Monday, November 28, 2005

Funesto

No es lo mismo subir al pináculo de una montaña que subir una montaña con un pino en el culo. No es lo mismo morir de verdad que inventar una muerte para que dejen de joder. En el bello planeta hay cosas que se heredan, lo que se hereda no se hurta dirían por ahí, podemos pues heredar personalidades, deformaciones en los huesos, enfermedades, inteligencia, deudas y una diversidad de cosas que van desde lo físico hasta lo material. A Lucio Gutierrez le tocó heredar el negocio de su padre, el negocio funerario. Lucio desde niño jugó con cadáveres, ayudando a su padre a maquillarlos, a vestirlos por última vez, a ponerlos presentables para iniciar el largo camino hacia la eternidad. Más de una vez hizo alguna maldad, pintando los labios de algún importante político o dándole un toque de postmodernismo a una vieja emperifollada de la sociedad, de igual manera vistió a un importante economista de pirata y hasta le metió un loro disecado en el cajón, pero en general observaba las reglas de su recalcitrante padre respetando a quienes habían dado el salto de lo terrenal a lo desconocido.

Su anciano padre murió una tarde gris, mientras se preparaba para maquillar a un viejito, el bombeador de sangre le dejó de funcionar, se cansó y allí quedó tieso y frío. Lucio lo encontró en el piso, todavía sosteniendo un pincel de maquillar y su hermosa taza de café con estampado de calavera en su exterior. Lucio soltó una lágrima, lo levantó del piso y lo maquilló con dedicación, lo metió en su caja y lo veló durante toda la noche. A la mañana siguiente se subió a una de las carrozas fúnebres y se dirigió al cementerio, enterró a su padre y en la lápida colocó una frase que decía así "Así como vinistes te fuiste, artista del más allá y mercader de la tristeza".

Manejando a toda mecha por la autopista en la carroza fúnebre y con una cancioncita de Iron Maiden a todo dar, Lucio tarareaba "run to the hills, run for your life"…, estacionó la verga negra esa y entró a la oficina de su padre, recogió algunas cosas e hizo varias llamadas telefónicas. La puerta fue golpeada y Lucio dijo "pase, pase", una señora ya entrada en años acompañada por su bella hija venían a hacer los arreglos para velar al esposo de la dama y padre de la muchacha. Después de llenar los formularios reglamentarios Lucio les preguntó "desean el servicio especial?, las damas se miraron a los ojos sin entender pero en ese momento de tristeza y dolor se limitaron a decir que si. Estrechando las manos de las damas Lucio se despidió y se dispuso a entrar al cuarto de maquillaje. Por la puerta trasera entraba ya el cadáver del señor y con gran maestría Lucio procedió a maquillarlo para su viaje sideral.

Entrada la tarde, la gente comenzaba a llegar a rendir tributo al difunto, en la entrada de la casa, una de las asistentes de Lucio les entregaba una bolsita de color marrón en la cual no se podía ver lo que contenía, algunos preguntaban a lo cual no obtenían respuesta, otros simplemente agarraban su bolsa que tenía un letrerito que decía "no abrir hasta tanto se le indique". Adentro las personas conversaban y hablaban de los temas clásicos del momento. De pronto una vieja se acercó a la caja y gritó "ay pero que le hicieron a este hombre?, todos los presentes se agolparon alrededor de la caja en donde se podía ver al difunto vestido al propio estilo de "Disco Dancer" y con un cigarrito en la boca el cual además estaba prendido. En ese momento se apagaron las luces, que quedaron reemplazadas por unas luces de colores, una voz dijo por un parlante, "llegó la hora, DJ Mortis, a joder" y la música ensordecedora comenzó a salir por todos lados. En el primer momento algunos decidieron abandonar el recinto, otros permanecían inertes, otros comenzaron a bailar a la vez que gritaban "el viejo hubiera querido que jodiéramos", una bola de cristal se posó encima de la caja y comenzó a girar, la voz del parlante invitó a abrir las bolsas en donde encontraron serpentinas, pitos, caramelos y demás artefactos fiesteros. Unos mesoneros invadieron el lugar ofreciendo bebidas y pasapalos, en cuestión de segundos DJ Mortis tenía a todo el mundo bailando y echando vaina. La joda era total, hasta la vieja que recién había enviudado bailaba cagada de la risa, un trencito le daba la vuelta al féretro y otros se escondían en las habitaciones de la casa para matar sus pasiones humanas. Un gordo gigante se llevó por el medio la caja, el muerto cayó al piso y lo levantaron y lo pusieron a bailar también hasta que se lo pasaron a una viejita que no pudo con el peso y quedó atrapada en el piso con el difunto vestido de seda azul y un pañuelo en el cuello. La fiesta duró hasta entrada la noche, en la mañana Lucio parapeteó al muerto nuevamente y lo montó en la carroza fúnebre, al cementerio llegaron rascados, llenos de serpentinas y cantando rancheras, al viejo lo echaron para el hueco mientras cantaban "sigo siendo el rey". La hija del difunto se acercó a Lucio y lo besó en pleno entierro, hasta un pistolero alegre sacó su fuco y echó seis tiros al aire en honor al viejo muerto.

Sentado en la oficina de la funeraria Lucio pasaba la pea de la noche anterior, sonriente y seguro de si mismo confiaba en que el mundo funerario había sido cambiado por siempre. Los teléfonos sonaban sin cesar, los habitantes de aquella metrópolis habían descubierto una nueva modalidad de hacerle frente a la desolación que trae consigo la extinción. Varias rumbas continuaron, la joda se prendía noche tras noche en aquella casa, DJ Mortis animaba, concursos, juegos de bingo, orgías planeadas y todo tipo de diversión acompañaban a los difuntos en su última fiesta. Disfraces iban y venían, DJ Urna y DJ Lápida también animaban, de alguna u otra forma Lucio había logrado darle un matiz menos tétrico a los que están en el negocio de despacharnos al infinito.

Saliendo rascado hasta las metras a golpe de 9 de la mañana hacia el cementerio cargando atrás con un muerto, Lucio escuchaba a todo volumen alguna canción de Misfits, aquella carroza fúnebre además de ser anaranjada y tener una sirena en el techo poseía un motor 8 cilindros en V que la hacían rugir por la autopista, Lucio distraído olvidó cerrar la compuerta de atrás, de pronto volteó a ver por el retrovisor y se dio cuenta que la caja volaba cual misil por el contaminado aire capitalino. El carajazo contra el parabrisas de un carro último modelo no se hizo esperar, Lucio clavó los frenos de inmediato, se bajó y constató que la caja había traspasado el vidrio del carro conducido por Gabriel Mendoza, en plena autopista y con carros que pasaban mientras gritaban chistes de mal gusto Lucio auxilió a Mendoza a bajarse del carro, el muerto se había salido de la caja y estaba sentadito de copiloto, después de cerciorarse que Mendoza estaba bien y de meter al muerto nuevamente en la destrozada caja, Lucio ofreció pagar por todo aquello, Gabriel Mendoza, lo miró a los ojos y le dijo "mira, hay una sola forma que me pagues, yo paso esta noche por la funeraria y te digo", se montó en su escoñetado carro y se fue. Lucio prosiguió su camino hacia el cementerio y luego esperó con ansiedad por Mendoza.

Caminando por uno de los jardines de la casa fúnebre, Gabriel Mendoza le explicaba a Lucio como debía pagarle, Lucio al principio se mostraba reacio a llevar a cabo el plan de Mendoza pero después de unos minutos decidió que mientras todo se mantuviera en secreto esa podía ser una forma de aumentar las ganancias de la funeraria. Mendoza se fue a su casa en donde se recostó en su cama, pegó un grito y cerró los ojos. La esposa de Gabriel lo encontró allí gris y sin color, no le quedó más remedio que aceptar el hecho y llamó a la funeraria para hacer los arreglos pertinentes. En la oficina Lucio esperaba la llamada, se subió a la carroza y buscó a Mendoza, una vez en la funeraria lo maquilló con cuidado y lo vistió de pordiosero.

Entrada la noche se armó el peo en la funeraria, una rumba descomunal, caña y comida, la animación de DJ Oscuridad y unas cuantas damas de compañía para alegrar a los dolientes. A golpe de 4 de la mañana y con los presentes borrachos, Lucio se acercó al ataúd y dijo que debía arreglar un poco al difunto pues se estaba descomponiendo muy rápido. Una vez en el cuartico de maquillaje, Gabriel Mendoza se paró de la caja y le dio un abrazo a Lucio, "coño pana, excelente, todo el mundo se comió el cuento, ahora si voy a ser libre de verdad". Lucio volvió con la caja cerrada e indicó que la misma debería permanecer así pues el cadáver no se encontraba en buen estado. Por la mañana enterraron la caja vacía y de regreso a la funeraria Lucio dejó a Gabriel en el aeropuerto para que se fuera a vivir lejos de todo aquello que lo agobiaba.

Un viejito se le acercó a Lucio y le entregó una sustanciosa suma de dinero, le explicó que deseaba vivir sus últimos días en las Bahamas, lejos de todo, jodiendo y echando vaina, Lucio cumplió su parte y lo maquilló a la perfección, una rumba más, una pea más y otro viaje al aeropuerto para enviar al viejito a la felicidad. No solamente ahora Lucio velaba y enterraba gente sino que también ofrecía servicios de desaparición para hombres ladillados de sus vidas. Los clientes siguieron llegando, Lucio maquillando y las fiestas andando, un entierro aquí y otro más allá, la vida y la muerte eran felicidad. Lucio no tenía familia, su padre había muerto, su única allegada era Marisela Muñoz, su asistente en la funeraria, y que había aprendido de Lucio el arte del maquillaje y de la decepción. Sus amigos, no eran más que personas interesadas en la rumba de aquella casa, en la fiesta de la muerte, en la felicidad de la desaparición.

Una noche Lucio salía de la funeraria cuando fue interceptado por un carro con vidrios ahumados, adentro se encontraba un famoso político de esos que cagan la existencia de un país, el hombre que se encontraba inmerso en un escándalo gigante solicitó a Lucio que le ayudase a desaparecer fingiendo su muerte. Lucio dudó en este caso, pero al ver el cheque pesado que le colocaron en las manos accedió a realizar la charada. El político se bajó del carro, uno de sus guardaespaldas lo hizo explotar y así extinguieron su vida. En la funeraria la caja con el hombre chamuscado por el maquillaje perfecto no dejaba la menor duda que el mismo había muerto quemado en el supuesto atentado. La rumba se prendió como era de costumbre, luces, bailes, bebidas y lujuria colmaron la escena. A golpe de 5 de la mañana Lucio agarró el ataúd y se lo llevó hacia adentro, el político se paró y así quemadito como estaba se fue corriendo a perderse en la vida. La caja vacía recibió santa sepultura, Lucio hecho mierda como siempre por la autopista en su carroza fúnebre pensaba en todo aquello, luego de fumarse un cigarrito decidió que era hora de acabar con su propia existencia.

Llamó a Marisela y le dijo que se fuera para la funeraria que tenía cosas importantes que hablar con ella. Una vez allí le explicó que estaba cansado de aquella vida ajetreada y que el también iba a fingir su muerte, ella lo maquillaría e informaría a esas personas que asiduamente rumbeaban en la funeraria que él había pasado a mejor vida. Con dedicación y esmero Marisela maquilló a Lucio, se metió en su caja y espero el momento indicado. La rumba se prendió tal cual como se esperaba, mucha gente se preguntaba que pasaría con todo aquello después de la repentina muerte de Lucio. Las personas se acercaban a la caja y Lucio de vez en cuando y para joder abría un ojo o movía las manos para ver la reacción de los presentes.

Acostado en su lecho, Lucio vio como una mujer lo veía con detenimiento y trató de mover las manos para asustarla, las manos no se movieron, intentó de mil maneras y no había forma de moverlas, con la respiración cortada, trató de abrir los ojos y no pudo, sus piernas se encontraban más pesadas que nunca, intentó gritar y la voz no salía, a lo lejos escuchaba la música de DJ Sepulcro y apenas olfateaba el whiskey que era servido en su propia fiesta. Poco a poco se fue apagando hasta que su ritmo cardíaco disminuyó hasta su mínima expresión y dejó de existir.

Marisela se acercó a la caja y susurró para si misma "lo embalsamé en vida y ni cuenta se dio, ahora el negocio de la muerte es mío"…..

35 comments:

maru said...

quéhijadepút esa Marisela!! (perdón...¿se podía putear?)
y yo que venía a decirte que quería que me hicieran el velatorio en lo de Lucio!! con rumba y DJ Mortis!!
buéh, mejor sigo con mi idea original de la cremadita.
un beso.

burtonbk said...

Buen post. Narras muy bien
salu2

Rocket said...

Escribe del carajo, me gusta mucho su blogg

stultorum said...

Suele pasar, con la muerte no se juega.

Buena historia.

Unknown said...

Buena historia. De verdad muy entretenida.
Y ya vez...Eso pasa por confiar en las personas equivocadas.

Sl2

Y...nada más.

neisely said...

no se que comentarte, todo lo bueno ya esta dicho, nombre? o eres anonimo ante la vida?

Rolando Escaró said...

que buena historia!

Silvana Bocage said...

Muy bueno el post, saludos.

Nostalgia said...

Vaya!
hasta que le pusiste azul a este planeta azul!!!

Sol.. said...

Impresionante historia!
Me he gustado mucho!
Gracias por la visita..
Besos..

Patricia said...

Que interesante!! Me gusto la historia y muy bien contada.

Tambien gracias por tu visita!!

Saludos

fgiucich said...

Tienes un sentido especial para el humor negro que hace sonreir a los muertos. Muy bueno el "funesto". Saludos.

Actualízate said...

Da gusto leer plácidamente semejante relato.
Saludos

Galleta *_* said...

hola!

regresando la visita!!!


graias!

DñaGraja said...

En tensión estaba,...
esperando...
aún así me cogió de sorpresa...

Buen relato.

Saludos.

Anonymous said...

waw!!! me kede sin respiracion. eres genial, escribes de poka madre, m encanto este y el del lokito del manicomio. felicidades, no kualkiera.

Kix said...

Divertida la historia. Tal vez sea necesario mejorar la redacción, pero muy divertida!

BETH said...

Hola

BETH said...

Hola!!!!
Gracias por leerme, estare tambien visitando tu planeta azul...

Beso

Menta said...

Buen humor negro..si señor!.
Un abrazo

Prisca said...

mmm...interesante este planeta azul...creo que me volveré a pasear por aquí.
Gracias por tu paseo por el mío.
Saludos,
Pris.

Negra said...

Muy interesente tu blog también!
Te agregaré a mis favoritos.
-Saludos

Javier said...

Gracias por la visita...¿suena a eco?
bueno no importa, ¡que historia!

Sin palabras.

Saludos.

Unknown said...

Hola! interesante historia.
Me gusta tu planeta azul.
Saludos!

Anonymous said...

Solo dos palabras ...
IM
PRESIONANATE
Saludos y gracias por firmar mi blog

Mariandote said...

Wow, me e quedado sin palabras, no me esperaba ese final... que sucia la Marisela... cria cuervos y te sacaran los ojos...buaaaa :(
P.D: estoy adicta a tu blog, Felicidades!!!

petunia said...

ayyyyyyyyyy pero que wen cuento! Recorde algunos de mis suenos en que quiero hacer cosas y no puedo, asi como el final de Lucio, solo espero que no me pase exactamente como a Lucio.

Mila Cabana said...

Me da nota pensar que mi funeral será tremenda rumba...

Besitos pa' ti y no llore... Nos vemos en el eter, llevaré la moto pa' darte el paseito (espero que no me vea el vengador)

Andrómedo said...

A mí también me gustó esta historia.

Saludos desde el sector 6.

nocheoscura said...

Te devuelvo la visita, espero poder regresar pronto y sumergirme un poco en tu blog.

Nos leemos.

Lalola said...

Que bueno, tio. Me ha encantado!!!
Besos

JTô said...

A golpe de narración transgresiva conquistas la blogosfera y te vas convirtiendo en un auténtico blogstar.

Bonita cultura de la muerte. Ctrl Alt Del y reinicio tras la fiesta. Y aunque la traición marque un final verdadero, la fiesta no nos la quita nadie... Me apunto a la próxima de DJ Sepulcro.

c324r said...

Humm... Whisky!

ReinaCoral said...

Muyyy buen post.
Te dedicas a escribir profesionalmente, o sólo por diversión?

Ceshire_andromeda said...

Este cuento me recordó el ritual azteca de celebrar la muerte (para ellos la vida no era más que un sueño y la muerte el despertar). El ritual de la muerte se cristianizó y se transformó en lo que hoy se conoce como el día de los muertos ( que se celebra el 1 y 2 de nov), los que celebran este día preparan calaveras de azúcar que comen, le llevan bebidas y comida a los muertos, adornan sus tumbas, les tocan sus canciones favoritas. En fín, que forman tremendo party en el cementerio. Es mejor que llorarlos, pienso yo.
Un beso, por tanta creatividad.