Canada, se lo puso y comenzó a adentrarse en el monte, poco a poco se acercaba a la luz roja cuando de pronto vio una figura que por la oscuridad de la noche no era más que una sombra con forma de enanito, encorvado, sudando, Iván se paró en seco cuando escuchó unos sonidos extraños, coño se dijo a si mismo, definitivamente son ellos, los habitantes del paralelo 135, ay coño que emoción se repetía a si mismo. Un poco más cerca y haciendo uso de todos los conocimientos adquiridos a través de los años procedió a identificarse. Aquí de este lado, Iván José Alcántara Molleja, soltero, 35 años, 1, 77 de estatura, 75 kilos de peso, terrícola, Ingeniero y Astrónomo, sin ninguna intención hostil, solo queriendo establecer contacto con vida extraterrestre, pacífico y amable, quien responde de aquel lado?. Un silencio sepulcral existía en el ambiente, mientras los ruidos extraños emanados de la pequeña figura encorvada se hacían cada vez más fuertes.<br />
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Iván repitió, yo soy humano, en misión de paz, solo quiero establecer contacto. De pronto la figura se puso en pie y dijo "Carlos Lanz, chofer de ambulancia y coño hermanazo simplemente tratando de echar una cagadita en el monte"…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-33444107757862355602011-03-24T11:17:00.002-04:002011-03-24T14:17:39.796-04:00Viaje GalácticoVenía del trabajo como todos los días, esperando el metro, el autobús, simplemente viviendo la vida, sin más ni menos, me dispuse a entrar a la casa con la esperanza de encontrar a los Medias Rojas ya ganando el partido de aquel día. Escuché unos ruidos muy particulares en el jardín, me acerqué cautelosamente y pude jurar que había visto par de enanitos muy blancos y brillantes saltando, me froté los ojos mientras rezaba a San Goyo, el patrono de los ciegos, y lamentablemente habían desaparecido, "estas loquito" me dije y entré a la casa. Me recosté en la cama para descansar y simplemente caí rendido por el cansancio de un día cualquiera, de un día cualquiera de esos en que ves enanitos brillantes revoloteando por el jardín.<br />
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No recuerdo bien como pasó, solo puedo decir que abrí los ojos y pude ver una luz brillante que venía de la ventana de mi habitación, me levanté de la cama y dije en voz alta, "bien ha llegado la hora, camina hacia la luz donde unos seres llenos de paz y amor te van a tomar de los brazos y te van a llevar a descansar por la eternidad". Seguí avanzando y nada que los afamados y bien conocidos seres de luz, paz y tranquilidad acaban de aparecer para conducirme hacia el otro lado, repetí "no te preocupes, sigue caminando que ya los vas a ver y a sentir". De pronto sentí un carajazo en mi espinilla y pude ver a dos seres enanos, cabezones y con ojos ovalados con cara de malos que se reían mientras hablaban entre sí en una lengua desconocida para mi persona.<br />
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"Quieto guevón", me gritó uno de los enanitos, yo solo pude decir, "tranquilos, tranquilos, no me hagan daño que con esa patada en la espinilla no puedo correr pa' ningún lado", de inmediato el que me había metido la patada en la espinilla sacó una inyectadora y me clavó la aguja en el muslo, "coño que haces enano de mierda? alcancé a decir pero en cuestión de segundos había caído en los brazos de Morfeo nuevamente.<br />
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Desperté amarrado en una mesa fría y de algún metal desconocido, rodeado de 5 enanitos que me miraban fijamente. "Coño no puede ser" pensé, "solamente a mí me llevan unos enanos brillantes para joderme la existencia". Traté de hablar pero no me lo permitieron dándome un carajazo en la boca con una especie de paleta de goma, uno de ellos, el más feo, tomó la palabra y me dijo "bienvenido a la sala 215 del pabellón X-4 dentro de la Nave Nodriza Antares, lugar en donde se realizan experimentos con distintos seres de diferentes razas a lo largo de la galaxia.” "Ahora si me acomodé yo" pensé, "no es suficiente con pagar el carro, el teléfono, internet, la comida, lavar la ropa, cocinar, que las mujeres te desprecien y aguantar a la gente del trabajo sino que enanitos de otro mundo me escogen para experimentar conmigo", otro de los enanos habló "le estaremos realizando experimentos durante unas 12 horas en tiempo terrestre, por favor colabore para no tener que hacerle daño."<br />
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Sin darme chance de patalear una aguja atravesó mi ombligo, "ay coño esto si duele" grité y me volvieron a meter otro carajazo con la paleta de goma en la boca, la aguja parecía recorrer todo mi cuerpo pues la sentía en distintos puntos, de reojo podía observar como en una pantalla se veía mi organismo por dentro mientras los enanitos anotaban cosas en una libreta y hablaban entre si en su idioma desconocido. Después de varias deliberaciones entre ellos se acercaron y me dijeron "terrícola, usted debe permanecer aquí con nosotros pues nos va a ayudar a determinar ciertos parámetros para la invasión programada al planeta ese pirata donde viven ustedes, solamente le vamos a hacer unas preguntas para luego pasarlo a la sección de estudios avanzados. "Me cago en diez" pensé "no le di comida a mi perro, el loro debe andar arrecho, me van a botar del trabajo, mi novia debe pensar que estoy con otra y yo atrapado por estos enanos en quien sabe donde coño."<br />
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Me pararon de la mesa y pude ver como había una mano de seres raros a lo largo de la habitación, un monstrico azul con tenazas verdes se quejaba de la comida que le habían traído y una bola de pelos con tres antenas estornudaba sin parar llenando un pipote con una sustancia amarillenta, en otra de las mesas estaba Jaime Lusinchi al que los seres enanos le habían puesto un letrerito que decía "BASURA", más allá logré ver a Aristóteles que trataba de convencer a los enanitos que la filosofía era más importante que destruir al planeta y muy bien amarrado tenían a Mr. Hyde que trataba de soltarse a toda costa.<br />
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Sentado en una silla con 3 enanitos frente a mí comenzó la ronda de preguntas, "cual es la capital de Suecia? dijeron, yo respondí "Estocolmo", los enanitos se miraron y prosiguieron "a que temperatura hierve el agua? "a 100 grados centígrados a nivel del mar" dije, los enanitos se miraron y continuaron, "cuanto es 2345 x 3790?, "8.887.550 respondí", "quien es el hombre más inteligente del planeta Tierra? "Hugo Chávez" les dije. Hubo un silencio y los enanitos salieron repentinamente de la habitación.<br />
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Entró otro enano con cara de pocos amigos y repitió la pregunta, quien es el hombre más inteligente del planeta Tierra?, "Hugo Chávez" volví a decir, el enano enfurecido me metió otro paletazo en la boca, de seguido entró un enano que llevaba capa y una corona y me preguntó “quien es el hombre más inteligente del planeta Tierra?, "miren" les dije, "Hugo Chávez es el hombre más inteligente del planeta", los enanos se retiraron y la nave giró bruscamente, en cuestión de segundos logré ver por una de las tantas ventanas de la nave que estábamos posados sobre el Palacio de Miraflores, "hay coño" pensé "estos enanos no saben lo que están haciendo, ahora si me van a linchar".<br />
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Con igual rapidez la nave se posó sobre mi casa, los enanos me agradecieron mi tiempo y me regalaron una chupeta que me quitó el dolor por los paletazos en la boca, caminé hacia mi cuarto y me llevé la sorpresa de mi vida cuando en mi sala vi a Hugo Chávez sentado, "que coño haces tu aquí?, "bueno camarada mesmo, misión amistad, aquí me han dejado los enanitos mesmos", "si, si, pero tan rápido?, "mesmamente, rápido sí, es que hablé con ellos, les propuse unas misiones espaciales, alienígenas, les propuse darle petróleo por estrellas, médicos cubanos por polvo sideral, les ofrecí unos terrenos en Barinas a cambio de una nave de esas de ellos para derrotar al Imperio, al de la capa, ese mesmo, el jefe mesmo, le ofrecí el Ministerio de Estudios Espaciales y le dí carta blanca para robar", pude observar a un lado de mi sala una chupeta del tamaño de una nevera y pensé "coño a este sí que le cayeron a carajazos de verdad verdad", Hugo prosiguió "mesmamente les ofrecí un intercambio, unos de ellos se vienen a sembrar tomates en Margarita mientras mando a Nicolás Maduro a aprender cómo manejar la nave para derrotar al Imperio", a todas estás pensé "déjalo que hable, que se distraiga, este es el momento de acabar con esta tortura para los venezolanos", Huguito seguía hablando "y bueno mesmamente les ofrecí unos gallineros verticales y enviarles a Rangel Silva por tres meses para que les imparta unas técnicas de guerra asimétrica para sus batallas galácticas, les regalé la Constitución Bolivariana y les deje claro que tenían que iniciar una revolución en la Vía Láctea para acabar el monopolio oligarca de George Lucas con ese cuentito de Star Wars mesmo, además les pedí por favor que me le enviarán un saludo efusivo a Alien, si el monstruo de la película que yo sé que no es malo sino que es socialista y revolucionario, y por supuesto les recordé la frase de Bolívar 'En la galaxia están nuestros amigos y las estrellas nos dan luz', ah y se me olvidaba les obsequié una morrocoya para que sus muchachitos se diviertan mesmamente."<br />
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Sentí una gran pena ajena por lo que había hecho pasar a los enanitos brillantes pero consideré que estábamos a mano por haber perturbado mi paz en un martes cualquiera, me desplacé hacia la gran chupeta y grité "mira Hugo en la ventana, unos gringos Marines que nos vienen a atacar", cuando el tarado volteó hice rodar la chupeta que más bien parecía una bola de acero, la misma tomó por sorpresa al Teniente Coronel y lo aplastó sin darle chance a escapar, caminé unos pasos y me cercioré que efectivamente el inquilino de Miraflores había quedado espachurrado, sonreí y pude ver como la chupeta tenía una pequeña nota, "Terrícola, gracias por hacernos reír un rato, teníamos tiempo sin hacerlo, nos engañaste, este actor de Radio Rochela de verdad que es una joda, no es el hombre más inteligente del mundo pero de verdad que hizo reír a toda la galaxia………DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-32961953850530901762011-03-22T14:17:00.001-04:002011-03-22T14:17:36.702-04:00VoyeurGuindado en el techo de un baño público en el Hotel Hilton de Johannesburgo Julián Estrada sacó su cámara y su filmadora, con cuidado movió una de las placas del techo falso y comenzó a filmar y a tomar fotos, Nelson Mandela estaba haciendo sus necesidades y Julián realizaba lo único que sabía hacer, filmar y tomar fotos de gente cagando.<br />
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Julián nunca fue un niño normal, desde pequeño desarrolló ese placer por mirar, pero no por mirar pájaros, atardeceres, gente caminando, aviones ó flores, Julián miraba y filmaba gente en pleno acto defecatorio. Tuve la oportunidad de conocerlo en uno de mis viajes a un Congreso de Ociosos en Montevideo, Uruguay y fue donde me confesó su placer por espiar y filmar a los seres humanos en lo que el consideraba era el momento más indefenso de una persona a lo largo de su vida, me decía este argentino "Ché, vos has visto momento más vulnerable en la vida de un ser humano que cuando está allí sentadito, solo, con los pantalones abajo y además realizando todos los ritos que tiene que hacer la gente para poder relajarse y depositar los leños". Según Julián todas las personas tenían ritos extraños, formas distintas, fetiches y maneras para poder ejercer el derecho a liberar las tripas de la mugre en ellas contenida.<br />
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Yo me limité a decirle "coño Julián, extraño gusto el que has desarrollado, pero bueno cada loco con su tema". El tipo me dijo "y bueno querido, esto tiene un fin, me he dedicado a filmar gente famosa y no tan famosos, y pronto Warner Brothers finalmente va a producirme la película que siempre he soñado realizar, ya tiene hasta nombre, 'Historias Cagadas'.<br />
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Julián siguió hablando y me dijo, "mirá querido tengo a Madonna, al Dalai Lama, Sean Connery, Julia Roberts, Angelina Jolie, Tony Blair, Ricky Martin, Donald Trump y hasta a Maritza Sayalero en pleno acto con sus respectivas pocetas, de hecho tengo más de 500 personalidades famosas y unas 1200 personas de la vida, es más te cuento que Bill Clinton caga fumándose un tabaco mientras ve fotos de Monica Lewinski, Pelé caga después de echar una foto de Maradona a la poceta, tu presidente Chávez lo hace cantando el himno nacional y se pone una barba falsa para parecerse a Fidel Castro, el Papa lo hace mientras ve una foto de Satán y Jennifer Lopez se sienta al revés en la poceta. No te cuento más para que vayas a ver la película, y bueno no te vas a creer lo que la gente común hace, no te lo vas a creer", soltó una carcajada y se volteó para perderse entre los asistentes al Congreso.<br />
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Eran las 10:30 p.m. cuando sentí uno de mis clásicos retorcijones, de un salto me paré y agarré mi barajita de Bill Buckner, si de ese mismo infeliz que se le fue un batazo entre las piernas en la Serie Mundial del año '86 y que me causó mi primera gran depresión con apenas 12 años, cuando los Medias Rojas de Boston perdieron ese año juré que cada vez que fuera a depositar llevaría conmigo la barajita de ese nefasto personaje para de alguna forma figurativa sentir que me estaba cagando en él por el dolor que me había causado, ya sentado y concentrado en mi barajita me entró la psicosis pensando en que el argentino podía estarme viendo, con mucha cautela levanté mis ojos hacia arriba, así como quien mira a "ojo de perdíz" y alcancé a ver como se movía el techo falso de la habitación en que me encontraba y pude ver como Julián Estrada me filmaba.<br />
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Unos meses después me enteré que finalmente la película que conmocionaría al mundo se iba a estrenar en Nueva York, muy tranquilo me trasladé a la Gran Manzana para ir al estreno de la misma. Con alfombra roja y demás Julián Estrada fue recibido, un grupo de más de 500 personas se apersonaron para ver el "film" por primera vez. Hábilmente me logré colar en la premiere y lo reconozco pasé una pena terrible cuando ví que el nefasto argentino me había incluído en su "documental", una señora que estaba sentada al lado mío me reconoció y empezó a cuchichear con el marido, yo simplemente me hice el loco, me paré y salí a esperar el momento indicado.<br />
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Al rato comenzaron a salir las personas, una multitud se había aglomerado en la zona para aclamar al "gran director" argentino por su fantástica película, luces, sirenas, gritos, gente desmayándose y demás acompañaban la escena. Yo paradito allí esperé y finalmente Julián salió ante los aplausos y gritos, el tipo me vió y me dijo "y boludo como andás?, que bien salistes no?. Sin contestarle levanté mi índice y le indiqué una de las pantallas gigantes de Times Square, allí se podía observar con toda claridad a Julián Estrada, sentado en su poceta, vestido de Superman, cantando "Juan Charrasqueado" y con un peluche de un oso rosado.<br />
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Julián trató de decirme algo pero lo paré y le dije "a mi no me jode nadie", y me fui caminando.DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-84482130287863507802011-02-03T14:11:00.004-05:002011-02-07T08:23:03.266-05:00El recuerdo de aquella noche fantásticaSe preparó durante muchos años para aquel momento. O eso creía él. Minuciosamente estudió las probabilidades de salir con vida ante aquello que se le presentaba, analizó con esmero cada particularidad entre el cielo y la tierra. <br />
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Así se embarcó en aquella aventura, aquel momento frenético que lo catapultaría hacia el nuevo mundo, lo desconocido, todo aquello que siempre había soñado. Hay segundos que se transforman en minutos, estos en horas, otros en días, después meses y años, es lo mismo, igual a siempre, en un instante distinto. <br />
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Algunos perciben los cambios, otros cambian para percibir. La realidad acerca, hasta donde el sueño lo permite. Caminó por veredas conocidas y extrañas, flotó en aquella masa inerte de colores, se permitió seguir, sin dudar, con aquel sereno andar.<br />
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Con perfecta precisión calculó la hora exacta de su transformación, ese brinco hacia un lugar fantástico por supuesto, la mezcla de matices perfectos para desarrollarse a su máxima expresión. Al, parecer olvidó que la vida es una apuesta perdida, ciertamente perdida, pero con la esperanza que el croupier se equivoque.<br />
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Pensó en aquel tiempo en donde esperaba por las estrellas, soñó con olores distintos a los cotidianos temores, vemos lo que creemos, creemos en lo que vemos, el presente es un instante entre lo que fué y lo que será, es solo que dura una eternidad. En ese mito que se llama vida y que los humanos jugamos día a día...si la vives sales muerto y si no por igual.<br />
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Así sintió el cañonazo, los fuegos artificiales iluminaron la ciudad, recibió los abrazos y besos de costumbre y entendió que era lo mismo, exactamente igual a un minuto atrás…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-46401594870713974702011-01-10T16:23:00.002-05:002011-01-10T16:28:25.288-05:00MelchorAl Monje Loco lo conocí en una rumba, si en aquella época en donde todavía salía a fiestas a ver como se estaba moviendo el ambiente macabro de las relaciones humanas, quien estaba ganando aquella malvada batalla?, hombres? mujeres?, nadie en realidad sabría decirlo. Melchor Capodimonte era su nombre, yo pedía en el bar una Coca-Cola ante la mirada atónita del barman cuando Melchor pidió un "sombrero", "Kahlua con Ponche Crema" dijo como para reafirmar que era lo que quería. Sin mediar palabras me abrazó y se guindó a llorar. Mis instintos machistas me hicieron retirarlo mientras le decía "no jodas guevón tu estas loco?, pero al verlo a los ojos entendí que el dolor se había apoderado irremediablemente de aquella alma en pena y no me quedó más remedio que prestarle mi hombro para que llorara. Después de sollozar un buen rato y de cagarme la camisa con mocos, me dijo "coño, no tengo como pagarte, te cagué la camisa, que vaina, que mierda soy, que débil". Yo la verdad después de haber asimilado que hay que estar bien jodido para tratar de rascarse a punta de Kahlua con Ponche Crema le dije "no te preocupes pana, tengo otras, es solo una camisa."<br />
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"No puedo más, no puedo más, mi corazón no es de goma, es que no puede ser", para mi estaba claro que el pobre Melchor estaba jodido por algún culito de los tantos que ahogan la existencia de los hombres. "Mira chamo" le dije "yo tengo un tratado escrito de todas esas vergas, lamentablemente no hay solución, simplemente te duele y no venden nada en la farmacia para que se te quite, el tiempo ayuda, pero no borra, es solo cuestión de tomar decisiones de vida". Capodimonte me miró y me dijo "y de que se tratan esas decisiones de vida?, "mira loquillo" le contesté "eso no es así tan fácil, tu estas golpeado hoy, abatido, no estás pensando claro, mejor te explico otro día", "no, no coño, me tienes que decir hoy por favor" me dijo Melchor mientras se me guindaba a la camisa otra vez, "bueno, bueno loco, está bien pero no me le arranques los botones a la camisa, con los mocos es suficiente".<br />
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Le hice una seña a mis panas que no entendían de que se trataba aquel carajo que se me guindaba encima y cargué con Melchor hasta mi poderoso Chevette. Aquel en donde en alguna oportunidad habían paseado bellas damicelas caraqueñas pero que en ese momento solo se usaba para llevarme y traerme en mi andar lúgubre pero feliz. "Melchor Capodimonte pana" me dijo, "Melchor Capodimonte, jodido, escoñetado". "Verga pana que pena" prosiguió "yo te saqué de la fiesta, seguro tenías tu culito allá adentro, no se tu control, tu entuque, tu jevita, tu mamita, que pena de verdad", "mira Melchor, yo no tengo un coño, de vaina y me tengo a mi mismo", le contesté "hace tiempo me retiré, después de documentar una a una todas mis historias, un día así como el que estas viviendo tu hoy me miré al espejo y me dediqué a otras cosas, no digo que de vez en cuando no le haga una maldad a alguna diabloterita, pero en general mi vida necesita paz y no hay vaina más complicada que un animal que sangra por cinco días y no se muere."<br />
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Melchor explicó con lujo de detalles su última desventura, nada nuevo para mis oídos la verdad, otra simple historia de esas que se escuchan por doquier, una vieja historia que ya había documentado en mi cuaderno empastado. "Lee ahí" le dije, los ojos de Melchor se aguaron al ver como su historia ya me había pasado a mi, simplemente otros nombres, otros lugares, unas cuantas groserías distintas, pero el mismo resultado. "Y que hago ahora?, me dijo "que le hago a este hueco?, "mira Melchor, el hueco se cierra, todo dependerá de cómo tu lidies con tu cicatriz, hay los que se ponen vengativos, hay los que se esconden, hay los que se dedican a darse más carajazos para ver cual les duele más y así un sin fin de opciones que copan la escena de las relaciones humanas." "Ellas por otro lado" proseguí "lloran sin parar, se levantan y le pican el ojo a cualquier guevón y ya eres historia, nosotros cargamos con cruces de por vida, ellas se cagan de la risa, de alguna forma nos tenía que joder el universo, es un planeta hecho para los hombres, pues por ahí nos agarraron, pero bueno Melchor tu solito puedes tomar tu decisión."<br />
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Volví a subir al pobre Melchor que apenas podía caminar a mi vehículo y lo dejé en su casa, le estreché su mano y le dije lo mismo que me había dicho mi maestro el día que me rescató de un despecho reventador "suerte" y me fui. De regreso a mi casa donde me esperaban mi gran danés arlequín y mi loro sin patas, pensaba como siempre pendejadas mientras las notas de "I wanna be sedated" de Ramones retumbaban en mis tímpanos. Pobre Melchor, que jodido está, pero bueno yo no puedo andar de salvador de todas las almas en pena del planeta, le prenderé una vela a San Flavio, de quien dice la historia rebotó con todas las mujeres que intentó conquistar hasta que se suicidó y el Altísimo lo perdonó concediéndole la vida eterna porque no había habido personaje con tan mala leche en la historia de la humanidad.<br />
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Sentado en el techo de mi hogar, recordaba mi vida pasada, esa en donde asaltaba la ciudad en busca de la sensación única e inigualable que produce la flotadura. Como siempre llegaba a la misma conclusión, la flotadura se disipa y te deja más vacío que bandeja de suspiros en la puerta de un colegio, ahí empiezan los peos y la destrucción paulatina, claro está si llegas a ese punto porque puede ser que aparezca el clásico "billete mata galán" y te jodan antes, o simplemente toda una gama de situaciones infelices que se mezclan para joderte la existencia, sino te agarra el chingo te agarra el sin nariz, así son las cosas aquí.<br />
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A la mañana siguiente y como todos los días de mi vida subía Sabas Nieves, si para creerme el mojón de encontrarme con la naturaleza y eso, vamos a estar claros a quien coño le importa la naturaleza si lo que llevas adentro es un tumulto de escoñetamiento generalizado, por suerte y en mi caso ya yo había pasado por allí entonces ya me estaba creyendo el mojón de la naturaleza, la salud, el pato y la guacharaca. En plena subida del diablo y a golpe de 6 de la mañana me saltó de los matorrales, llevaba un sobretodo marrón con capucha y una cuerda amarrada a la cintura, con mi habilidad y mi entrenamiento lo esquivé y justo cuando le iba a soltar el primer coñazo, se quitó la capucha y gritó "no me jodas Policarpio, soy yo, Melchor, te acuerdas?, "pero bueno pedazo de mierda como me asustas así, ya te iba a aplastar la nariz" le dije, "mira chamo, por favor me tienes que ayudar" dijo Melchor, "estuve pensando y bueno esta es mi decisión de vida", "que coño?, meterte a monje y asustar a infelices subiendo Sabas Nieves? repliqué, "no, no, Policarpio, me voy a volver un personaje misterioso, que no me puedan ver la cara, a ver si así las carajitas dejan de joderme, que te parece la idea?.<br />
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"La verdad Melchor" le dije "en mi vida había visto una vaina más ridícula que esta, pero vamos a hacer algo, déjame llegar arriba y voy a tratar de pensar en como buscarle una solución a tu peo". "Gracias maestro" me dijo el adolorido y golpeado ser humano, "mira, mira, nada de maestro, conocido y me pesas guevón" le respondí. Melchor se puso su capucha y salió corriendo perdiéndose en los caminos de la montaña. Yo seguí mi ruta hacia arriba mientras entre una mezcla de risas y pena me acordaba del loquito este vestido de monje tratando de buscarle una solución a sus problemas amorosos. Descansando después de mi jornada de ejercicios y después de invitar a salir a cuatro muchachas a las cuales iba a dejar embarcadas nada más por joder, comencé a estudiar como se le podía sacar provecho a la vestimenta de Melchor en haras de conseguir su meta, que no lo siguieran jodiendo las mujeres. Mi maestro años atrás me había pasado la misión de ayudar a las almas podridas por culpa de las mujeres, y sin lugar a dudas Melchor era una de ellas, el asunto está en que yo no puedo tomar decisiones por él, si Melchor quiere vestirse así pues yo solo puedo darle luces para de alguna u otra forma consiga el éxito esperado.<br />
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Sentado con Melchor al frente vestido de monje, lo bautizé, "pareces un monje loco" le dije, "pero bueno Melchor, que es lo que quieres hacer exactamente? pregunté, Capodimonte me explicó que el estaba convencido que no podía vivir sin su amada Ana Elisa, que tenía que recuperarla a toda costa. Yo seguía sin entender pues hacía dos noches lo habían mandado a freír monos, confieso que intenté persuadirlo diciéndole que aquí nadie se muere por nadie y que al final lo vería como un recuerdo de un pasado muy lejano. Melchor insistió en que moriría de mengua si no recuperaba a su ya ex novia y que yo debía ayudarlo. Capodimonte se quitó el traje de monje y me lo entregó y me dijo "yo no puedo Policarpio, tu tienes que convencer a Ana Elisa de volver conmigo, te tienes que hacer pasar por mi persona, recuperarla y luego entregármela", "no, no, ya va, tienes fiebre?, le dije, "que es esta vaina Melchor?, el hombre se arrodilló y me dijo "por favor, por favor", "párate coño que si mi mamá te ve así va a pensar que me metí a sadomasoquista y tengo una esclava vestida de monje en mi cuarto" le dije, "no me paro hasta que no aceptes ayudarme" sentenció.<br />
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"Esta bien Melchor" contesté, "que carajo es lo que tengo que hacer?, Capodimonte procedió a exponer su plan, esa noche había una fiesta en casa de Ana Elisa, yo iría vestido de monje, y le diría a su ex novia que era él y que estaba vestido así pues no quería mostrar mi cara hinchada por el llanto, trataría de recuperarla y de alguna forma devolver la vida al pobre Melchor. Vestido de monje, usando la colonia de Melchor que me hacía estornudar, sus zapatos que me quedaban grandes y convencido de que si era descubierto tendría que mudarme para Altagracia de Orituco me subí al carro en donde Melchor llevaba también otro disfraz de monje.<br />
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Entré a la fiesta en donde de inmediato se escuchaban risas y comentarios nada agradables, viendo una foto de Ana Elisa la identifiqué de inmediato, lo que no sabía yo era que el carajo que estaba al lado de ella y por el cual había dejado a Melchor medía 2 metros y pesaba 110 kilos. Sigilosamente me moví entre los presentes y me metí en la cocina para echarme un palo de Coca-Cola para calmar los nervios, allí los padres de Ana Elisa sentados en la mesa vigilaban que los invitados estuvieran a gusto en la fiesta, "quien eres tu?, me dijo el papá, "Melchor, señor Izquierdo", "Melchor, pero que haces aquí, yo creía que…, "si, si, Ana Elisa me dejó pero he venido a recuperarla, usted sabe, el amor", la mamá dijo "pero que es ese traje muchacho, tu estás loco?, "no, no, señora Izquierdo, bueno loco de amor, por su hija", me invitaron a sentarme y me dieron mi Coca-Cola, allí comencé a hablar mierda como los buenos, por supuesto sin dejar ver mi cara, comencé por mis planes, de los planes que tenía para Ana Elisa, todo esto mezclado con mis viajes a Constantinopla y mi pasión por la apicultura, los padres encantados que no entendían como Melchor había pasado de ser un infeliz inseguro a aquel hombre seguro y encantador me miraban embelezados. Me paré y les dije "bueno discúlpenme, debo recuperar a su hija", la mamá me dijo "suerte, mi amor y ten cuidado que el tipo ese con que esta saliendo es bien grande", el padre solo me puso una mano en mi hombro y dijo "carajo, este es el palo de hombre que yo quiero para mi hija."<br />
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En el salón de la casa todos bailaban con las notas de Billy Idol, poco a poco y dando brinquitos en donde perdí uno de los zapatos por quedarme grandes me le puse al lado a Ana Elisa quien no sabía quien coño era el loco vestido de monje en su fiesta. De pronto me le acerqué y le agarré la mano dándole la cédula de identidad de Melchor, Ana Elisa la miró y se puso roja como un tomate, a todas estas el gigante seguía bailando en su nota, sin que se diera cuenta me le acerqué y le clavé 25 alfileres en la nalga, la bestia aquella chilló cual marmota herida, y yo aprovechando la confusión agarré a Ana Elisa y me la llevé para afuera de la casa.<br />
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"Pero Melchi" me dijo "tu estas loco?, que es esto?, lo nuestro terminó", "y además que haces metido en esa capucha?,", "Ana Elisa, es que tengo los ojos hinchados de llorar, yo no puedo vivir sin ti", allí y cuando la mujer se me iba escapar le solté el clásico discurso que toda mujer quiere escuchar, hablé de casa, hijos, perros, gatos, viajes, joyas y todas las guevonadas que se me vinieron a la mente, Ana Elisa con lágrimas en sus ojos me dijo "yo te amo Melchi", "que tonta fui, me perdonas?, confieso que me provocó cagarle la existencia pero el trabajo de amante subrogado ya me tenía ladillado y le dije "yo también". La llevé al carro en donde Melchor estaba escondido, nos sentamos y no me quedó más remedio que clavarle unos besos para distraerla mientras hacíamos el cambio, con cuidado y después de pedirle que cerrara sus ojos Melchor tomó mi puesto, sin pensarlo salí arrastrado y caminé por la ciudad palpitante recordando mis días de gloria.<br />
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Parado enfrente de un carrito de perros a golpe de 3 de la mañana sonó mi celular, una voz llorosa me gritó "coño e' madre por qué no me dijistes que besabas el labio de arriba"……..DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-45580370940527784602010-12-02T13:49:00.002-05:002010-12-06T12:47:15.277-05:00Jugando a la locura<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBtMFQY3e4LxH5HkAOhIzWhpgAZrmF9nB9_mydkA7LJJ-ZBpj15leL5-Mi3iWQD7Yeq1XINtkJ25O85KRfVwDGi5ZPii-r7w6XbhIRhG4vam6zHabkv0jaX6llpbxyEgQpuLXL/s1600/sombra.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="317" ox="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBtMFQY3e4LxH5HkAOhIzWhpgAZrmF9nB9_mydkA7LJJ-ZBpj15leL5-Mi3iWQD7Yeq1XINtkJ25O85KRfVwDGi5ZPii-r7w6XbhIRhG4vam6zHabkv0jaX6llpbxyEgQpuLXL/s320/sombra.jpg" width="320" /></a></div>Caminando por una de las tantas calles de la ciudad donde crecí, si pues no nací allí, es solo que la sentía como mi ciudad pues ella me enseñó a ser lo que soy sostuve una de mis tantas discusiones con mi sombra. Si la jodida sombra que siempre quiere hacer lo que de la da la gana e intenta escaparse dejándome vacío e inerte, vuela hacia otro lado y entonces no llevo a mi lado a ese pedazo de mi que se encarga de equilibrar mi alocada existencia. Molesto le grite “coño sombra mía, hasta cuando vas a seguir jodiendo?, la muy malcriada me acusó que nuevamente había logrado que chocara contra un árbol y que no había tenido el cuidado suficiente de llevarla por algún lugar plano y sin obstáculos.<br />
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No se si les ha pasado pero no hay nada como pelear con una sombra, son particularmente hábiles y escapistas. Malhumorada se sentó y se negaba a seguir junto a mi, ya perdiendo la paciencia le ofrecí comprarle un raspado de kolita con leche condensada para que se quedara quieta. Accedió y seguimos caminando pero me descuidé nuevamente y se volvió a golpear, esta vez contra un poste de luz que no logré esquivar, mi sombra soltó el raspado retrecheramente y no me quedó más remedio que combatirla, después de una ardua lucha en donde corrimos por cerca de veinte avenidas, nos llevamos a varias viejas por el medio regando sus bolsas llenas de verduras e hilos de coser por el piso y casi morimos atropellados tres veces la capturé colocándole las esposas que llevaba en mi bolsillo. Justo cuando pensaba comenzar a caminar hacia mi casa de nuevo me atraparon. “Policarpio esta vez no te escapas”, gritó uno de los gorilas con batas blancas, “directo al manicomio, ya es demasiado lo tuyo” murmuró el otro gigantón. Por más que traté de explicarles que todo se debía a causa de una sombra malcriada, mi sombra malcriada, en particular, todo fue en vano. <br />
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Montado en una ambulancia que más bien parecía una perrera, me llevaban atrapado por una camisa de fuerza, mi sombra cagada de la risa me hacía morisquetas al verme indefenso ante aquellos enfermeros que cercenaban mi libertad por un tiempo indeterminado. Llegado al sanatorio me bajaron con rudeza y me dijeron algunas cosas que no puedo repetir so pena de ponerme a llorar y no poder proseguir con la historia. Una vez adentro y después de liberarme de la camisa de fuerza pero obligarme a tomar unas pastillas de algún sedante me sentaron al frente del director de la institución para enajenados mentales. “Pues bien Policarpio”, dijo el galeno, “finalmente te atrapamos, sin lugar a dudas eres todo un artista del escape, pero no, esta vez no, ahora estas en mis manos y pagarás por todas tus locuras”. “Pero coño”, le dije yo “en mi vida me he metido con nadie, esta vaina es el manicomio o la cárcel?, que es lo que tengo que pagar yo?, el tirano doctor no contestó, simplemente hizo una seña con las manos y dos gorilas distintos procedieron a levantarme de la silla y llevarme a mi habitación.<br />
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Una vez acostado en mi nueva cama, en mi nuevo cuarto, cuatro paredes de color verde poceta y un pequeño catre para dormir, mil pensamientos cruzaban mi mente que se negaba a rendirse ante los efectos del sedante. Ciertamente yo estaba loco, pero hay locos buenos y malos, yo jugaba en el equipo de los buenos, un loco superhéroe, forjador del bien y paladín de la verdad. Agotado por la pelea con mi sombra, aunado al largo viaje hasta el manicomio en Caraballeda me rendí cayendo en un sueño profundo, un sueño de esos donde sientes que flotas, en donde ves tu vida, tu vida pasar enfrente tuyo y no puedes hacer nada por detenerla, es solo un sueño me repetía, hasta que cansado del sueño me desperté sudoroso y con frío, en un cuarto vacío, solo, Policarpio y yo, yo y Policarpio, más nadie, unidos en una batalla contra la insanidad, enfrascados en otra de las aventuras que habría de vivir, en otra de las simples y angustiosas carreras contra el tiempo que debí librar en aquellos tiempos de mi existencia.<br />
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El duro golpe en el coco me levantó de la cama, uno de los gorilas me tomó por el brazo y me dijo “a bañarse”. Metido en la regadera en donde salía el agua más fría que nunca he sentido en mi piel, temblaba, el concierto de mis dientes chocando el uno con el otro hacía que varios de los pacientes se me acercaran y me miraran con ojos de loco, bueno con que otros ojos me podían mirar. Allí a las seis de la mañana me di cuenta de mi nueva realidad, el manicomio, rodeado de otros que como yo habían perdido la razón, pero es acaso que la había perdido yo en realidad?. Sonó un pito y los locos comenzaron a gritar, unos enfermeros y enfermeras entraron y nos tiraron unas toallas para secarnos, después a un cuartico, todos juntos, unas baticas y unas cholas, y sin derecho a pataleo a desayunar.<br />
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En el comedor de aquel lugar existía una especie de silencio sepulcral el cual era interrumpido por algún grito que otro que salía de algún alma golpeada por la vida y abollada por los malos tratos del personal que allí laboraba. Un plato de avena fría y un cambur pasado me llenaron el estómago. Mirando a todos lados y con el temor propio de lo desconocido me paré de la mesa para alejarme de aquel cuadro nada confortante. No tuve tiempo de terminar de pararme cuando fui golpeado por la espalda, mi cara se enterró en el plato sucio de avena, de mi boca brotó un hilo de sangre que me recordó que eso es lo que llevo en las venas, tratando de recuperarme logré escuchar a un enfermero gritarme “aquí los locos no se levantan de la mesa hasta que suene el pito”, traté de decir algo pero me recordé que siempre seré dueño de lo que callo y esclavo de lo que digo, en ese preciso instante decidí callar y limpiar mi cara con mi franela, si con mi franela blanca que siempre me acompañó en mis batallas gloriosas.<br />
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Parado frente al director del sanatorio me encontraba, más solo aún, el hombre estudiaba con dedicación mi expediente, lo puso a un lado y sonrío, “pues bien Policarpio, tu estadía va a ser larga, no podemos seguir permitiendo que aterrorices Caracas así por así”, “pero, señor, doctor que digo, yo no le he hecho nada a nadie, confieso que no entiendo de que se trata esto”, después de soltar una sonora carcajada me dijo “ah Policarpio, tu tienes tus delatores, tu crees que a todo el mundo le conviene saber que hay alguien que vigila y protege a los desamparados?. Me invitó a sentarme y luego de ofrecerme un caramelito de fresa de esos de consultorio médico procedió a hacerme unas preguntas. “A ver, por donde sale el sol?, yo ya ladillado de aquel infeliz y habiendo ya decidido que de alguna manera escaparía de allí le dije “bueno depende doctor, si usted se pone boca abajo y mira de reojo pues sale por el Sur, pero si lo mira con buenos ojos usualmente sale por el Oeste”. El médico se llevó las manos a la barbilla y me dijo “aja, y de que están hechas la arepas?, “bueno doc, mire yo creo que de arena y cal, tiene que ser, esa saborcito no puede provenir de otra cosa”, el galeno algo incómodo soltó una tercera pregunta, “de donde vienen los humanos?, después de soltar una carcajada respondí “pues de donde más que de Paris, la cigüeña los trae, nuestros padres se toman de las manos y nos piden no?. El médico hizo un gesto de desaprobación con la cabeza y gritó “al cuarto de reclusión solitaria.”<br />
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Sentado solo en aquel cubículo oscuro con olor a viejo en cama con pañales cagados me acordaba de aquellos días en que había sido feliz, aquellas fechas en donde las cosas se veían simples y el cielo azul. Después todo había cambiado, comencé a crecer creo yo, me invitaron al mundo de los adultos y yo por curioso di el paso hacia lo desconocido, ciertamente extrañé aquellos días en que los obstáculos no eran más que juegos de niños en un parque de árboles. Solo, así me sentí, el silencio al lado mío, allí tranquilo y en aquel encierro de negro ni mi sombra estaba para discutir. Pan y agua, perdí la noción del tiempo, solo se que soñé, dormí lo que pude y pensé sin cesar. Finalmente se abrió la puerta y de allí al patio, los rayos del sol me cegaron, el ruido de los pacientes me ensordeció, cuando mis ojos volvieron a ver, lo divisé, agarrado a una reja, hablando consigo mismo, me le acerqué y le dije “y tu quien eres?, el hombre con voz desconfiada contestó “Tarzán, pero no se lo digas a nadie”, extendí mi mano, y Tarzán me dijo “tu eres Chita?, “no, no, déjate de vergas, yo soy Policarpio y tu me vas a ayudar a salir de aquí.”<br />
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Tarzán, que realmente se llamaba Roberto Alcázar, y que no estaba tan loco como le hacían creer se entusiasmo de inmediato con la idea de escapar del sanatorio. Le dejé claro que yo era el que iba a escapar, que el debía curarse primero para poder salir, por supuesto que ni me entendió ni me paró bolas pero de todas formas se lo repetí varias veces. “Oye Tarzán y tu conoces otras personas aquí?, al hombre se le iluminaron los ojos y salió corriendo, en dos minutos estaba rodeado de tres locos más, Hildemaro Plaza, quien juraba que había fantasmas persiguiéndolo desde niño y que además le mordían las nalgas en las noches, Ricardo Olavarría, abandonado por sus padres a los 5 años, más peligroso que alacrán con alas y con habilidades que variaban desde ladrón de bancos hasta trapecista de circo y por último Marisela Guzmán, linda dama de ojos claros, y quien estaba convencida que era la reencarnación de Cleopatra y que Caracas era Egipto solo que nadie lo sabía. Allí parado, con esos pilares de la cordura, pero de seguro con más corazón que aquellos atroces médicos y enfermeros armé el plan de ataque.<br />
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Esa noche recé al Arcángel Boludino, de quien cuenta la historia enloquecido por el sonido de las arpas de los ángeles les cortó todas las cuerdas siendo expulsado del cielo y penando de por vida en la eternidad como el loquito que osó romper las arpas celestiales. No había otra tenía que escapar de allí, loco es el que se pega con dos ladrillos en las chácaras, ese si está loco, de resto somos todos partícipes de la fauna que soltaron en este pedazo de mojón redondo en donde nos dejaron. Después de batallar con el insomnio caí en las redes de Morfeo, soñé nuevamente, y desperté listo para llevar a cabo mi plan. Luego del baño con agua fría y de cerciorarme que mis secuaces todavía se acordaban que íbamos a tomar por asalto el manicomio nos dirigimos al comedor, con cuidado y precisión nos llevamos unos cuchillos y tenedores y guardé un poco de avena en mi bolsillo, la fiesta estaba por comenzar.<br />
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Sentados en un círculo en una terapia grupal le hice la seña a mis compañeros, agarrando la avena que ya para el momento parecía cemento se la metí por la frente al doctor de turno, de inmediato Tarzán y Olavarría saltaron sobre los enfermeros que cuidaban la sesión y después de amenazarlos y dominarlos con los cuchillos les quitaron la ropa amarrándolos con sus propios pantalones, a todas estas yo brinqué encima del médico y le soné una patada en el mentón para cerciorarme que caería rendido, Hildemaro cuidaba la puerta mientras Cleopatra ordenaba a los locos tal cual ejército para proceder con la toma del sanatorio.<br />
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Sigilosamente me dirigí hacia la oficina del director no sin antes pasar por un puesto de enfermeras en donde capturamos a las viejas que nos dopaban a diario. Allí Hildemaro se quedó viendo feo a una enfermera que siempre lo veía feo según él, la vieja que asustada le decía “no me mires con esos ojos de loco por favor” lloraba desconsolada mientras Hildemaro peleaba con alguno de sus fantasmas sin quitar los ojos de encima de la mujer. De una patada tumbé la puerta del director del manicomio, el hombre sorprendido y además con los pantalones abajo por estar jugando al papá y a la mamá con una enfermera joven trató de oponer resistencia hasta que Olavarría le propinó un recto a la nariz que lo dejó en el suelo. La enfermera que pidió la dejáramos vestirse, se limitó a dejarse amarrar, me miró con ojos pícaros pero logré resistir la tentación.<br />
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Una vez tomados por asalto todos los puestos de enfermeras y médicos, agarré un micrófono que se encontraba conectado a unos altoparlantes que se escuchaban a lo largo y ancho del recinto e informé a todos los pacientes que ahora ellos eran dueños de esa vaina y que ellos eran los médicos tratantes a partir de ese instante. La algarabía no se hizo esperar y comenzamos por llevar a todo el personal del hospital mental a bañarse, bajo el agua fría los médicos y el personal de apoyo nos miraban con cara de querernos asesinar, los pacientes reían y pedían a gritos llevar al director al cuarto de reclusión solitaria. Los complací y lo cargamos entre todos y lo encerramos allí, al enfermero que me había metido la cabeza en el plato lo amarré de una poceta que había llenado con todo tipo de químicos, Olavarría le puso una mecha a la cosa y volamos al coño e’ madre por los cielos, a los otros médicos y enfermeras los metimos en salones a hacer terapia, solo que esta vez los locos eran quienes dirigían las mismas y se encargaban de hacer las preguntas. Llegada la noche busqué al director y lo amarré a la silla de su oficina, con cuidado busqué mi expediente el cual quemé en el acto, y después de cantarle unas canciones de Popi y recitarle unos poemas de mi infancia le corté el cabello al rape y lo maquillé tal cual “drag queen”. Entonces le pregunté “de que color son las pantaletas de tu mamá?, el viejo que no podía responder pues tenía tirro en la boca me miraba con furia, procedí a preguntarle “en donde están guardadas las promesas electorales de los candidatos a presidentes de Venezuela?, el viejo no pudo contestar y por último le dije “cuantos perros calientes me comí en la final Caracas-Magallanes?, el viejo no contestó, “pues bien viejo guevón, creo que estas loco, si no sabes eso, estás loco de bola y procedí a abrirle un expediente.”<br />
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Reunido con mi comitiva de locos que nunca habían estado más felices en sus vidas les indiqué que debía partir, que ellos quedaban a cargo del sanatorio, Tarzán solo alcanzó a decirme “nunca pensé que Chita era tan inteligente”, le di un abrazo, y pasé a despedirme de Hildemaro quien chorreado porque supuestamente un fantasma le estaba mordiendo una nalga en ese preciso instante no logró decir nada, Olavarría se cuadró enfrente mío cual soldado, y me dijo “gracias General, aquí lo esperamos para la próxima cruzada”, Cleopatra llorosa me dio un beso en la mejilla y me pidió por favor que hablara con el presidente de la república para que cambiara el nombre de Venezuela por el de República Mesopotámica Egipcia Constantinopla, yo le prometí que vería que podía hacer. Cansado pero tranquilo conmigo mismo me volteé y me fui.<br />
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A la mañana siguiente y como era de esperarse los médicos retomaron el control del manicomio, yo escondido en un árbol cercano veía el show mediático, entrevistas a los médicos, enfermeras, carros de policías y bomberos, el director del hospital aún maquillado y con su calva reluciente explicaba lo que había pasado, por supuesto juraba que me encontraría y que pagaría caro por mi osadía, con cuidado me bajé del árbol y me alejé caminando, de pronto sentí que me tocaron el hombro, al voltear vi a un hombre desconocido que me dijo “que hubo loco, me puedes dar la hora?, después de mirar mi muñeca sin reloj y contestar "las nueve y media" seguí mi camino para comprender que por siempre sería un loco más....DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-81899144364985245692010-11-03T09:08:00.001-04:002010-11-03T09:11:03.398-04:00Arco y flechasSaboreaba una fantástica Coca-Cola de la cosecha del año '97, pensaba y pensaba como siempre había hecho desde mi niñez, desde aquel día en que mi madre me preguntó "que quieres ser cuando seas grande?, y yo respondí "filósofo", por supuesto causando que todos rieran a carcajadas pensando que había escuchado aquella locura en alguna comiquita en la tele. Pensaba en el bien y el mal, en aquello que me hacía reir y en como mi racionalidad dominaba mis pasos a lo largo de mi existencia. La vida no es más que un conjunto de pasados y futuros unidos por una línea fina a la que llamamos presente. En el presente nos movemos por apenas segundos, es el puente para pasar de lo que vivimos a lo que estamos por vivir, subiendo la mirada al cielo en busca de esas respuestas que nunca llegan lo vi pasar.<br />
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Confieso que sentí una variedad de sentimientos no usuales para un ser racional y frío como yo, por años me había preguntado el por qué de esos enamoramientos infelices y sin sentido que abundaban en las vidas de los seres que pueblan el planeta este circular donde vivimos. Pues allí lo entendí todo, cuando frente a mi pasó el guevón ese, el rechoncho, infeliz, tarado y feo con cojones gordito con alas cargando su arco y flecha. A claro no lo sabían?, es que existe el maricón, de Cupido les estoy hablando, el sin oficio ese que se dedica a clavarle flechas en el trasero a los seres vivientes, si porque ni puntería tiene para clavarlas en el corazón porque es miope y no utiliza lentes.<br />
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Por un segundo dudé si efectivamente lo había visto o no, por si acaso me cubrí mis posaderas con una coraza de acero inoxidable que me había diseñado un científico amigo para evitar enamoramientos pendejos o imposibles. Déjenme contarles un poco, resulta que el gordito alado ese no es más que un rebelde angelito que fue despedido del cielo por robarse unas alas doradas cuando en realidad debería usar plateadas, el muy maricón no conforme con eso se birló el arco y flecha que se usaba para enamorar a la gente, eso sí, bien usado y no para escoñetarle la existencia a todos los infelices que andan por ahí jodidos por un "amor" traicionero. Pues el idiota sin destino este se dedicó a flechar a cuanto imbécil se encuentra causando el caos total en que se encuentran las relaciones humanas en estos días del siglo XXI.<br />
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Miré mi fría Coca-Cola que estaba exquisita y pensé por unos segundos que hacer, organicé mis pensamientos y recordé a todos mis amigos y amigas que habían llorado lágrimas de sangre a causa de sus amores imposibles. Pasaron por mi exhausta mente todas aquellas veces en que algún plan se había jodido a causa de las actitudes mongoloides de Cupido en su venganza infinita por acabar con la raza humana jugando con su debilidad más grande, el amor. Es que no se han dado cuenta todavía que cuando las cosas van bien en el jueguito diabólico todo nos parece rosa?, y por ende cuando van mal vemos feas hasta a nuestras propias madres?. Tomé la decisión de inmediato, voy a joder al gordito infeliz este a toda costa, o por lo menos lo voy a amedrentar para que deje de joder a las almas buenas que no merecen llevar a cuesta una cruz de terror a causa de un enamoramiento sin sentido y destino.<br />
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Corriendo hacia mi cuarto tropecé con mi padre quien de inmediato me recomendó en tono de advertencia no cometer ninguna locura de la cual luego me pudiera arrepentir. Claro es que él ya había visto esa mirada en mis ojos anteriormente, pidiendo permiso a la vez que le lanzaba un beso de despedida seguí mi camino al cuarto, con rapidez me vestí y busqué unos lentes especiales para ver ángeles que había comprado en una feria de ociosos en Berlín. Me los coloqué, me puse mi franela blanca que aún exhibía algunas manchas de sangre a pesar del agua oxigenada que mi madre le había echado para tratar de blanquearlas y salí a la calle a tratar de pescar al ángel del amor.<br />
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Brincando el muro de mi casa corrí por el medio de la calle tratando de seguir la ruta que había seguido el regordete, en cuestión de segundos lo divisé preparando su arco y flecha para joder a alguien por ahí. Fue fácil verlo con la ayuda de mis lentes y además con el peso que lleva el infeliz no es capaz de volar a más de 5km/h. Con cuidado me escondí atrás de un árbol y en ese momento vi que la víctima era una vecinita de la cuadra a la cual le tenía una arrechera mágica por todas las veces que no había aceptado salir conmigo. Dudé en ayudarla, sentimientos cruzados me invadieron, pero esta lucha épica era superior a cualquier sentimiento mundano y tétrico que pudiera llevar adentro, se trataba de joder a Cupido.<br />
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El ángel rechoncho tomó su arco, y yo tomé mi china, cargada con un garbanzo viejo, que estaba más duro que el estómago de mi vecina. Cupido se acomodó y sonriente colocó una flecha en su arco, justo cuando iba a disparar le metí un chinazo en la frente que lo hizo volar y mover sus alas con desesperación mientras la flecha iba a parar a la acera paralela, mi vecina ni cuenta se dio de lo que sucedía pero el angelito molesto por aquella perturbación recuperó el vuelo y trató de disparar nuevamente. Una vez más le metí un chinazo, esta vez en un ala, la flecha voló sin rumbo y el regordete cayó al piso. Allí me le paré enfrente y le dije "gordo maldito, tu crees que puedes seguir jodiendo al planeta a tu antojo? el ángel caído mirándome con ojos de furia respondió "coño Policarpio, me temía que tu pudieras acabar con mi misión aquí en Venezuela, pero no lo permitiré!!!!, con la misma me echó una especie de polvos pica pica que me lanzaron en una de rascarme todo el cuerpo por varios minutos, el querubín voló cagado de la risa y se me perdió a la vista, solo alcancé a escuchar cuando disparó la flecha esta vez acertando en plena nalga de mi vecina.<br />
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Todavía rascándome corrí hacia mi vecina que se trababa de subir en su vehículo, pudiendo ver la flecha que ella no veía, se la quité de la nalga de un tirón, ella no se lo tomó muy bien y me lanzó una cachetada mientras gritaba "sádico Policarpio, ahora tratas de agarrarme mis nalgas", yo todavía rascándome logré esquivar el piñazo y opté por quedarme calificado como sádico que tratar de explicarle a ella lo que había sucedido. En mi casa nuevamente, estaba convencido que Cupido seguiría jodiendo gente por ahí, eso no lo podía permitir y me lancé a uno de sus lugares preferidos, las discotecas, en donde entre el alcohol y el humo el rechoncho hace de las suyas acabando con la sanidad de cualquier humano decente que solo quiere encontrar a alguien para pasar el resto de sus días.<br />
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Vestido de gala me subí a mi carro y me embalé a recorrer varias discotecas capitalinas, sabía que de alguna manera u otra me encontraría con el querubín de la maldad. El ruido clásico de las discos me aturde, el olor a cigarro me hace vomitar y la razón oculta por la cual los humanos están en ellas me hace meditar. Con cuidado me confundí entre la gente tratando de pasar desapercibido, algunos me reconocían y saludaban sorprendidos de verme allí, yo hacía un gesto de saludo y seguía en mi búsqueda furtiva. De pronto lo vi sentadito en una de las repisas del bar, se estaba echando un palo de Vodka, y sonreía al mirar una lista que supuse era de sus víctimas, me acerqué con cuidado y me senté en la barra pidiendo agua fría, el regordete no notaba mi presencia pues vestido de flux y corbata no parecía el Policarpio usual.<br />
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Noté que había puesto el arco y flechas a un lado, mientras se emborrachaba, el miedo me atacó pues si Cupido sobrio ponía cagadas gigantes, con unos palos encima pues acabaría con la humanidad. En un principio pensé en tomar el arco y flechas y salir corriendo pero eso resultaba peligroso, el monigote este se encontraba sentado en las alturas de una repisa llena de botellas de vidrio. Pude ver como colocó el vaso a un lado y tomó su arma letal, estiró sus alitas y comenzó a volar, dando tumbos por la pea que cargaba se situó convenientemente encima de la pista de baile y se predispuso a lanzar una flecha. Con sutileza me acerqué al infeliz que iba a ser su víctima y le di un empujoncito casual, la flecha pasó de largo y se estrelló contra una silla, el regordete enfurecido me pintó una paloma y volvió a armar su poderoso arco. Allí y con mi vaso de agua en la mano decidí bañarlo, solté toda el agua hacia arriba en un acto propio de borracho de discoteca y le mojé las alas al querubín, el peso se hizo sentir de inmediato y cayó al suelo en donde sin pensarlo dos veces le metí una patada enviándolo de golpe a estrellarse contra una de las cornetas del local.<br />
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Me le acerqué y lo agarré por el cuello, "enano de mierda, jodón" le dije "esta vez te voy a liquidar", el pequeño angelito me miraba molesto pero sin poder hacer nada pues sus alas permanecían mojadas, las flechas se habían doblado del carajazo y sus rizos estaban desechos. "Tu has escoñetado a medio planeta Cupido, coño pana, esta bien que ensartes a gente para lograr relaciones estables y sanas pero eso de meterles el veneno a pobres infelices de gente que sabes que no le van a hacer caso no está bien" le dije en voz fuerte y sin soltarle el cuello, sonrío el muy malvado y no me contestó. Lo estrangulé y me lo llevé afuera del local, en el estacionamiento lo amarré con unas cuerdas que tenía en el carro y lo monté al lado mío, lo paseé por toda Caracas mientras lo insultaba y le recordaba lo coño e' madre que era, el regordete no decía nada, hasta que salió de su silencio y me dijo "coño Policarpio, a mi me jodieron, es verdad me robé unas alas doradas, pero eso no era para botarme del cielo, y bueno decidí vengarme pues, le doy a los humanos en donde más les duele, en el corazón", "pero si ni siquiera clavas las flechas ahí ciego de mierda" alcancé a decir, Cupido prosiguió "ese no es peo tuyo, cómprame unos lentes pues, además yo me divierto con mis andanzas."<br />
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Reconozco que quería acabar con la existencia del regordete en el instante, luego de lanzar el arco y flecha a un río que atraviesa la capital, el querubín me indicó que tenía hambre. Lo pasé por un carrito de perros calientes y le compré unos, se los tuve que dar en la boca pues no pretendía soltarle las amarras. Cupido comenzaba a pasar la pea y trataba de convencerme que le soltara so pena de meterme un flechazo en algún momento de mi vida de alguna tipa que fuera mi amor platónico y joderme la existencia hasta la eternidad. "No vas a poder meterme un coño guevón, te voy a aniquilar" le decía con rabia, el enanete se reía como si supiera algo que era desconocido para mi persona.<br />
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Llegué a mi casa y subí al techo de la misma, construí una pequeña cruz de madera y lo amarré, busqué un hacha y justo cuando le iba a cercenar la cabeza sonó mi celular, contesté y era mi vecina, a la cual le había sacado la flecha horas antes, "hola Policarpio, mira disculpa si fui ruda contigo, me perdonas? no podía creer lo que escuchaba y solo pude decir "si, si no hay problema, no hay nada que perdonar". El regordete se reía a carcajadas y me decía "fíjate, no soy tan malo como piensas, esa mujer que siempre te ha gustado ahora a tus pies", "pero si yo le saqué la flecha", "no, no, mi querido Policarpio, esas bichas tienen efecto instantáneo"<br />
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No tuve el corazón para matar al querubín, yo no soy un asesino, loco si, más no un criminal, lo solté y hasta le regalé un arco y flechas que tenía desde cuando era niño, entendí en aquel momento que el balance y el equilibrio que crean seres como Cupido debían tener una razón en el más allá, quise preguntarle pero preferí callar.<br />
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Ciertamente ahora estaba a mis pies mi vecina, es solo que sin lugar a dudas amar a Policarpio sería otra de las malas jugadas de Cupido, después de todo yo seguía siendo el mismo, o no?DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-41970981685606540292010-10-01T10:03:00.001-04:002010-10-01T10:03:54.187-04:00SoñandoEsta historia que voy a contar no es una historia común, no se decepcionen si no es de su agrado, es solo que tenía que escribirla pues revolotea en mi mente cansada, encerrada entre las cuatro paredes blancas de mi existir. Hay cosas que tenemos que hacer, bien sea porque así lo sentimos, o simplemente porque queremos joder al parque. Existe una línea muy fina entre nuestros deseos interiores que nos impulsan a hacer cosas y entre aquellas cosas que hacemos para convencernos que el planeta es una cagada y no queda otra que encontrar nuestro lugar. Los sueños, sueños son, y de esto no me di cuenta yo, creo que Calderón de la Barca lo hizo antes que yo, encargándose de pasarme la idea para que no se me ocurriera pensar que los sueños se pueden volver realidad.<br />
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La vida está llena de realidades latentes y de sueños condensados. Una mañana caminando por una transitada avenida de la ciudad me tropecé con algo que no podía ver, en un principio y en medio de mi demencia vitalicia pensé que ya era eso lo que me faltaba a mí, tropezar con cosas invisibles, traté de moverme hacia un lado de la acera pero nuevamente choqué con aquello que no podía ver. Me di la vuelta y me volví a dar un carajazo y cuando estaba a punto de pegar la carrera vi su figura por primera vez, un viejo, con un sombrero y un sobretodo, con sonrisa amable y un brillo en sus ojos que nunca antes había visto, irradiando la verdad, aquella que buscamos y nunca encontramos.<br />
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“Hola Policarpio que tal?, dijo el viejo, "ay coño" pensé "que habré hecho ahora?, hasta viejos invisibles me persiguen", alcancé a decir un muy suave "hola" y el viejo sin darme chance a nada me estrechó la mano y me dijo "felicitaciones, ahora eres mi ayudante". "Pero ayudante de que carajo viejo loco?, le pregunté, sonriendo contestó "pues bien yo soy un cazador de sueños, y los cazadores de sueños necesitamos ayudantes, me entiendes?, "no, no te entiendo un carajo viejillo pero bueno explícame pues" contesté. "El planeta amigo mío, esta lleno de todo tipo de realidades, eso es lo que ves día a día, no hay cabida para los sueños, estos pertenecen a otro lugar, a un lugar en donde el pensamiento es libre y la imaginación certera", "entiendo, pero para que carajo me das ese susto de chocar contigo sin verte y además me proclamas ayudante tuyo, tu estás loco o se te mueve el cerebelo? dije con tono un tanto agresivo. "Pues bien Policarpio, debo cumplir mi misión y tu me vas a ayudar, tenemos que hacer que 4 sueños de distintas categorías y clases se cumplan, no hay escapatoria, así que relájate y disfruta". Intenté abrir la boca nuevamente pero el viejo simplemente me señaló un camioncito de helados con musiquita y todo y se limitó a decir "súbete".<br />
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Montados en el viejo camión de helados, el viejo, me explicó que lamentablemente existían sueños buenos y no tan buenos como los llamó él, es decir, había que hacer ciertas maldades para lograr que se cumplieran, el mundo necesita un equilibrio y es por eso que hay sueños que aunque parezcan macabros se deben cumplir, es todo cuestión de ordenar el cosmos para el propósito final. "Así que ahí es donde entras tu, yo puedo identificar los sueños pero no puedo hacer las maldades" me dijo el viejito, "poco a poco te irás dando cuenta a que me refiero, por ahora simplemente cómete uno de los helados de allá atrás y no preguntes más". Comiéndome mi Bati-Bati el cual me llevó a armarle un peo al viejo pues no traía bolita de chicle en el fondo dimos varias vueltas por la ciudad hasta que el viejo gritó "llegó la hora, el primer sueño se tiene que cumplir".<br />
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El viejo frenó de golpe y me dijo "ahí está, el camión de juguetes, lo ves?, "si, si viejo, y que tengo que hacer?, le dije, "ponte ese disfraz que está ahí", al ver aquella vaina casi me da un infarto, un disfraz de pollo amarillo, pero de pollo de feria de pueblo, sin discutir con el viejo me puse mi vaina y dije "y ahora que?, "bueno la idea es que el camión ese se de su bollazo para que varias personas, entre ellos aquel niñito que ves allí agarre su juguete, ese es su sueño, que un camión de juguetes se estrelle y el poder agarrar lo que quiera". El camión de juguetes arrancó y el viejo también, sin darme tiempo a nada, el viejo pasó al camión y me empujó pa' la calle, el camionero gracias a todos los santos al ver a un pollo cayéndose de un camión de helados pegó los frenos pero el camión se descontroló y fue a parar a una vidriera en donde las puertas se le abrieron y fue saqueado en cuestión de minutos, el pequeño niño agarró sus macundales y salió corriendo con una sonrisa de oreja a oreja. Yo con un dolor del carajo en una pierna apenas me levantaba del piso cuando el viejo pasó de nuevo por allí y me dijo "móntate o te quedas."<br />
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"Coño viejo de mierda tu estas loco?, como me tiras así pa' la calle, me podías haber matado", el viejo sonriendo se limitó a decir "todo está calculado así que deja los nervios". Señaló nuevamente hacia atrás y me dijo "ponte ese traje", yo la verdad viendo que el viejo no se paraba en pendejadas me lo puse de inmediato. El viejo se estacionó al frente de un banco, señaló a una señora y me dijo "el sueño de esta es joder a un cajero, ella insiste en que no hay nada más odioso en el planeta que un cajero de banco, así que a trabajar", "si pero mira loco y que hago yo?, "bueno Policarpio, llévate este paquetico, y se lo das al cajero ese de la esquina, de la taquilla # 1, y ya verás". Hice mi cola como cualquier mortal y me llegó el turno, la señora en cuestión estaba al lado mío en otra taquilla, el cajero tomó mis papeles y empezó a sacar cuentas con sus manos llenas de tinta y liguitas de goma, de pronto, y sin yo saber porqué, sonó una alarma, el gerente del banco se apersonó y le armó un peo gigante al cajero gritando algo de códigos de seguridad y yo no se que carajo, en el acto lo despidió mientras la señora cagada de la risa me decía "al fin, ese bicho odioso, que agarre su merecido" y soltaba otra carcajada. Salí del banco sin entender que había pasado y después de escuchar al gerente darme excusas y explicaciones por más de media hora. En el camión de helados simplemente me quité el traje y me limité a ver la ciudad.<br />
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Vestido nuevamente de traje y corbata me subí a un ascensor de un edificio recién construido en el este de la ciudad. Con mis instrucciones claras y precisas me dirigí al piso 5, entré y pregunté por el señor Luna, en pocos minutos estaba sentado frente a frente con aquel pretencioso y arrogante economista. Saqué unos papeles de mi maletín y le dije de acuerdo a lo que me había dicho el viejo "Sr. Luna, mire yo soy funcionario del Ministerio de Educación, durante una reciente investigación hemos encontrado que hubo vestigios de fraude al momento de entregar sus notas hace 20 años cuando se graduó de economista y lamentablemente tenemos que retenerle el título y enviarlo nuevamente a la universidad. En ese momento entraba a la oficina una muchacha que se veía atareada y muy nerviosa, "aquí está lo que pidió Sr. Luna" dijo la dama, yo ya disfrutando que le estaba cagando la vida al tipo le dije a la muchacha "no le des nada, este señor no está autorizado para revisar ningún papel, pues el no es economista de acuerdo a nuestros archivos". El Sr. Luna enfurecido lanzaba improperios y hacía llamadas telefónicas a todos sus contactos, la muchacha que no podía creer que su sueño se estaba haciendo realidad no podía ocultar su alegría, yo me limité a pararme de la silla y a desaparecer dejando el caos armado en aquel lugar. En el camión de helados el viejo me dijo, "solo uno más Policarpio, y eres libre nuevamente", ya me estaba empezando a gustar la cosa esta de ser ayudante del viejo además de poderme comer todos los helados que me provocaran y le dije "mira viejo y no puedo ser tu ayudante para siempre?, el anciano con una media sonrisa se limitó a decirme "no, no se puede" y continuó manejando.<br />
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En el patio de un colegio, vestido de bombero y con un calor del carajo me dirigía a toda mecha a lo que sin duda alguna era una trifulca de grandes proporciones. Sacando un hacha de goma que me había entregado el viejo empecé a repartir carajazos a diestra y siniestra hasta que levanté a un pequeño niñito que sangraba por la nariz y tenía un ojo morado. Los salvajes atacantes del muchachito no podían creer aquello que veían y corrían despavoridos tratando de salvarse de la furia que producía con mi hacha. El pequeñuelo golpeado y de no más de 4 años se abrazaba a mi pierna haciendo mi labor un poco más difícil, "coño gordito tu si pesas" me limitaba a decirle mientras seguía repartiendo hachazos por doquier. Una vez eliminados los sátrapas el infante que todavía seguía guindado a mi pierna me dijo "gracias Super Bombero, yo sabía que si existías", la verdad no tuve corazón para decirle que yo era simplemente un ocioso sin destino y lo abracé regalándole el hacha mientras le decía que con ella estaría protegido de los maleantes que allí estudiaban. El niñito sangrando por su nariz y con su ojo morado levantó el hacha en señal de victoria mientras yo me alejaba para siempre.<br />
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El viejo me dio una palmada en el hombro y me dijo "has cumplido a cabalidad, te felicito de verdad, estos eran sueños simples, hay por supuesto más complicados, pero por algo tienes que empezar, te tendré en cuenta para cuando vuelva a pasar por Venezuela" y estrechó mi mano con fuerza. Me bajé del camioncito de helados y volteé por última vez a despedirme, el viejo sonrió y señalo hacia el otro lado, allí estaba parada, tal cual como siempre me la había imaginado, me acerqué y logré escuchar "que pasa Policarpio, acaso estás soñando?...DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-90560349433108097532010-09-01T15:21:00.004-04:002010-09-01T15:55:16.176-04:00ConocidosEran días iguales de la historia, horas semejantes que pasaban sin cesar. La continuidad de lo igual nos acomoda o nos parte sin dejar. Se hace lo que se puede y se mira atrás tratando de darle forma a un conjunto de cuentos que se entrelazan entre sí, que no duermen, que se alargan internándose en el alma, en las almas de aquellos que pasaron por aquí. Aquella historia comienza como todas, con personas, gente que conocemos y conocíamos de antes, humanos que juegan al vaivén de la vida, almas danzantes que buscan, buscan algo que nunca encontrarán, y aún así no descansan, siguen pues de eso se trata, de moverse y no preguntar.<br />
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Caminaba por las calles de mi ciudad, aquella olvidada por el tiempo y la maldad, aquella que me vió crecer sin brindar su honestidad. Caracas siempre tuvo algo, es solo que lo perdió, o alguien se lo robó. A lo lejos de esta otrora metrópolis encausada y confundiéndose con una gran capa de smog y desilusión se veía una valla publicitaria con variados colores, colores que se manchaban de un triste gris, del gris que nos acompaña desde el vamos hasta el final, sin nunca preguntar si nos llegaron.<br />
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La curiosidad siempre me ha metido en problemas, quizás me ha llevado de la mano a querer saber, preguntar sin descansar o simplemente a olvidar. Caminando pausado y sudando por el calor propio de aquel Agosto me paré a tomar algo para calmar mi sed. Conversaba como suelo hacer con el dependiente del kioskito cuando al voltear la mirada la pude ver, iba cargada de energía y peroles, mezcla por demás aterrorizante cuando tu mente está figurando una manera precisa de saltar aquella cadena que impedía el paso al estacionamiento. Se veía determinada, lanzada, sin dudas en su mente y de un gran brinco se lanzó al estrellato.<br />
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Estrellada, más bien, en la calle quedó estampada. Debo confesar que una sonrisa afloró, pero ante la desgracia ajena no debemos disfrutar. Miles de artefactos rodaron por doquier, reglas y planos, un regalo envuelto en papel periódico, un disco de acetato de Eddie Santiago y un sweater prestado. Al intentar ayudarla a ponerse en pie sentí el peso de la vida marcando su quehacer. Bajaba la mirada tratando de ocultar una lágrima perdida, de esas que salen con destino desconocido, a pesar de saber su lugar de nacimiento.<br />
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Apenas pude alcanzar a preguntar si se encontraba bien, pues entre sollozos es difícil escuchar, tratando de darle poca importancia al asunto se incorporó e intentó seguir su camino para ahora doblarse un tobillo y caer de nuevo adolorida en el asfalto hirviente de aquella calle en El Rosal. Eran todavía aquellos días, de mi franela blanca y de mi china, cuando aún creía en la realidad, de darle razón a las cosas más que encontrar si suceden o no en este triste caminar.<br />
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"No aguanto, no lo soporto!, no puedo más!, dijo la dama aún aturdida por el golpe con el asfalto. Alguien tiene que ayudarme, la duda me está acabando, me está matando, esta incertidumbre es solo un bastión del daño. Siempre tratando de hacer lo correcto y los hombres haciendo trastadas a desparpajo, no es justo!, yo no le he hecho nada a nadie!, a nadie" gritaba ya enfurecida. Yo no entendía nada de lo que decía pero ella señaló aquella valla, una valla donde se podían ver a dos boxeadores en plena acción y luego se desmayó.<br />
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Al recuperar el sentido y sin mediar palabras me pidió que la llevara al aeropuerto pues tenía que saber de que se trataba todo aquello. Por un momento pensé que se trataba de una nueva modalidad de secuestros express pero al ver la rodilla ensangrentada de aquella pobre alma supe que nadie se auto-flagelaría de esa manera por un fin último. Sin tener nada que hacer como siempre accedí a trasladarla, subidos en mi viejo Chevette transitábamos aquella carretera olvidada por el planeta y la desidia clásica venezolana, en el camino me explicaba cómo debía encontrar la verdad, sin dejar de hablar de la última cartera que se había comprado con los reales de su marido, quizá solo buscaba el reflejo más real que todo aquello pudiera arrojar.<br />
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Al bajarse la noté muy nerviosa y decidí seguirla simplemente por mi innato deseo de meterme en problemas sin haber sido llamado. Por esas cosas que aún no logro entender y luego de convencer a tres Guardias Nacionales que debía volar a México para una reunión de la Liga Socialista Patriótica Revolucionaria Mesma Guarimbista estaba yo a los pocos momentos en un avión surcando los cielos hacia San Luis Potosí, lugar en el cual aquella pelea de boxeo tomaba forma. <br />
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Al llegar al lugar del magno evento la gente pululaba estruendosamente. La energía propia de las concentraciones, la maldad reinante y el diablo pululante. Sigilosamente me mimeticé entre la gente, guardando las distancias, esperando tranquilamente. Luces y algarabía reinaban en aquel monumental espacio. La multitud comenzó a entrar al escenario y por si fuera poco me puse a discutir con un charro con un gran sombrero y una botella de tequila en la mano acerca del estado del boxeo mundial. El charro algo volátil me empujó y lamentablemente tropecé con la dama estrellada quien con cara de pocos amigos preguntó que hacía yo en la lejanía. <br />
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Finalmente se decidió a hablar, y entre ruidos y gritos me explicó que debía colocarse en un lugar estratégico para ver con sus ojos lo que por años había temido encontrar. Tengo que saber si es fiel a mi persona dijo la dama, son muchos los viajes a las cuales no me deja venir, seguro hay razones para eso, finalmente sabré de que se trata todo esto. Escondidos cerca de la cabina de producción esperábamos por el desenlace esperado. En pocos momentos lo sabremos todo repetía sin parar, pero sus ojos no darían crédito a lo que vería en su pasar.<br />
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Las luces se centraron en aquel ring de pueblo, fabricado con materiales de desecho y una lona sangrienta. El anunciante del ring, vestido con un flux amarillo y una flor de lis en el pecho llamó a los boxeadores a grito pelado, cada uno con su apodo de espectáculo, en una esquina “El Gallardete”, un charro mexicano gigante, descomunal, musculoso, con dentadura postiza y una actitud de guerrero azteca desposeído de su amada por una maldición ancestral y en la otra esquina “El Salsero Norteño”, un pequeño y diminuto ser con barriga profesional que movía las manos atrapadas en aquellos guantes rojos con gran velocidad.<br />
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La dama se llevó la sorpresa de su vida, el susodicho no era productor como siempre le había jurado, pero otro tipo de “or” muy distinto, en mi pueblo conocido como boxeador. Las dudas de la dama llegaron a su fin en un instante, aquel hombre el cual había pensado jugaba con andanzas solamente pensaba en jugarse la vida para darle forma al caminar, al pasar de los días y las horas, para brindar estabilidad en un universo donde cuesta el andar.<br />
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La campana sonó y los boxeadores se entrelazaron entre puños penetrantes. “El Gallardete” comenzó a golpear al diminuto hombrecillo que solo trataba de correr por el ring escondiéndose de los golpes de hierro que la vida pretendía encaminar. Después de un round feroz y varios golpes aplomados “El Salsero Norteño” cayó tendido en la lona. No pude soportar y sin pensarlo aparté a cuatro mexicanetes que gritaban enardecidos, mátalo!, mata al mequetrefe!, liquídalo! y corriendo me subí al ring a tratarlo de ayudar. El solo alcanzó a mirarme, y luego de emitir varios sonidos parecidos a unos ronquidos nucleares sonrió para luego descansar. <br />
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Mi vida nunca ha sido real, así que verme en un ring combatiendo al “Gallardete” me pareció solo un guiño más de normalidad. El mexicano poseído por Satán se reía al verme frente a él y profería insultos nunca antes escuchados por la pérfida humanidad. Esta vez mi china había quedado en su baúl y sin pensarlo dos veces tuve que enfrascarme en aquella batalla dantesca. El voraz mexicano repartía golpes a diestra y a siniestra mientras cantaba rancheras de bar de mala muerte y mostraba sus dientes de oro acusando el pasar de los años, del vivir.<br />
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Por momentos pensé que mis días habían llegado a su fin, que por metiche terminaría tendido en una lona de un ring de boxeo de pueblo, un final triste, como siempre pensé sucedería. Con aquel desastre armado y en medio de este mundo alocado comencé a cantar una canción de Flans, “no controles!, no controles!, no controles mi forma de mirar!...”, el único grupo mexicano que mi mente pudo procesar después de haber recibido una tunda de golpes sin cesar. “El Gallardete” enfurecido por considerarlo una burla se abalanzó hacia mi ser para acabar con mi miseria pero una gota de mi sudor lo hizo resbalar cayendo directo en mi codo y mandándolo al lado oscuro.<br />
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Las serpentinas caían del cielo, la música aturdía los tímpanos, cargado por una multitud enardecida me llevaron en hombros a lo largo del camino, con miradas que buscaban un nuevo héroe, con aquellas ganas de encontrar. Después de bajarme de aquellos brazos y ser manoseado por la multitud, un señor bien vestido se me acercó y me entregó una correa de campeón, y un sobre con dinero en efectivo, el cual me juró no provenía de Ciudad Juárez. Me estrechó la mano y se limitó a preguntarme que cuando regresaba a defender mi corona. Como siempre he sabido hacer, con la confusión ataqué, y sin pensarlo escapé para perderme en el saber. <br />
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En un pequeño cuarto con una luz blanca muy tenue encontré al “El Salsero Norteño” con su amada. El boxeador aún algo atontado y la dama me agradecían mi acto de valentía para salvarlo de “El Gallardete”, yo sin mediar palabras me saqué el sobre del bolsillo y lo coloqué encima de la barriga del boxeador junto a la correa de campeón. Un minuto de silencio se apoderó de aquel lugar, entendemos lo que queremos y hacemos lo que debemos. Me volteé y seguí por donde vine.<br />
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De regreso en mi ciudad prendí de nuevo el celular, varios mensajes hacían referencia a la valla, a la misma valla de colores, en donde mi foto con correa de campeón en un ring de boxeo los hacía preguntarse, preguntarse de que se trata esto, aquello o todo, si es real o la verdad?DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-83296856459228531912010-08-25T19:20:00.002-04:002010-08-27T11:23:21.595-04:00IgualdadLa mayoría de las veces no comprendemos la razón de las cosas, hay otras que tienen razón, podemos también no querer comprenderlas o simplemente es que hay momentos donde es mejor no buscar una explicación. Eran días iguales de la historia, de esos donde todo se ve de un mismo color y los recuerdos se visten de seda, de esas horas donde el pasado pesa y el futuro reduce. Los alrededores aún jugaban su juego de siempre, el que nunca jugué por mas que intentaron hacerme, el cual de una u otra manera esquivé.<br />
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Intentaba olvidar acostado en mi cuarto, no puedo distinguir cual de ellos, quizás las cuatro paredes blancas o pudiera ser que aquellas de colores distintivos. A lo lejos escuchaba la voz sempiterna de mi madre, me invitaba a salir de lo lejano, hacía su labor, cuidar y querer, yo por mi lado huía de todo aquello que no podía interiorizar, callaba y aceptaba, dudaba a veces sobre si había perdonado a los ladrones o si por el contrario aguardaba el instante para hacerles tragar sus miedos, quizás solo estaba esperando pausado el momento adecuado para pisar de nuevo el pavimento.<br />
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Sentado en mi cama mi padre discutía sobre la igualdad, no la igualdad humana sino más bien el por qué a mi me daba igual todo aquello. Su visión distinta a la mía me hacía esbozar preguntas cortantes, con paciencia todo se responde y se lleva adelante. Hubo un momento en el que me perdí, mi capa vieja y gastada no cumplía con mis medidas, mi mente cansada y somnolienta apenas me daba ideas, yo todo, conmigo mismo me debatía entre el respiro y el ahogo, las cosas que vi no deseo nadie las vea, los humanos podemos ser muy buenos pero nos esmeramos en ser terribles.<br />
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Basta Policarpio!!!, seguir?, para que?, me reía al pensar en lo inútil que resulta arar en el mar, los malos siempre ganan, pero debo confesar que al menos me río. El teléfono sonaba con insistencia, su ruido atorrante retumbaba en las cavidades de mi propio infierno, finalmente alguien le agarró, era para mi, como solía suceder, el mundo esperando por mi, yo esperando por la nada, una mezcla terrible. Después de una conversación extensa y tediosa accedí a tomar el auricular y escuchar la voz del otro lado, me buscaban, no por bien, no por mal, es que existen aquellos que se preocupan o que te necesitan.<br />
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Era imposible olvidar aquel evento, como dejar pasar la oportunidad, el gran Hotel Montaña reabría sus puertas, con bombos y platillos, y por cierto a mi me daba igual. Arrastrando mis pies como suelo hacer pero con un agregado de fastidio perenne me dirigí al baño, pasarían por mi a las nueve de la noche, una vez más me secuestrarían mis amigos. Vestido de payaso, perdón con traje y corbata quise decir, estaba parado en la puerta de mi hogar, aquel que me vio crecer desde mis días de superhéroe hasta aquellos penosos de no saber que hacía aquí.<br />
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Tranquilo y sereno debajo de aquel árbol que vio esfumarse mis grandes sueños pensaba como habían logrado convencerme para salir de mi cueva, una gama de invitaciones a salvar al planeta surcaban el aire pero siempre recordándome que detrás de cualquier acto de bondad hay varios descontentos y dolores, esperando tranquilos para hacer de las suyas, hay gente de gente, con sus poses y categorías, con intereses y virtudes, con defectos e ilusiones pero ningunos tan malos y tan podridos como…la corneta del carro me hizo desviar mi atención, me subí y recibí las respectivas salutaciones, ellos decían este sería un magno evento.<br />
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Hasta el funicular que nos llevaría al tope de la montaña tenía nombre, “Latronis” pude leer y me acomodé dentro de aquel carrito sostenido por una guaya. La ciudad se veía tranquila y mansa, no podía sentir ni frío ni calor, las luces se fueron alejando, mis acompañantes bromeaban y se divertían, como siempre habían llevado a alguna incauta con la esperanza que yo la entretuviera y le metiera un cuento, si uno de esos que solía contar, y que me perdonen los sufridos. Con mi sonrisa de falsedad la ayudé a bajarse del funicular para desaparecer de inmediato sin darle chance a nada.<br />
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Antes que todo debo reconocer que habían realizado un gran trabajo, el hotel se mostraba a plenitud, la gran gala estaba por comenzar, desde mi lugar observaba a aquella dama buscándome, me reía, para adentro, nunca he podido evitar reírme cuando veo la desesperación de los que no saben esperar o quizás solo buscar. Todo tipo de personajes embalsamaban aquel lujoso salón, la sociedad en su máximo esplendor, bandidos de cuello blanco, pobres de solemnidad, maletines vacíos, frentes en alto, la medida perfecta para el inicio esperado, el número elegido para la realización de la obra.<br />
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Inerte desde siempre, nunca pertenecí, no es culpa de nadie, es que soy así. Con disimulo me acerqué a la puerta para irme de aquel lugar pero mi mala costumbre de hablar con porteros y guardias de seguridad me llevó a quedarme un rato mas, un rato que me permitió ver con desagrado la lista de invitados, y no por sus nombres pero por el número, seis, seis, no podía leer el tercer número hasta que finalmente lo vi, otro seis, insignificante en otros momentos pero tratándose de una fiesta tirada por la ventana por el diablo mismo no me quedó otra opción que seguir hablando con el portero hasta que el pobre hombre se cansó de mis historias y se excusó para ir al baño, mis dudas de siempre, irme o quedarme, y así fue como le vi.<br />
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Rayos, creo que ese es el símil adecuado, una tormenta frente a mi, como actuar?, un cuento, ese fue mi primer pensamiento, y de golpe me acerqué. Creo que hasta le tropecé, tenía tiempo sin actuar, me presenté como pude, será que todo te da igual triste paladín?, será Policarpio?, mi mente me azuzaba con pensamientos irracionales, o serán los mas racionales que yo puedo tener, no lo se, no lo quise averiguar, sus ojos, una mirada para perderse, no me creerían, pero así es.<br />
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Entonces ella quería escaparse, a eso le enseñaron, “no se habla con extraños mija” decía su mamá, pero como dejarle ir, no sería digno de un indulto, imposible de sobrevivir. En ese instante la orquesta iniciaba su toque especial, yo no me acordaba de bailar pero siempre supe que al verla tenía que intentar. En medio de la gente y de su ínfimo pasar hablaba de aquel juego, de su comienzo y su final, de cómo ella ganaba fuera lo que fuera. Yo me reía al escuchar, recordando el pasado, viviendo el presente y soñando en el futuro, juego que nunca jugué y no pienso caer, pues no se trata de jugar quizás es mas bien de compenetrar.<br />
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Nunca pensé que se relajaría pero lo hizo con el pasar de los minutos, ella sola empezó a hablar, de lo cómico que resultaba conocer “desconocidos”, como sus amigas hablaban de historias que terminaban bien y que en definitiva cada quien encuentra si sabe buscar, la espera tiene que terminar. Hizo un alto en sus pasos para dar entrada a la racionalidad, un conjunto de pensamientos acerca de que hacer, como serían las cosas, que nos conviene o no en un momento dado no está dictado por la razón, es solo un cuento, de esos que solía echar, pero con el ingrediente de la verdad, aunado a la importancia del asunto y por supuesto con la realidad que supone aceptar a un loco con planeta propio y olvidado por aquel en el que vive.<br />
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“Equivocado no puedo estar" dije con voz pausada, “con cada segundo que siento pasar, sin lugar a dudas podemos darle vueltas y tratar de comprender, pero es que no se trata de un todo, de la nada, ni de esto ni de aquello, creo solo que radica en la capacidad infinita del querer, que se transforma en poder, y con esto el hacer, y poco a poco afianzando lo que tiene que suceder, son muchos los sueños con que todos empezamos, y cuantos de ellos nos acompañan al sentirnos terminados, pero si llevamos muy adentro aquel que siempre anhelamos podemos estar seguros que ha valido la pena y por eso nos encontramos”.<br />
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Un minuto mas tarde en el podio que estaba a la derecha de aquel salón se subió aquel hombre amado por muchos, temido por otros e irrespetado por mi, valemos adentro no afuera te informo bandido eterno. Con su mirada penetrante y con voz tenebrosa anunció con una calma pasmosa que habíamos sido invitados, invitados para robarnos, él y sus secuaces de siempre nos quitarían todo aquello que tuviera valor, pero de inmediato y como siempre mi mente no deja de pensar, a que valor se refería?, pues perder mi traje de payaso sería bienvenido pero hay cosas que por mas que nos de igual el planeta no estamos dispuestos a perder y sería bueno contarles que sus ojos amarillos me han hecho de nuevo creer.<br />
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Rápidamente la partida de bandidos se colocaba delante de cada quien para despojarle sin pasión, infligiendo el dolor, recordando la traición, quitando poco a poco la materia y el perdón, la posesión y la misión, un trueno de hielo recorrió mi interior al ver que el ladrón y sus amigos habían descubierto que monedas van y vienen pero un sueño es invaluable, de a poco iban dejando a los invitados inertes y febriles, sin nada afuera, con menos adentro, sin pensar se llevaban el todo y la nada, quizás era aquello lo que yo esperaba.<br />
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Intenté buscar mi china pero no la había traído, mis instintos de huir florecieron al pasar, es muy fácil correr y dejar pero como podría explicarme a mi mismo que la espalda había dado a el tesoro mas buscado, hay perdones de perdones, y si esta vez me fallaba a mi mismo mi descanso buscado sería solo un tormento explicado. Su voz me hizo voltear, con calma y tranquila me hizo recordar, un pasado lejano donde corría con capa en busca de un sueño, aquel mundo que siempre busqué, lo bueno sobre lo malo, la risa sobre el llanto, como magia, como aquellos actos imposibles que solía realizar, desaparecieron frente a mi el ladrón y sus secuaces, para nunca mas volverles a ver, ni siquiera en una fiesta de disfraces.<br />
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Como se abren las nubes al pasar la tormenta pude ver a lo lejos aquello que me rodeaba, el sentido se lo damos nosotros, esa es una de las razones que me costó comprender, pero no debemos descansar pues tarde o temprano se debe llegar. Todos tenemos un lugar, pequeño o grande, solo tenemos que encontrarle, si la búsqueda es cuesta arriba hay que seguir pues no solo nos hacemos sino que encontramos la medida.<br />
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Hoy miro atrás, quizás fue aquel mismo día, una noche u otro sol, y en aquella montaña pude decir “sin duda que tu entiendes mas a este mundo y sus criaturas, yo por mi parte te estaré agradecido eternamente por devolverme las ganas de vivir…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-76776985514740835322010-07-07T11:00:00.001-04:002010-07-07T11:05:53.647-04:00NoExisten historias de historias, algunas que puedo contar y otras que debo callar, a veces la fina línea entre la realidad y la imaginación nos llevan a pensar si es que existe una razón. Caminamos, esperamos, nos movemos en un sin fin de motivos creados entre la ficción y la verdad, inmersos en esa corriente que algunos denominan vida y que otros simplemente tratan de llevar, en una de esas historias que me ocurrieron en mi andar, es solo una que me viene a la memoria y puedo ahora contar.<br />
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A veces miro atrás y no se por donde empezar, es que hay situaciones que se tornan difíciles de explicar. En las frías noches de invierno mi mente vuela hacia aquel lugar, en el cual me encontraba por alguna casualidad, que no es lo mismo que la causalidad, en este andar se ven cosas que no podemos explicar, si sienten entonces nos queda de que hablar. La vida es una apuesta perdida, ciertamente perdida, pero con la esperanza que el croupier se equivoque.<br />
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La estatua de Simón Bolívar se mostraba de forma impactante, su espada levantada en señal de victoria perdurable, la libertad explorada su máxima expresión, el caballo imponente brillaba en aquella tarde calurosa de la capital palpitante, de la mágica Caracas, mágica en todos los sentidos que un ser humano puede apreciar a lo largo de un vivir. Debajo de la estatua, un malandro con permiso expedido por el presidente de la república me atracó para llevarse por tercera vez mi teléfono celular, no conforme con esto, me dio una burundanguita para que no se me olvide jamás que malandro manda en el país que no es país sino una burla con nombre propio.<br />
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Desperté al lado de una gasolinera, sucia y polvorienta, en el Centro de Caracas, sin documentos, cansado por el largo viaje que me había traído a ese lugar, mi vida ajetreada parecía no tener un rumbo claro, vivía eso es lo que hacía. Alguien me había metido diez bolívares en el bolsillo, quizás pensando que era un viejo pordiosero. A pesar de saber que debía hacer hay momentos en que saber no es poder, después de respirar hondo y archivar en mis neuronas el plan a seguir, en marcha me puse sin poder distinguir. Alguien se acercaba, una luz en un sinfín de sombras.<br />
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“Buenos días” me dijo la dama mostrándome el camino hacia la puerta del carro, que no tenía pinta de taxi, ni ella de taxista. Yo hice un gesto de saludo y me subí al automóvil que de inmediato se puso en marcha. El pequeño bólido plateado aceleraba a toda prisa por las calles de la capital, la velocidad se sentía en mi frente, el viento golpeaba mi mente, algo disperso miraba con detenimiento aquellas manos, que poseídas por un demonio burlón no soltaban el volante. Después de unos cornetazos y cuasi-choques quitó el pie del acelerador y se volteó a mirarme.<br />
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“Espero nos disculpe por el malandro, en realidad la idea era solo darle la burundanga y no atracarlo, pero ya sabe como son las cosas aquí” dijo la dama de bellos ojos claros, una tonalidad distinta, guardada solo en los secretos celestiales. En realidad yo no tenía muchas ganas de conversar, muchos menos filosofar, y di una respuesta cualquiera, vaga, efímera. Ella continuó su discurso, hablaba de todo aquello que estaba frente a mis ojos pero que quizás no podía ver. Vemos lo que creemos, creemos en lo que vemos. Mi amigo inmemorial me hizo un comentario acerca del cerebro de la dama, no lo puedo repetir, el puede a veces, ser algo disparatado.<br />
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Adentro de aquel edificio viejo, y después de contactar a la persona correcta, me llevaron a un pequeño ascensor, de manera repentina subí unos cuantos pisos para abrirse una puerta y encontrar ante mi aquel letrero, “La Comunidad de la Mentira”, se podía leer en grandes letras a molde, en efecto era cierto, allá en Caracas funcionaba aquella macabra organización dedicada a verter mentiras en todo el mundo. No me extrañaba que un país tan podrido existiera este tipo de sociedad, por otro lado me entristecía que fuera una realidad latente. Mi tarea era desintegrarla, atacar sus bases sin piedad, pero como lograr un cometido si el enemigo se basa en el bastión de la no realidad.<br />
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Sentado frente a un escritorio la misma dama que había fungido de taxista me hacía preguntas, muchas de ellas, buscando determinar la veracidad de mis motivos, ella como todos ahí pertenecía a esa extensa organización que poco a poco se comía al mundo, de manera sutil y con poca compasión. De pronto extendió su mano y se presentó, “Lipetomi Unchsteiger”, “soy la secretaria ejecutiva de nuestra organización, y por los momentos el único contacto que tendrá aquí para verificar si en realidad desea extender nuestro lema alrededor del planeta”. Yo con una sonrisa en mi cara me limité a plantear todos mis argumentos, expresando mi interés en torturar a la humanidad a punta de mentiras para hacerles creer que el planeta era el lugar soñado. La dama se regocijaba al escuchar mis planes macabros, “excelente, excelente” decía mientras soltaba carcajadas por doquier.<br />
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“Pues bien, creo que usted es un candidato perfecto para ser miembro de nuestra organización” dijo Lipetomi, “le voy a llevar a una charla que en este momento dicta nuestro máximo jefe, usted sin lugar a dudas la va a disfrutar, luego finalizaremos el papeleo y entonces se pondrá usted en marcha, a acabar con el planeta, que viva la mentira” gritó mientras me daba una palmadita en la espalda.<br />
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En aquel salón se encontraban una serie de personajes que no quiero recordar, sentado en una silla con Lipetomi a mi lado escuchaba a aquel demente soltar barbaridades por su boca, el jefe de la organización, claro está, el gran Señor No, convencía a todos los allí presentes que por medio de la mentira el mundo les pertenecería, era solo cuestión de seguir y tratar, unos años y el planeta se movería en las garras de la eterna falsedad.<br />
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De pronto pude notar como una lágrima caía sobre la mejilla de Lipetomi, en un principio pensé que la demencia la había dominado y se emocionaba al escuchar tan macabro discurso, pero sus ojos, aquellos que aún recuerdo brillaban de una manera extraña, tratando de hablar, tratando de escapar, a veces estamos sin querer o seguimos sin placer, caminos ocultos se abren de día para esconderse y perderse en la noche.<br />
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Sabiendo que mi misión era clara, supuse que ese era el momento para poner a cabo mi plan de ataque, miré a los ojos a Lipetomi y le dije “vamos a estar claros, desconozco la razón de tu pena escondida, pero usted no pertenece entre estas sabandijas”, ella aún con lágrimas en los ojos me susurró que nos matarían en el río Guaire si tratábamos de hacer algo, mientras aquel demente seguía hablando ella contó lo que llevada en su manto.<br />
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Lipetomi me explicó como había dejado de creer en los seres humanos, la mentira, justamente entraba tranquila en su estado de ánimo. Los colores y matices solo los ponemos sobre los grises, en un desierto ya vagamos y por siempre encontramos, en algún lugar del universo hay cabida para lo cierto, no podemos descansar es un largo camino este majestuoso andar, en cada destino existe un motivo, buscamos, tratamos y nunca llegamos, quizás en la frente está la razón pero inconformes volteamos y no es de perdón.<br />
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Interrumpí al Señor No tal cual como me había trazado en mi plan, un plan que había discutido días antes con mi otro yo, de tres años y algo irresponsable, el cual insistía que mientras se dormía no se podían decir mentiras. Comencé por soltar una tras otra verdad, verdad tras verdad, el hombre enfurecido gritaba enloquecido, muchos años sumido en una mentira es olvido. Los otros oyentes cayendo del trance empezaron a hablar de aquellas verdades desechadas en vano, como naipes al aire cada quien distinguía, con tanta franqueza la luz del sol se veía. El demente jefe de aquella macabra organización comenzó a dar órdenes que todos desobedecían pero como siempre sucede algún peón resarcía. En segundos y en sueños todo cobraba vida.<br />
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Tuvimos que huir del recinto por una puerta trasera, la confusión reinaba en aquel lugar donde la verdad y la mentira se enfrentaban por primera vez en largos siglos. Lipetomi conocía el sitio a fondo y nos guió hasta un sitio seguro, o eso creíamos, un ruido estruendoso sintió su enojo, los seguidores del Señor No venían por nosotros.<br />
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Corriendo por la Ciudad Universitaria mientras el mismo malandro que ya me había robado trataba de capturarnos, llevaba de la mano a Lipetomi, quien a pesar de la situación me miraba sintiendo, buscando razón. Avanzamos a un paso constante, tajante y pujante, los gritos de odio se sumaban sin cesar, mirar al horizonte en pos de alcanzar, a lo lejos escuchaba como su voz se desvanecía, la luz del día entraba en mi ventana, mi cama vacía me guardaba celosa, la pena guardada resultaba venenosa, son cosas que son, que van en el viento buscando el final, si buscas encuentras y eso es verdad.<br />
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Me paré en seco y saqué mi china, disparé directo al cerebro del malandro que cayó aparatosamente en la acera mugrienta. Me acerqué y procedí a atracarlo yo, le quité todo, incluyendo sus patéticos jeans con parches y su franelita Maltín Polar, no pude contenerme y le pisé la mano hasta que por arte de magia se levantó y me prometió que se pondría a trabajar en la Policía Metropolitana, aunque eso es ya otra historia en sí, y para los curiosos por si fuera poco recuperé mi celular.<br />
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Desperté de golpe, tratando de buscar, añorando el final, entre lo real y lo virtual hay una línea fina que no se ve desde el umbral, los sueños son solo eso, lo real es un paso entre el pasado y el futuro, es solo una historia más, alguna que he podido contar y que por un momento pensé no iba a terminar, la realidad es el recuerdo de aquello que olvidamos, el pasado tiene al tiempo como aliado, el presente solo dura un instante y el futuro tiene las sorpresas a su favor…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-3010669307792158542010-06-09T15:44:00.001-04:002010-06-09T15:45:42.076-04:00PamplonaDespués de varios días sin que ningún tipo de evento externo moviera los cimientos de mi tranquila y pasmada existencia, mis neuronas incapaces de dejarme descansar por más de dos minutos comenzaron a procesar que debía inventarme algo para que mis venas y arterias sedientas de adrenalina no fueran a sentirse abandonadas, so pena de arrecharse conmigo y no permitir el paso de sangre con fluidez, causando por ende terror en mi interior y desembocando en una ida innecesaria al hospital para ser devuelto por loco sin destino. Después de darle vueltas a mi pesada cabeza por varios minutos y aprovechando que estábamos en pleno verano llamé a un taxi, me fui al aeropuerto y monté en un vuelo hacía Madrid, España.<br />
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Madrid no era mi destino final, y después de pasar por el Santiago Bernabeu para echarle una maldición al equipo asqueroso ese que juega allí, me subí a un tren que me llevó a un pequeño pueblo situado entre Valencia y Alicante en donde me reuniría con Paco Añor, científico arruinado y viejo amigo de la casa, en su diminuto pero altamente tecnológico taller. Una vez finalizadas las introducciones de rigor Paco me dijo "pues bien tío, que te trae por aquí?, "mira Paquito, yo quiero que me construyas una especie de toro-vaca totalmente mecánico para meterme dentro de él y lanzarme en las fiestas de San Fermín en Pamplona, pero no de huevón, vestido de blanco con pañuelito rojo, no, no, yo voy a ir metido dentro del potente animal para clavarle los cachos, que además me los vas a hacer de titanio, a ese poco de coño e' madres que ladillan a esos pobres animalejos", "no se trata de una venganza Paquillo" le dije, "es cuestión de equilibrar el universo, de dar un chance a los desvalidos". Paco quien me miraba entre sorpresa y alegría pues era un defensor acérrimo de los animales me dijo "pues Policarpio, trato hecho, me gusta tu idea y además le voy a poner algunos detalles para que se vuelva más letal el animalejo, joder hombre, pero es que tienes unas ideas que le ronca el mango".<br />
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Paco trabajó sin cesar durante toda la noche mientras yo me relajaba, como siempre pensando, en aquellas cosas que me hacen feliz, las simples, la simpleza de la vida, sin muchos vericuetos ni batallas enfermizas por luchar. A la mañana siguiente pude ver como los frutos de toda una noche en vela se habían convertido en una potente máquina devastadora envuelta en la apariencia de un toro o vaca que fácilmente se confundiría entre la multitud taurina de las famosas fiestas del terror. Paco afinó los últimos detalles, con cuidado y precisión, con un brillo en sus ojos que me llenaba de fuerzas para acometer mi misión.<br />
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Me explicó algunos truquillos que me servirían para hacer de las mías y dándome un abrazo me dijo "bueno tío anda a ensartar a ese poco de bestias que son dañinas para los animales, espero verte en las noticias, como voy a gozar viendo al toro inteligente" y se rió a carcajadas.<br />
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Con mi toro-vaca metido en una caja me eché el viaje hacia Pamplona, en al avión tuve que convencer a los empleados de Iberia que se trataba de un muñeco para promocionar las fiestas de San Fermín, finalmente y después de poner acento español y cantar una especie de jingle que decía así "Toro torito que bonito, la fiesta va a comenzar y todos vamos a gozar" me dejaron subirme al avión y a mi toro lo colocaron en el compartimiento de carga del mismo algo recelosos por considerarlo un artefacto desconocido y con naturaleza dudosa.<br />
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La ciudad comenzaba a llenarse con los cientos de turistas que cada año visitaban el sitio para participar en las fiestas, personas que como todos en el planeta buscaban diversión, horas de juerga, desate, joda eterna, bebederas y demás. Solitario como siempre caminé las calles para irme llenando del ambiente festivo y alegre, me tomé una Coca-Cola sin hielo que sabía a orine y charlé con unas suecas que participarían en las corridas y que insistían en que debía correr con ellas pues nunca lo habían hecho con un venezolano, yo como no entendía el sentido exacto que le estaban dando al verbo "hacer" dentro del contexto de la conversación y por tener una misión clara me excusé diciendo que nos veríamos por ahí y les invitaría algo de tomar.<br />
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Después de dormir placidamente me paré muy temprano, recuerdo que soñé con un toro, un animal implacable, vestido de policía que ponía orden en el caos terrenal. Cargué con mi toro-vaca y sigilosamente lo escondí cerca de los establos donde estaban los animales que iban a perseguir a los corredores ese día, sin que nadie me viera me metí dentro del aparato dotado de la más alta tecnología, desde un GPS hasta dardos tranquilizantes, válvulas de aceite y cachos que se movían según el objetivo, equipo de música para animarme, estampitas de diversos santos para salvarme y una cajita de chicles con su respectiva ramita de ruda para la buena suerte.<br />
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Una pequeña cámara me proporcionaba la visión necesaria para el exterior y seis latas de Coca-Cola con un pedazo de jamón serrano servirían para mantenerme en pie durante la travesía. Esperé paciente, cual soldado en guerra, cual amante por su amada. Se acercaba la hora de los encierros y por suerte Paco había colocado un ventilador dentro del toro-vaca, el calor me tenía agobiado y no veía el momento de poder empezar a llevarme gente por el medio sin piedad alguna.<br />
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Con la visión periférica de la cámara pude ver como estaba por comenzar la fiesta, encendí mi animalejo y me coloqué mi casco protector, de pronto y sin aviso soltaron a los toros que salieron disparados, reconozco que al principio me costó un poco maniobrar aquel mastodonte de metal forrado de fieltro blanco y negro pero después de unos cuantos carajazos logré estabilizarlo. En pocas palabras y simplemente era una bestia más bajando a toda mecha por las calles de San Fermín. Comenzaron a aparecer las personas y aquí fue cuando la emoción se apoderó de mi ser, comencé por colocar en la mira a un infeliz regordete que trataba de correr mientras sostenía una botella de cerveza en su mano, mi potente arma letal funcionó a la perfección pues embestí al tarado a una velocidad mayor de 60 kilómetros por hora por una nalga y lo lancé a más de 10 metros de altura, cuando cayó pude ver como un hueso le atravesaba la carne de su muslo y me dije en silencio y solo para mi "verga esta máquina demoníaca es más potente de lo que yo pensaba."<br />
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Continué mi recorrido y comencé a bañar las calles de aceite, el relajo era espantoso, los corredores resbalaban y caían como barajitas quedando a merced de los toros que los cornaban con placer y dedicación, en medio del caos aprovechaba para seguir embistiendo infelices que volaban por los aires dándose unos coñazos sabrosísimos cuando caían en la calle, pude divisar a una de las suecas de la noche anterior y me dio lástima embestirla pero le disparé un dardito tranquilizante que la envió a un sueño profundo mientras varios toros le pasaban por encima, escuchaba los gritos en toda clase de idiomas y seguía disfrutando el llevarme por el medio a los corredores, mi toro también estaba equipado con tachuelas que iba regando por doquier haciendo que la gente se las clavara para facilitar las embestidas de mis congéneres.<br />
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Finalmente logré divisar el final de la calle y pude ver como un grupo de idiotas formaban una especie de barrera humana para detener a los toros, la plaza de toros repleta esperaba ansiosa la entrada de toros y humanos para seguir con el dantesco espectáculo.<br />
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Acelerando al máximo y dejando considerablemente atrás a los otros toros me embalé para lo que sería la embestida perfecta, estando a apenas 5 metros de la barrera humana pude oler algo raro dentro de mi toro-vaca y con terror me di cuenta que varios cables estaban achicharrados, el sudor corría por mi frente, morir dentro de un toro-vaca no era exactamente lo que había pensado al iniciar mi travesía. El animal de hierro y aleaciones metálicas aceleró a mas de 80 kilómetros por hora para terminar chocando irremediablemente con aquellos pobres infelices, por más que traté de frenar no lo pude hacer y el carajazo fue grande, embalado fui a dar contra un establecimiento de comida en el cual causé mayores destrozos, luego de chocar con cuanta cosa se me atravesó me detuve al lado de una mesa en donde unas aterradas viejas emperifolladas pensaban que un toro las iba a matar, con rapidez y viendo que aquel retorcijo de metal y cables iba a explotar salí disparado por la parte trasera del toro, las viejas gritaban "ay Dios mío está pariendo", "vamos a ver un parto", "desde cuando los toros salen preñados? gritaban otros, al verme salir y ver que no se trataba de un ternero sino de un ser humano los comentarios variaban desde "la vaca parió un humano" hasta "milagro de la ciencia", otros decían "a lo que han llegado estos españoles que cruzan humanos con toros y vacas", yo aprovechando la confusión y el caos reinante me quité el casco y traté de correr sin poder avanzar mucho pues el dolor en las costillas no me lo permitió y me hizo caer rendido en el suelo de aquel lugar lejano y extraño para mis sentidos.<br />
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Acostado en la cama de un hospital recuperé la conciencia, si es que alguna vez la tuve, y escuché en la televisión algo así "Jarraitu, egunez egun, 2005ko sanferminetan gertatutakoa, entzierroen kronikak, argazki onenak, xehetasun guztiak festaren lehen lerrotik kontatuta....", con dolor y esfuerzo logré cambiar el canal en donde pude escuchar en perfecto castellano "caos y desastre en el primer encierro hoy en San Fermín, más de 450 heridos y además la presencia de un toro poseído, un animal enviado por fuerzas obscuras, inmerso dentro de lo sobrenatural que causó desastres mayores, las autoridades pertinentes al caso investigan todo el incidente, pero lamentablemente el toro desapareció sin dejar rastro alguno."<br />
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Ahí la verdad no entendí nada de lo que había pasado pues pensaba que esta vez si iba a terminar preso, el noticiero continuó colocando imágenes del "famoso" toro que se había llevado todo a su paso, reconozco que una sonrisa se posó en mi cara cuando veía a mi toro-vaca llevándose a medio planeta por el medio, la grabación continuó hasta que ya sin frenos me llevé medio pueblo, aquí mi sonrisa desapareció cuando me pude ver saliendo del toro-vaca ante la mirada atónita de los presentes.<br />
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Dos enfermeras que pasaban por allí hicieron unas señas raras y empezaron a cuchichear, yo adolorido y maltrecho me paré de la cama y con cuidado salí de la habitación calculando cada paso que daba, sigiloso y con mi batita de hospital burlé al personal de guardia, salí a la calle, muerto de frío y con un dolor terrible en mi costado, de pronto me gritaron "quieto", "coño ahora si me jodí" pensé, pero al voltear pude ver a Paco haciéndome una seña para que caminara hacia él, Paquito había recogido el toro-vaca y ahora estaba allí para salvarme.<br />
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En la carretera hacia el taller de Paco y con el toro-vaca escoñetado en la parte trasera y con mi dolor en el costillar Paco me dijo "tuve que venir, es que me di cuenta que el sistema de frenos no funcionaba, y bueno pues joder, llegué tarde, ya te habías embalado, entonces me paré a esperar que aparecieras pero hombre que velocidad traías, joder que toro más macho." Yo con mis costillas fracturadas solamente le pude decir "arregla los frenos que mañana volvemos."DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-64656331541161239292010-05-21T12:48:00.001-04:002010-05-21T12:49:27.612-04:00La RealidadSanta Claus se preparaba para una Navidad más, todos los ayudantes en el Polo Norte trabajaban a toda velocidad para afinar los detalles últimos del gran operativo que se desplegaba año tras año para poder llevar juguetes a los niños y niñas a lo largo del globo terráqueo. La señora Claus terminaba de lavar el afamado y ultra conocido traje rojo y blanco mientras Santa Claus revisaba con precisión milimétrica la lista que había llegado ese año al Polo Norte con los distintos pedidos y deseos a lo largo del planeta.<br />
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En los establos descansaban los famosos renos, Dancer, Prancer, Comet, Blitzen, Dasher, Cupid, Donner, Vixen, en donde eran bañados y consentidos para iniciar la larga travesía en la noche de Navidad. La felicidad reinaba en ese lugar oculto del Polo Norte y nada podría detener a Santa y a su combo en lograr su cometido una vez más. Dentro de la factoría de juguetes los gnomos cargaban cajas y cajas llenas de distintos artefactos, mientras los soldados de la Guardia Real del Norte vigilaban que todo se mantuviera en orden y en perfecta coordinación, sin lugar a dudas la empresa de Santa Claus funcionaba a la perfección desde tiempos inmemoriales.<br />
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Santa tomó una taza con café y se dispuso a vestirse, la señora Claus, una viejita amable de cachetitos rojos planchaba el traje dándole sus últimos retoques, "jo, jo, jo, señora Claus, todo listo? preguntó Santa Claus, la delicada dama dijo "si mi amor, todo listo, ven acá y te ayudo a colocarte el traje". Con una marcialidad extrema Santa se colocó su pantalón rojo, su chaqueta rojiblanca, sus botas negras y pulcras, su gorro y su correa con hebilla de oro, se miró al espejo para darle unos toques finales a su barba y se puso un poco de colonia para no llegar mal oliente después del largo viaje en donde tendría que entrar a través de muchas chimeneas para repartir los juguetes.<br />
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En la pista de lanzamiento esperaba el trineo fabricado por Boeing y que contaba con múltiples funciones para garantizar la seguridad del viaje más esperado por todos los infantes del universo. Santa junto con su ingeniero jefe le dieron una última revisada y los encargados de los renos los trajeron para colocarles las riendas y los demás aparatos necesarios para el viaje. Santa saludó con cariño a cada uno de sus renos favoritos y les prometió como siempre hacía una merecida vacación de 11 largos meses después de haber finalizado con la noche mágica.<br />
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Ajustado en su trineo tomó las riendas, prendió el radar y se puso su cinturón de seguridad, Santa gritó "jo, jo, jo, jo, aquí vamos, vamos, vamos, corran, corran", los renos comenzaron su carrera y en cuestión de segundos levantaron vuelo para perderse en la inmensidad de la noche. Santa revisó los instrumentos y todo parecía en orden, activó el piloto automático y se relajó mientras se comía una torta preparada por la señora Claus. De pronto el radar detectó una posible gran tormenta eléctrica en la ruta marcada en el GPS y en la Computadora de Vuelo. Al momento Santa recibió una llamada de su Comando de Ruta que le avisó que debía desviarse para garantizar la integridad del viaje pautado. Santa introdujo los nuevos puntos a seguir y se relajó.<br />
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En un lugar recóndito en Africa tres muchachitos corrían desesperados, "bunda onga yunga buanda" gritaban que no es otra cosa que "funcionaron los rezos al Dios de la lluvia, el guevón del traje rojo se desvió". A todas estas Santa tranquilo observaba el bello paisaje mientras conversaba con los renos acerca de los maravillosos juguetes que se habían construido en su taller. Bata, Mondah y Yubele esperaban ansiosos, de pronto Bata gritó "unga, randa, funga" "prepárense, ha llegado la hora panitas".<br />
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Santa se disponía a tomar un sorbo de café caliente cuando un carajazo sacudió al trineo, Santa se quemó en la pierna, "ay coño" gritó "que es esta vaina?, que pasa aquí?, mayday, mayday, mayday gritaba el gordo con traje rojiblanco, todas las luces de emergencia se iluminaron y los renos comenzaron a emitir sonidos de disgusto. Santa sacó el manual con el procedimiento de emergencia y empezó a leerlo con rapidez, el trineo perdía altura y velocidad mientras en la tierra Bata, Mondah y Yubele gritaban llenos de euforia "ruba, fumbe, gurta, macumba, llurumanba", "no jodas le metimos el misil al bolsa ese vestido de rojo, jodimos al barrigón de mierda".<br />
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Santa trató de las mil maneras pero nada podía evitar lo que estaba por venir, el trineo cayó en picada y se dio un vergajazo contra un pobre león que dormía placidamente en las llanuras de Africa, el reguero de juguetes, pedazos de trineo y renos heridos era surreal, el león arrecho se lanzó a atacar a los pobres renos que apenas se podían mover después del carajazo, a todas estas Santa bajaba en paracaídas pues se había eyectado para poder sobrevivir, Bata, Mondah y Yubele corría gritando y saltando con antorcha en sus manos mientras decían "ulu zula, bunfem rungue" "coño que de pinga, al fin unos juguetes pa' nosotros, ay que joda".<br />
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Santa finalmente aterrizó sin todavía entender que había pasado, se dio su coñazito pues el paracaídas no estaba diseñado para aguantar las 350 libras de peso, así comenzó a caminar hacia los restos del trineo para ver aquel desastre, logró ver las tres antorchas y cuando se acercó a ellas recibió un chinazo en la cabeza con una bola de marfil que lo desmayó de inmediato. Horas más tarde Santa Claus se encontraba amarrado y rodeado de una tribu entera, el pobre viejo barbudo no sabía que había sucedido y dijo "por favor, no me hagan daño, yo soy Santa Claus, y tengo que llevar los regalos a los niños, por favor no le hagan esto a los infantes del planeta", el jefe de la tribu, vestido de plumas y pintado de rojo y verde se acercó y le dijo "gatunba, numba, urba, zumbe" "mira gordito guevón, tu no te has dado cuenta que nunca repartes regalos por aquí, tu crees que estos chamitos no quieren jugar también?<br />
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Santa no sabía que decir, "mire señor jefe es que yo me adapto a las indicaciones de los números globalizados macroeconómicos paritarios bonificados estatutarios emitidos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y bueno así se decide quienes pueden obtener o no juguetes, no es mi culpa, yo solo los reparto", el jefe lo miró y le dijo "funga, balumba, nunze, rutenga" "mira gordo bobo, te vamos a perdonar esta vez, pero el año que viene quiero regalos aquí y me saben a mierda tus números globalizados del coño, o dejas regalos en esta verga o te volvemos a tumbar de un misilazo."<br />
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Santa no pudo decir más nada, se limitó a caminar hasta el pueblo más cercano donde agarró un burro que lo llevó a otro pueblo, allí tomó un autobús que lo llevó a otro pueblo, donde se subió a un avioncito que lo llevó a Camerún, de allí tomó un vuelo a París, al bajarse del avión en París y ser reconocido lo querían linchar, el pobre Santa que estaba escoñetado por el carajazo no sabía que decir, lo acusaban de haber jodido la Navidad a todo el planeta, corriendo se escondió en un bar en el aeropuerto Charles de Gaulle, de pronto mientras se echaba un palo de whiskey fue descubierto por la televisión francesa y el reportero gritó en vivo y para todo el mundo " Le bandit est, gras putréfié, ici celle-ci la raison pour laquelle on a fini la Noël, Sainte Claus est un ivrogne!!!!!!! " El bandido este, gordo putrefacto, aquí esta la razón por la cual se acabó la navidad, Santa Claus es un borracho!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-15476234.post-6713915086210228102010-04-20T09:20:00.001-04:002010-04-20T09:33:14.633-04:00El Príncipe de las TinieblasRecuerdo una noche cuando era niño, hace muchos años atrás, la recuerdo perfectamente porque tenía una gripe encima de terror alternativo, de esas que no se quitan ni con jarabe de culebra piche, de aquellas que te hacen toser y sudar con la fiebre. Mi madre siempre atenta me había colocado una toalla gruesa alrededor de mi cuello para mantenerlo arropado, práctica por demás sin sentido pero que ella pensaba aliviaría mi pena macabra, igualmente la recuerdo como una noche en la cual hacía más frío de lo normal, donde la lluvia se escuchaba caer a cántaros y por sobre todas las cosas la recuerdo porque fue la noche en que lo vi por primera vez, aquella noche en que divisé su silueta, fue la noche en que Vlad el Empalador, Drácula ó Draculea como lo quieran llamar decidió venir a joder mi existencia, no solamente era un niñito asustado, con un pestón encima, pero para colmo de males a un vampiro guevón se le ocurrió meterse en mi cuarto a tratar de morderme.<br />
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Mi mamá dejó mi cuarto y me dio un beso en la frente como hacia todas las noches, yo como siempre me lo quité, nunca me ha gustado que me besen la frente, lo siento como una especie de despedida final que no puede tener un final feliz. Sudando y temblando por la fiebre traté de ordenar mis pensamientos, pero con 10 años, en la oscuridad y sintiéndome mal no fue mucho lo que pude lograr más que mezclar juegos de video con horrores de tareas que nunca terminan, cerré mis ojos para caer en el delirio de un día con fiebre, en mi sueño escuche ruidos que no pertenecían al mismo, pensé que era mi hermano que pululaba por el cuarto tratando de vengarse de aquella vez que mientras el se encontraba enfermo yo jugaba a tener una banda de rock que le curaríade manera inmediata, pero cuando finalmente logré abrí los ojos y subí la mirada hacia la ventana lo vi parado allí, con su capa negra, su cabello engominado y sus colmillos relucientes de los cuales caía una pequeña gota de sangre.<br />
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En un principio pensé que se trataba de una visión producto de la fiebre, o simplemente un sueño idiota y sin sentido, pero el olor a sangre mezclado con viejo sin bañarse hizo que cayera en cuenta que estaba despierto y que frente a mi se encontraba el vampiro más temido en la historia de la humanidad. Asustado me quedé acostado sin moverme esperando a ver cuales eran las intenciones del afamado vampiro, sin dudar un momento se decidió a atacar y se abalanzó sobre mi y mordió con furia mi cuello, lo que no sabía él era que mi cuello estaba recubierto por la toalla y por más que intentó no pudo traspasar la misma, el vampiro arrecho se dijo a si mismo algunas palabras en un lenguaje extraño y se fue de inmediato volando hacia la inmensidad de la noche.<br />
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Me quedé toda la noche solo y asustado, la idea de pararme y caminar al cuarto de mis padres y que el vampiro decidiera atacar nuevamente petrificaba mis deseos, permanecí así esperando a que los rayos del sol hicieran una nueva aparición para dar vida al nuevo día. Al levantarse mi mamá fue a revisar como se encontraba su pequeño retoño y me encontró con la toalla toda desgarrada, por supuesto intenté contarle acerca de mi experiencia fantástica pero los adultos no tienen tiempo para escuchar esas cosas o simplemente han dejado de creer en ellas, me metió una cuchara en la boca con remedio para la tos, me dio una aspirina y me dijo hoy no vas a clases, tu estás muy enfermo y además rompistes la toalla en tu delirio. Traté nuevamente de que escuchara mi historia pero salió del cuarto mientras me mandaba a descansar.<br />
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Esa noche quedó impregnada en mi memoria, desde aquel día quise saber más y más del vampiro que casi acaba con mi existencia, pedía regalos relacionados con cualquier cosa que tuviera que ver con vampiros y leí cuanta historia existía en el mercado, escribí cartas a personajes que se hacían llamar expertos en la materia pero nunca contestaron, ví películas, compré afiches y guardé cada centavo de mi mesada para algún día lanzarme en un viaje con un solo destino, conocer a Drácula.<br />
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El tiempo pasó y como todo en la vida adquirí nuevos gustos y responsabilidades mayores, pero debo reconocer que nunca olvidé al vampiro insignia, así una tarde sentado en mi oficina llamé a la agencia de viajes y me embalé hacia Rumanía para ver si de alguna u otra forma podía conocer al otrora Emperador de Wallachia. Una vez en Rumanía visité Snagov cerca de Bucarest, y el Castillo Bran en las cercanías de Brasov, en un principio dudé si en realidad Drácula era una simple historia que había sido bien comercializada y que no era más que un truco para hacer dinero. Pregunté y pregunté sin obtener una respuesta sensata a donde podría encontrar al vampiro, así fue como sentado en una taverna descubrí que uno de los sueños de mi niñez se iba a hacer realidad, el mesero sin mediar palabras se sentó frente a mi y sin yo poder decir nada ante aquel acto falto de todos los respetos me dijo "el Príncipe de las Tinieblas quiere verlo, el sabe que usted está aquí y quisiera conversar con usted", yo sin saber que decir logré balbucear un débil "esta bien, a que hora?, el mesero me dijo "sígame por favor" y me sacó de aquella taverna por la puerta trasera, caminamos alrededor de dos horas hasta que en la lejanía pude ver la torre del castillo del vampiro. "Hasta aquí llego yo" me dijo el mesero, "solamente debo hacer algo más" y procedió a revisar que no tuviera ninguna estaca, agua bendita o cruz encima mío o en mi morral, se volteó y me dijo "siga el camino, Drácula lo está esperando."<br />
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Caminé unos 15 minutos más y me detuve frente a la gigante puerta de madera que daba entrada al castillo, toqué con fuerza y la misma se abrió de inmediato, di unos pasos hacia adentro y de pronto pude ver allí parada a la misma figura que había visto 21 años antes. "Hola Policarpio, como te ha ido?, preguntó Drácula, "muy bien vale, y a ti?, oye te ves viejo mi pana" le dije, la cara del vampiro cambió por completo y me invitó a sentarme en unas sillas con cuernos en el respaldar, "Policarpio, yo sabía que volverías, eres la única víctima que no he podido morder, la toallita esa te salvó y de paso me pegastes la gripe dejándome como 2 semanas enfermo, pero la razón por la cual acepté que me vinieras a visitar es otra, me comentaron que andabas preguntando por mi y al saber que eras tu decidí pedirte un favor a cambio de tu libertad, te explico, yo debería buscarte para liquidarte, tarde o temprano iba a pasar, pero Policarpio te confieso que me he quedado sin dientes" y sonrió, "coño" pensé yo "el vampiro de mierda esta desdentado", solté una leve carcajada pero me dio pena con aquel pobre viejo que no podía mantenerse vivo sin chupar la sangre de sus víctimas, "y en que te puedo ayudar?, "pues bien" dijo Drácula, "necesito que me consigas una plancha, dientes postizos pues, eso si con colmillos afilados, yo se que en tu padre es odontólogo y podrá ayudarme."<br />
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"Ahora si", me dije, "si llamo a mi papá a decirle que necesito una plancha con colmillos me manda a buscar con la policía para internarme en el manicomio, ni de vaina, déjame ver que invento". "Mira Drácula" le dije "dame dos días y yo te voy a hacer el favor", el vampiro sonrió de nuevo mostrando sus encías peladas y sinceramente me dio una lástima del carajo. Llamé a un amigo en Caracas y le dije "vete para La Piñata en Chacao, cómprate unos colmillos de piñata y házmelos llegar vía courier a Rumanía", Anacleto, soltó una carcajada sonora y como buen amigo que es, se limitó a decir "colmillos de piñata, Rumanía, courier, un abrazo" y colgó.<br />
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Dos días después me encontraba en el castillo otra vez, no sin antes haber agarrado los colmillos de piñata y haberles hecho un trabajo de arte, los barnicé con cuidado y los puse a valer, parecían la obra de un experimentado odontólogo. "Bueno Drácula aquí están" le dije, el Príncipe de las Tinieblas los agarró de inmediato y se los colocó en la boca, la verdad era que me estaba cagando de la risa pero me aguanté y le dije "que bien te ves, nuevamente volverás a reinar en el universo", Drácula se acercó y me dio un abrazo, "gracias, gracias Policarpio, ahora eres libre, puedes dormir tranquilo", "tranquilo pana vampiro" le dije "tu sabes como es, hoy por ti mañana por mi" y proseguí mi camino.<br />
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Esa noche Drácula vestido de gala decidió atacar a una bella muchacha, al morderla solo logró que la pobre mujer se cagara del miedo y que le metiera un carterazo por la cabeza que le voló los dientes de plástico, el pobre vampiro indefenso ante la furia de aquella dama cagada y arrecha solo pudo brincar por la ventana y escapar.<br />
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Yo dormía placidamente cuando sentí que besaban mi cuello con fuerza, en mi sueño juraba que era Kate Beckingsale que se había dedicado a dejarme unos "hickies" en mi cuello, de pronto desperté y vi al vampiro viejo y desdentado tratando de morderme con las encías, "coño e' madre" le grité "sal de aquí maldito vampiro usado" y le metí un libro de la historia de la estupidez humana que estaba leyendo en ese momento por la cabeza, Drácula gritó "me jodiste Policarpio, esos dientes de mentira, que tristeza, no valgo nada" y empezó a llorar. Lo dejé que se calmara y le di un vasito de agua, el pobre vampiro acabado sollozaba desconsolado "que mierda soy" decía "se me jodieron los dientes", me levanté y caminé hacia el Bo que no es más que un palo largo utilizado en ciertas artes marciales y se lo puse en las manos, le dije "mira pana, hay que buscar soluciones, a ti también te gusta empalar gente, así que dedícate a eso", el vampiro sonrió mostrándome sus encías nuevamente y saltó por la ventana.<br />
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A la mañana siguiente escuché a lo lejos el noticiero "Terror en la ciudad capital, amanecieron empalados 5 diputados de la Asamblea Nacional", yo solo alcancé a pensar "ese vampiro jodedor nunca puede descansar"…DINOBAThttp://www.blogger.com/profile/03487907193565130458noreply@blogger.com15