Friday, October 28, 2005

Humana

Cuando uno se la pasa de vago por el planeta se le ocurren cosas que normalmente a una persona ocupada no le pasarían por la mente, un amigo me había comentado de la existencia de una ciudad en la vecina Colombia en donde al parecer algo extraño sucedía con las mujeres de este interesante lugar. Al preguntarle de que se trataba tanto misterio, pues me dijo que no podía decir más, que simplemente fuera y lo averiguara por mi mismo y así comienza la historia que me permito contarles a continuación.

A las 3 de la tarde me embarqué en el vuelo hacia Bogotá, de ahí otro avión hasta el aeropuerto "La Nubia" en Manizales, al llegar a la ciudad me pareció muy interesante, unos 350.000 habitantes y la clásica arquitectura de una ciudad de topografía quebrada y abrupta en el departamento de Caldas. Una vez salido del aeropuerto comencé a caminar por aquellas calles con la finalidad de descubrir cual era el secreto que guardaban las mujeres de esta bella ciudad del occidente colombiano.

Risueño y feliz me dirigí a la catedral basílica para conocer un poco de la historia de la ciudad y allí enfrente de la misma la ví por primera vez, sus facciones finas y sus ojos tristes me impactaron de inmediato, con cautela me acerqué pues desconocía cual era el gran misterio que guardaban las damicelas de Manizales. Leía un libro de Borges a la vez que escuchaba Cranberries en su I-Pod, me senté al lado de ella pretendiendo que no la miraba y simplemente deseaba descansar, ella volteó e hizo una leve reverencia con la cabeza, yo saludé y me hice el turista perdido.

Ocasiones como estas me habían pasado muchas veces a lo largo de mi vida, pero esta vez sentí una sensación extraña de querer conocer más y más a esta dulce muchachita. "hola que tal" le dije, ella con su voz suave y acento paisa replicó "hola que te trae por aquí, tu no eres colombiano, con ese acento más bien venezolano debes ser", "si, si soy venezolano, dije, y bueno soy un ocioso empedernido y tenía un tiempito y me vine a conocer esta región de Colombia, además me han contado que las mujeres acá guardan un secreto milenario y no se quería descubrir algo de eso.", sus ojos tristes bajaron la mirada y la sentí incómoda cuando mencioné el secreto, luego de un rato me dijo "me llamo Ana Rilco, si quieres te puedo mostrar la ciudad y así me cuentas un poco de Venezuela."

La tarde llegaba a su fin y las sombras del bello atardecer comenzaban a hacer su entrada, ana me llevó a conocer sitios de interés, comimos, hablamos, conversamos, sin lugar a dudas se trataba de una persona atractiva tanto física como intelectualmente pero me llamaba la atención la sequedad y la forma rígida en el proceder de ella, traté de investigar un poco pero solo obtuve respuestas cortas y elusivas, sin lugar a dudas había un secreto detrás de las damas de manizales y ahora me había propuesto encontrarlo.

Intenté todas mis artimañas para tratar de sacarle algo de información a Ana pero no había forma ni manera, me paré de cabeza, hice chistes malos y le regalé unas rosas sin obtener ni el más mínimo rasgo de sentimientos por parte de la interesante muchacha. Se hacía tarde y le dije "bueno Ana ha sido un placer, me tengo que ir al hotel, voy a estar un día más por acá, será posible contar con tu agradable compañía mañana?, Ana con sus ojos tristes me dijo "ay Policarpio no pagues hotel, en mi casa hay un cuartito, ahí te metes y así te ahorras un dinerito, y bueno mañana me invitas a comer pues, que te parece?", accedí al instante y así nos fuimos caminando hasta su cálido hogar.

Nunca había visto un lugar tan pulcro y ordenado, la casa estaba arreglada a la perfección, ni el más mínimo detalle parecía fuera de lugar, nos sentamos muy cómodos en el sofá y continuamos hablando de la vida, de la muerte y de tantas cosas más. Despertamos tal cual como la noche anterior nos había tragado, yo sonreí tratando de buscar la misma respuesta en Ana pero solo obtuve un "buenos días". Al ver la hora nos dimos cuenta que casi podíamos irnos a almorzar y salimos de inmediato para yo cumplir con mi invitación. Sentados en la mesa del restaurant volví a preguntar a Ana sobre el secreto y una vez más la incomodidad se apoderó de sus palabras y a pesar de no estar dispuesto a aceptar esas respuestas evasivas mi insistencia se perdió en el vació de unas frases sin destino.

Al salir del restaurant y todavía con mi duda procedí a despedirme de Ana, le di las gracias por su hospitalidad y me di la vuelta para tomar un taxi, de pronto escuché como ana se acercó y me dijo "por favor Policarpio sácame de aquí, no preguntes más, solo sácame", la voz ya no era de tristeza pero más bien de terror, sin pensarlo dos veces la monté en el taxi y fuimos al aeropuerto. Ana se encontraba muy nerviosa, miraba a todos lados y apenas decía algunas palabras, una vez adentro del avión le dije "bueno Ana me vas a decir de que se trata todo este misterio?, ella no contestó y simplemente calló. El avión finalmente despegó y a los pocos minutos de vuelo Ana comenzó a temblar, unos ruidos extraños salían de su cuerpo y de pronto pude ver como unos cables y circuitos se asomaban por su estómago, "coño pensé yo, ahora si me acomodé, lo que me faltaba a mi, estoy cargando con un robot", ahí todo encuadró y entendí que el misterio de Manizales no era otro que las mujeres habían sido deshumanizadas desde tiempos inmemoriales, Ana continuaba temblando y me miraba con ojos tristes y sin vida, yo no sabía que hacer, las aeromozas me preguntaban que le pasaba y yo no sabía que contestar, finalmente y ya como último recurso decidí besarla, la tomé en mis brazos y la besé, poco a poco Ana recobró la conciencia y misteriosamente los cables y circuitos desaparecieron, una lágrima brotó de su ojo y por primera vez vi su espectacular sonrisa, Ana había vuelto a ser humana…

Preso

Eloy Rodrigo nació en algún lugar desconocido de un barrio también desconocido dentro del dantesco cordón de miseria que rodeaba aquella otrora palpitante ciudad capitalina, de su padre se sabe poco, su madre lo dejó en la puerta de la casa de una prima que sin mucha sorpresa encontró al muchachito envuelto en papel periódico a la mañana siguiente, sin pensarlo dos veces y con la frialdad de una noche de lluvia la prima se montó en un carrito por puesto y se fue al INAM, envuelto en periódico y una sábana vieja Eloy Rodrigo fue abandonado por segunda vez en cuestión de días.

Su infancia la pasó confinado dentro de la institución, si a eso se le puede llamar infancia, Eloy Rodrigo escapó varias veces en donde pasó temporadas como un niño sin techo ni hogar para volver a caer capturado cada vez que cometía alguna fechoría para tratar de sobrevivir en ese mundo divertido, jovial, enternecedor, educacional y pacífico que es la calle. Eloy Rodrigo escapó una vez más y al caer nuevamente atrapado por la policía mientras trataba de atracar a una viejita en pleno boulevard de Chacaíto se enfrentó a una nueva realidad.

Cédula?, gritó el funcionario policial , Eloy Rodrigo respondió "nunca la hubo", "a si?, pues entonces vas a pasar unos cuantos días divertidos en un calabozo pedazo de mierda" replicó el policía dándole un rolazo en la pierna para recordarle que de una u otra forma llevamos palo día a día en nuestro andar. Después de pasar unos días en esa suite de hotel cinco estrellas que era el calabozo de Cotiza, oliendo a meado y a sudor de francés soltaron a Eloy Rodrigo pues la viejita no había puesto la denuncia. Una vez en la calle Eloy Rodrigo comenzó una cadena de incidentes que pronto le llevarían a pasar unas vacacioncitas en un lugar fantástico y maravilloso, en un lugar de esparcimiento, lleno de intelectuales y de herramientas buenas para formarse.

Armado hasta los dientes y formando parte de la banda "Los Fuma Piedra", Eloy Rodrigo ingresó a la agencia de aquel banco, después de someter a los vigilantes y lograr que el gerente abriera la bóveda la banda de maleantes se disponía a salir del banco cuando fueron sorprendidos por una patrulla de la policía, el tiroteo no se hizo esperar y después de 10 minutos bajo el fuego, algunos maleantes y policías heridos, y un transeúnte mirón balaceado le llegó la hora a Eloy Rodrigo de caer preso. Unos días en el calabozo y aunque parezca mentira una sentencia expedita por parte del infeliz sistema judicial venezolano lo mandó a disfrutar de 8 añitos en la cárcel de La Planta, instalación de primera línea, dotada con los mejores servicios para los reclusos y parte del sistema penitenciario que es la envidia de todos los países del planeta.

Eloy Rodrigo aprendió con rapidez que la vida en el penal no es vida, es supervivencia, después de unas cuantas violaciones, tres heridas en peleas con chuzos, varios baños con el orine de los guardias, una herida infectada, una conjuntivitis que duró por 4 meses y haber perdido más de 25 kilos por el fantástico régimen de ejercicios y alimenticio que gozaban los reclusos del penal Eloy decidió que debía intentar escapar de aquel lugar, el sabía hacer dos cosas, escapar y robar, así que con un poco de paciencia y ayuda de algún uno que otro guardia corrupto la cosa no resultaría difícil.

La tarea comenzó una noche cuando después de conseguir un cincel y unas cucharas Eloy comenzó a cavar un túnel que lo llevaría a la libertad nuevamente, horas y horas de arduo trabajo le fueron dando forma al camino de tierra para escapar de aquel hermoso lugar. Pasaron los meses y el enorme pasadizo secreto cada vez se acercaba más a los terrenos adyacentes a la penitenciería, Eloy Rodrigo no descansó y finalmente logró su cometido, el largo hueco llegaba a su destino final y esa noche la fuga se materializaría de acuerdo a lo planeado.

Llegado el ocaso del día Eloy comenzó a arrastrarse lentamente por su obra maestra, una vez llegado a la salida se esforzó para respirar de nuevo el aire puro, lleno de tierra pero libre se dijo a si mismo "lo logré" y aceleró el paso, de pronto el sonido de unos caballos corriendo a todo dar lo hizo detenerse de golpe, "que esta vaina?, pensó "desde cuando hay caballos por aquí", no había terminado de cruzar esa idea su mente cuando fue atravesado con una lanza en su pierna "ay coño" gritó Eloy, pero sin poder avanzar ni un paso más fue capturado por unos soldados del imperio, del imperio romano, después de sacarle la lanza y darle unos cuantos carajazos conjuntamente con una torturita de esas sabrosas lo llevaron frente a la autoridad quien sin siquiera mirarlo hizo una seña con su dedo gordo apuntándolo hacia abajo, en cuestión de minutos Eloy Rodrigo estaba desnudo y listo para ser crucificado, cuando el soldado romano alzó la mano para enterrar el primer clavo Eloy Rodrigo hábilmente y haciendo uso de las habilidades aprendidas en las calles de Caracas y desconocidas para los romanos le quitó el cuchillo que colgaba de la correa del soldado y lo apuñaleó sin compasión, con una velocidad impresionante y ante la sorpresa de los presentes saltó de un brinco un muro y se perdió en el monte. Después de varias horas buscando encontró el hueco por donde había salido y se metió nuevamente en él arrastrándose esta vez en sentido contrario. Emergió en su celda en La Planta y se quedó dormido.

A la mañana siguiente, se despertó adolorido con un hueco en su pierna, Eloy Rodrigo no sabía que había pasado, un sueño?, pero como podía ser?, estaba herido en una pierna, se estaba volviendo loco, el solo recordaba que quería escapar la noche antes, por qué seguía en su celda?, sin encontrar respuestas a sus preguntas y amarrándose un pedazo de sábana en su pierna herida se pasó el día esperando que cayera la noche, una vez llegada la misma se volvió a arrastrar por el túnel para salir nuevamente por el hueco, cojeando por la herida en su pierna se sintió libre nuevamente, pero no por mucho tiempo pues una flecha se clavó en su brazo haciéndolo gritar y estremecerse, "coño, que es esto?, gritó Eloy, sin mucho chance de hacer nada unos guardias vestidos con corazas y armaduras le metieron cuatro carajazos y le colocaron un grillete sobre el tobillo derecho, lo trasladaron a una mazmorra hedienta y en cosa de horas estaba con su cabeza lista para ser degollada por una guillotina, allí indefenso y cansado Eloy Rodrigo esperaba que el verdugo bajara la hojilla de hierro, el vil hombre se acercó demasiado y el hábil Eloy tomó su espada y se la enterró en el pecho, el caos tomó las riendas de la situación y sin más ni menos alguien liberó a Eloy que confundiéndose entre la gente aglomerada en la plaza caminó hasta encontrar el hueco por donde había salido.

Acostado en la cómoda cama de su celda en La Planta el pobre Eloy no podía creer lo que pasaba, ahora con un hueco más en su brazo cayó exhausto en los brazos de Morfeo. La noche siguiente Eloycito sin nada que perder se volvió a arrastrar por el túnel, al salir pensó que finalmente La Planta sería solo un mal recuerdo cuando escuchó unos tiros y sintió como lo enlazaban cual novillo, un par de vaqueros con cara de malos lo tumbaron al piso y después de meterle un cachazo en la cabeza lo llevaron a la plaza del pueblo en donde una horca esperaba por Eloy, amarrado con sus manos en la espalda le pusieron la soga al cuello y abrieron la compuerta que acabó con la existencia de Eloy. Su cuerpo fue enterrado en el hueco por donde había salido.

Eloy despertó en un lugar muy brillante, pulcro, rodeado de una mezcla de colores que nunca antes había visto, pudo comprobar que las heridas de su pierna y brazo habían desaparecido, se levantó y trató de caminar chocando contra una pared que no podía ver, caminó en sentido contrario y volvió a chocar contra otra pared invisible, desesperado comenzó a golpear aquello que no podía ver, de pronto una voz dijo "bienvenido Eloy Rodrigo, cálmate, no creas que porque estás muerto vas a poder venir a joder la paz y tranquilidad en el Paraíso."……

Thursday, October 27, 2005

Contradicción

Olindo José Medina Flores nació en El Saladillo, dentro de Maracaibo, en plena República Independiente del Zulia, su infancia fue feliz, llena de gaitas, de juegos de las Aguilas del Zulia y una que otra competencia de gurrufío, metras y trompos. A los 10 años Olindo empezó a sufrir cambios en su personalidad, varias peleas en el colegio y en la cuadra llevaron a sus padres a investigar más a fondo la razón que se encontraba detrás del repentino cambio de un niñito alegre y tranquilo a uno violento y retrechero, después de varios de días de búsqueda llegaron a la conclusión que había que estar de acuerdo con Olindo o las cosas podían tornarse peligrosas y agresivas en cuestión de segundos. Olindo no podía ser contradicho.

En el patio del colegio varios muchachos jugaban metras, otros se perseguían jugando al ladrón y al policía, algunos discutían sobre el partido de las Aguilas la noche anterior y otros simplemente se tomaban una malta para saciar la sed del momento, el calor de Maracaibo hacía mella en los muchachitos pero esto no impedía que la gritería y la algarabía estuvieran presentes. En un grupito de muchachos se discutía acerca de a quien le gustaba quien, típica conversación de muchachitos a esa edad, de pronto uno de los participantes dijo "vos veis, al Olindo le gusta la catira esa de cuarto año, esa no le para ni con la ayuda de la Chinita", Olindo respondió "que no me para?, si esa es mía", el otro muchacho le dijo "vos si eres iluso, que no te para", "que si" gritó Olindo, "que no" el otro muchacho y aquí se acabó la discusión, se acabó porque Olindo lanzó un recto de derecha que hizo impacto en la nariz del pobre muchacho fracturándole el tabique en tres pedazos.

En las celebraciones de la fiesta de la Virgen de la Chinita la familia de Olindo brindaba una fiesta, una prima de Olindo, Altagracia, se le acercó y le dijo "ay Olindo, vos quereis un paliito de whiskey ?, Olindo le dijo "no Altagracia, a mi no me gusta el whiskey", Altagracia riéndose le contestó "como que no muchacho, si siempre te ha gustado", que no Altagracia" dijo Olindo, "a pues Olindo que si" "mira Altgracia te dije que no", la pobre Altagracia cometió el error de volver a ofrecerle un palito de whiskey, Olindo la cargó y la lanzó por el balcón de la casa cayendo la pobre mujer con polifracturas en todo el cuerpo.

Olindo tenía una novia, Gracielita, una muchacha coqueta y bonita, una noche en el cine a Gracielita se le ocurrió decirle a Olindo en juego de esos de novios, "yo te quiero más que tu a mi", Olindo le dijo "mirá Gracielita, no digas eso que yo te quiero más a ti que tu a mi", Gracielita siguiendo el juego respondió "no, no, yo más a ti", "no, Gracielita, yo más a ti", "no, Olindo, no, yo te quiero más a ti", "ay Gracielita por favor no me contradigas, yo te quiero más a ti", la infeliz de Gracielita dijo por última vez "no, yo a ti y punto", sin pensarlo dos veces Olindo le metió el vaso de Coca-Cola por la cabeza, el pote de cotufas por el pecho y le soltó par de cachetadas diciéndole "yo te quiero más a ti."

Olindo ya era un hombre hecho y derecho, por demás había crecido mucho, un metro noventa de estatura y ciento cinco kilos de peso, en su trabajo en la Alcaldía del Municipio Urdaneta su jefe lo llamó para discutir un plan de acción contra la suciedad en que se encontraba sumida la ciudad, después de varias horas de deliberaciones el jefe dijo "bueno Olindo que te parece?, "mire señor" dijo Olindo "yo creo que esto está errado, vos quereis hacer que los maracuchos botemos la basura en pipotes poniendo multas, y eso no va funcionar aquí", "como que no Olindo?, en todos los países civilizados funciona así", "si mire jefe pero aquí no somos muy civilizados", "pues tendrán que aprender a serlo" replicó el jefe, "no señor, hay que buscar otra solución", "mira Olindo, definitivamente aquí se hace lo que a mi me da la gana", las palabras del jefe no habían terminado de salir de su boca cuando una silla de madera se partió en mil pedazos sobre la cabeza del jefe de Olindo, de un brinco Olindo se le abalanzó y le agarró dos dedos de la mano fracturándolos de inmediato. Esa noche confundido y agobiado por su proceder, además de desempleado, Olindo volvió a su casa y se sentó a cenar con su madre.

"Mamá", dijo Olindo "esto es grave, yo no logro controlarme, tengo que buscar una solución", "hay mi amor" dijo la viejita "no se que decirte, pero tómate esta sopita de apio para que te calmes", "mire mamá, esto es auyama no apio" replicó Olindo, "a pues Olindo como vas a decir eso, es apio no lo ves?, "mamá que es auyama", "no Olindo chico, apio, mi amor, es apio", "mamá por favor no me contradiga, esto es auyama", "Olindo como vas a saber más que tu madre que preparó la sopa, apio mi amor", el carajazo voló la plancha de los dientes de la pobre vieja, y de pasó la estrelló contra la nevera dejándola semi-consciente, Olindo al ver esto salió corriendo de la casa se subió al carro y aceleró perdiéndose en la noche.

Embalado por una carretera Olindo trataba de encontrar una razón a su violencia acumulada, de pronto a lo lejos vió una luz y se acercó a ella, se trataba de una iglesita de pueblo, cercana a Cabimas, clavó los frenos y se bajó del carro. El cura de la iglesia al escuchar el estruendo causado por el frenazo salió a ver que pasaba y vio a aquel bien dimensionado hombre todo sudado y con cara de pocos amigos.

"Que la pasa hijo?, preguntó el diminuto cura, "mire padre, yo no se que hacer, yo me vuelvo loco si me contradicen, usted tiene que ayudarme padre, por favor", "pero hijo como es eso?, como que te vuelves loco?, "bueno padre, a mi no se me puede contradecir, enfurezco, me vuelvo loco, una bestia sin control", "pero hijo eso no es posible", "si padre se lo digo, mire mis hermanos han parado todos en el hospital por contradecirme, a mi abuela le abrí el coco en dos cuando insistió que me llamaba Onirio en vez de Olindo, he sido despedido de 23 trabajos, todos mis jefes han parado en el hospital, 4 primos he fracturado, he perdido 10 amigos a causa de mis golpes y bueno esta noche golpeé a mi madre discutiendo sobre una sopa de auyama."

"Bueno hijo" dijo el cura con cara de preocupación y seriedad "esto esta mal, pero déjame pensar como lo podemos solucionar, a ver mijo, Olindo es tu nombre no?, vos creeís en Dios?, Olindo mirándolo a los ojos le dijo "no padre yo no creo en Dios" y el cura sin dudarlo le respondió "eso estaba por decirte no creaís en guevonadas"…..

Wednesday, October 26, 2005

Vamos a organizarnos

En un pequeño pueblo del interior del país, con la ayuda de una partera en una mañana húmeda y con el vuelo de unas garzas de fondo nacía Lucio Aro Rodríguez, hijo de su padre, peón de hacienda, y su madre, cocinera per se, y hermanito de 9 carajitos más, el pequeño Lucio mostró sus habilidades desde el vamos, a los 4 meses hablaba perfecto y con palabras desconocidas para los habitantes del pueblo, a los 8 meses contaba hasta cinco mil de atrás hacia delante y al año había resuelto todos los problemas de matemáticas de sus hermanitos mayores, sus padres no sabían que hacer con el muchachito pues simplemente escapaba de su realidad, nunca antes habían visto algo así y a decir verdad les causaba un terror inmenso las facultades del infante.

El primer intento de ver que pasaba con el niño los llevó a un curandero-brujo-santero que trató de echarle unos ramazos y lanzarse unos caracoles, Lucio al ver aquel espectáculo y con apenas dos años de edad le informó con toda calma y con voz de niño al curandero "mire señor curandero, hágame el favor de no tocarme con esas ramitas de bergantina que me van a causar una reacción alérgica sub-cutánea la cual tomará mucho esfuerzo y anti-bióticos que no existen en el pueblo para curar, igualmente vamos a estar claros usted y yo, que es eso de condenar mi futuro al lanzamiento de unas conchas viejas de mar?, además con ese Parkinson que padece usted los caracoles caen regados sin la precisión necesaria, así que por favor le agradezco no me moleste más", el brujo sin haber entendido ni la cuarta parte de lo que Lucio decía comenzó a gritar "está poseído, está poseído, sálvalo San Batracio" mientras se marchaba corriendo despavorido del pequeño rancho.

Al ver aquello los padres de Lucio decidieron llevarlo a la comisaría del pueblo, el Comisario-Jefe Civil-Capataz los recibió con recelo pues ya habían llegado a sus oídos los rumores que el muchachito estaba poseído, los sentó en una silla y les dijo "que puedo hacer por ustedes?, los padres de Lucio contestaron "hay señor, usted es la autoridad civil, usted debe saber mucho, mire que puede hacer pa' que este muchachito se nos cure, es que no lo entendemos cuando habla, lo único que hace leer, estudiar el firmamento y resolver las tareas de sus hermanos". El Comisario con cara de seriedad les contestó "este es un típico caso de endemoniamiento, vamos a llamar al cura pa' que lo salve", el Padre Celestino llegó a la comisaría y procedió a echarle agua bendita y rezar por Lucio, el niñito quien corría para que el agua no lo tocara gritaba "no, no, esa agua es del estanque de la Hacienda La Boyera, tiene bacterias y organismos vivientes peligrosísimos", de esta forma y ante la mirada atónita de todos los presentes el cura recogió sus macundales y se largó dejando a los padres de Lucio con todo el agobio propio del caso en cuestión.

Finalmente llevaron a Lucio al dispensario, la doctora que lo atendió le realizó una serie de pruebas al infante y determinó que el mismo se encontraba en perfectas condiciones de salud y mentales, simplemente en aquel pequeño pueblo había nacido un genio sin más ni menos. Los padres de Lucio dudaron de aquella posibilidad mientras uno le decía al otro "pero como puede ser si nosotros somos más brutos que un buey", la doctora explicó que a pesar que los genes tenían influencia en el grado de inteligencia de los seres humanos siempre existía la posibilidad de toparse con una mente brillante y les recomendó que el por el bien del muchacho lo llevaran a una institución en donde pudiera desarrollar toda su capacidad. Eso implicaba mudarse y por supuesto no estaba en los planes de aquella familia.

Lucio siguió creciendo, los hacendados de la zona le regalaban libros para saciar la sed de aprendizaje que tenía el muchachito, a los 10 años inventó un sistema de riego que suplía de agua a todas las haciendas que se encontraban en un perímetro de 500 km. a la redonda, a los 12 cruzó un buey con un caballo logrando un bicho raro que apodaron "Toca" que araba con la velocidad de caballo y con la fuerza de buey, con 14 años conectó un sistema de telecomunicaciones en todo el pueblo e impartía clases en la escuela incluyendo a la maestra como alumna.

Lucio creció todo buenote, en un ambiente sano, sin vicios, al cumplir 16 años sus padres celebraron una parrilla en el pueblo y anunciaron que gracias a los hacendados del pueblo iban a enviar a Lucio a la universidad en Caracas, el muchacho que no sabía nada de esto con lágrimas en los ojos agradeció el hermoso gesto y prometió graduarse lo antes posible para regresar al pueblo y hacer de las haciendas allí localizadas las mejores del país. Una tarde calurosa Lucio Aro se despidió de sus vacas lecheras, de su caballo "Epicuro" y de toda su abultada familia, montado en aquel autobús Lucio solo podía imaginar y soñar con las maravillas que le esperaban en la ciudad capital. Un mundo de posibilidades y experiencias esperaban por él.

No tardó Lucio en demostrar a sus profesores y compañeros de clase sus habilidades super naturales, elogios, halagos y demás iban y venían, Lucio simplemente se dedicó a estudiar para poder volver a su pueblo lo antes posible. Una noche después de clases todos los alumnos fueron a una pequeña plaza en donde una licorería servía para suministrar bebidas espirituosas a los muchachos, el grupo que incluía a Lucio bailó, bebió y charló por más de tres horas, finalmente alguien gritó "la casa de Martín está sola, rumba en casa de Martín", en cuestión de segundos todos estaban subidos en sus carros y enfilando hacia la prometedora noche.

Adentro de la casa la echadera de broma siguió hasta que alguien gritó a todo gañote "orgíaaaaaaaaaaaaaa", de esta forma se apagaron todas las luces de la casa de un solo golpe y el pobre Lucio más perdido que chivo en canoa pero con un cerebro poderoso procesó "orgía, coño, pero si yo no se, verga, bueno me desvisto y me persigno", 2 minutos después del grito inicial se escuchaban alaridos y gemidos por doquier, de pronto se prendió una luz, allí Lucio parado gritó "coño panas vamos a organizarnos", un zapato voló y se estrelló contra la frente de Lucio, "cállate guevón no jodas", "mama bola cierra ese pico", "infeliz" "coño e' madre disfruta la vaina", Lucio apagó la luz y siguió con el juego.

En cuestión de 2 minutos más otra luz se prendió en otro punto de la casa, la figura de Lucio se hizo notar y volvió a gritar "coño panas vamos a organizarnos", una lluvia de insultos cayó sobre Lucio "bicho e' pueblo apaga esa mierda", "apágala o te corto las chácaras", el pobre muchacho cedió ante la presión. A los 3 minutos una nueva luz se volvió a encender y se escuchó el ya conocido "coño panas vamos a organizarnos", esta vez una botella se estrelló en la humanidad de Lucio mientras se escuchaban los improperios propios del momento, Lucio un poco aturdido apagó la luz de nuevo, no habían pasado 4 minutos cuando Lucio encendió una lámpara y gritó con toda su alma "coño de la puta madre no jodas cuerda de mama guevos vamos a organizarnos por que aunque yo sea campesino y no sepa de estas vainas puedo decir con toda certeza que ya me han cojío tres veces!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Tuesday, October 25, 2005

Fantástico Planeta

Clara Valentina Manrique Alvarez creció como todas las niñas de la sociedad, estudió en los mejores colegios, cuando tenía 15 años ya conocía más de 45 países y hablaba 4 idiomas. Lo tenía todo pues, como dicen por ahí, el día de su graduación del colegio su papá el afamado médico cirujano y su mamá la perfecta ama de casa le regalaron un carro último modelo y un anillo de diamantes. Su novio Felipe Daniel Bourgeois Barbier era hijo del magnate de las comunicaciones en el país y le obsequió un collar de zafiros y esmeraldas prometiéndole su amor eterno. La fiesta de graduación contó con la presencia de varios artistas renombrados y la siempre excelente atención de la Casa de Festejos Océano. La bella Clara Valentina iba a estudiar Derecho en una afamada universidad y el futuro parecía sonreírle sin obstáculos.

Clara Valentina era sifrina, de esas que suelen llamarse "mojoncitas", una mujer insoportable pero con la mitad del camino pavimentado gracias a las jugadas del destino, Clarita no conocía otra cosa, no era su culpa tampoco, para ella la gente de un barrio eran "monos", pedir disculpas era decir "sorry", las cosas divertidas eran "cool" y comer perros calientes en la calle era "dirty."

Hoy recuerdo el primer día que la ví, haciendo su entrada triunfal al salón, todas las miradas posándose sobre ella, el centro de atención hecha mujer, sin lugar a dudas todo un éxito, causando furor entre los alumnos de aquella promoción. Los días pasaron y el nuevo año universitario tomó su curso normal, una mañana fría sentado en un pupitre sentí que me tocaban el hombro "tu no saludas? me dijo la voz de Clara, por mi mente pasaron toda una serie de respuestas chocantes para repelir aquella violenta agresión pero solo alcancé a contestar "disculpa no te había visto", Clara me dijo "al parecer no me has visto nunca porque nunca me has saludado", nuevamente tuve que ordenar mi conjunto de respuestas y decir "es que yo soy muy tímido, y bueno la verdad no había visto el chance para saludar", "tímido el chicuelo" soltó Clarita "vamos a ver si mañana te acuerdas de quien soy" y con la misma se volteó y se fue.

Lo nuevo encandila, debo reconocer, y a la mañana siguiente a pesar de estar consciente que no debía hacerlo saludé a Clara Valentina, "por fin te dignas" me dijo ella "ya pensaba que no eras humano", mi mente procesó "esta idiota si no tiene el 100% de atención de cualquier persona que conozca ya te considera extraterrestre" pero mi respuesta fue distinta "no, es que como te dije ayer soy tímido", sin dudar Clara Valentina me soltó "oye Policarpio tu sabes que viene la fiestita esa de disfraces, y bueno mi novio se la pasa en sus viajes de negocios, y aquí este poco de moscones me quieren llevar, pero yo quiero que tu me lleves", "coño de la madre" pensé "que le he hecho yo al planeta para saltar de peo en peo", de mi boca salió otra cosa "si, si, claro, vamos, cuadramos bien en la noche", Clara Valentina me entregó un papelito con su número de teléfono y se fue, yo sentado en aquel solitario salón de clase no podía aclarar la mente, entre todo ese poco de bichos Clara Valentina había decidido que yo era el que tenía que llevarle a la fiesta, ya en mi carro y con las notas de "love kills" de Ramones trataba de acordarme donde estaba mi disfraz de Ultraman, el mismo que mi abuela me había cocido años antes y que seguramente estaba lleno de polvo.

Las horas pasan, inexorablemente, y tuve que agarrar el teléfono para cuadrar con Clara, vestido de Ultraman y sin saber que me depararía la noche me lanzé a buscarla, en el carro Ultraman y Barbie conversaban de todo un poco, una conversación de esas tantas, una conversación más, la gente tiende a tratar de averiguar, a tratar de conocer en pocos minutos lo que en realidad cuesta toda una vida. En el local la fiesta estaba prendida, muchas miradas se posaban sobre aquel loquito vestido de Ultraman que sin haber hecho nada cargaba con el objeto del deseo, "tu me has dejado el corazón en blanco, en blanco" sonaba en las cornetas del local mientras Clara me señalaba con su dedo, yo la verdad no sabía para donde mirar pero simplemente seguí la corriente para ver a donde quería llegar Clarita. Sentados después de una tanda de baile, Clara se disculpó y fue al tocador, después de unos minutos regresó más alegre y extrovertida que nunca, atrevida y sin ataduras, yo me tomaba mi palo de Coca-Cola cuando tres individuos disfrazados de Hello Kitty, Fresita y Osito Cariñoso se pararon al frente de la mesa, Clara pegó un brinco como si hubiera visto una aparición, uno de ellos y con un acento extraño dijo "bueno carajita donde están los reales", Hello Kitty prosiguió "ni un día más puta drogadicta, o pagas hoy o te mandamos a ti y al guevón de Ultraman a cantar con los angeles", "coño, coño, coño" pensé "que es esta vaina?, venir a morir disfrazado de Ultraman, esta vaina no puede ser", a todas estas una pequeña gota de sangre corría por la nariz de Clara Valentina mientras les decía al trío de gálfaros "no he logrado quitarle los reales a mi papá, tienen que darme un tiempo más, por favor" y se echó a llorar, el Osito Cariñoso demandó "hoy o mueres perra sucia."

En ese preciso instante llegó al lugar Felipe Daniel, novio de Clara, vestido de Godzilla, sin perder tiempo se aproximó a la mesa para ver aquel dantesco espectáculo que sucedía allí, Ultraman con cara de salir corriendo, Hello Kitty, Fresita y un Oso Cariñoso arrechos y Barbie llorando con una trona encima, Godzilla comenzó a proferir improperios de todo tipo a todo el mundo, de pronto vi como Godzilla se me lanzaba encima, yo vestido de Ultraman me defendí al instante, a todas estas el trío de maleantes batuqueaban a Clara pidiendo el dinero, al ver esto Godzilla dirigió su rabia hacia los malandros, Fresita bastante alterado sacó un revolver y disparó contra Clara Valentina que cayó desplomada al piso, yo había brincado hacía atrás de la silla y Godzilla pegó una carrera digna de 100 metros planos en una Olimpíada, el caos ya se había apoderado del local y aprovechando el mismo agarré una botella y se la metí en la cabeza a Fresita antes que pudiera accionar el gatillo nuevamente, gritos y confusión reinaban, el cuerpo de aquella Barbie yacía sangrante en el suelo, al ver a Fresita noqueado Hello Kitty y el Oso Cariñoso pegaron la carrera, me arrastré hacia Clara que solo pudo decir "Policarpio tengo frío."

Esa noche en un afamado hospital capitalino Clara Valentina pasó a mejor vida, Hello Kitty, Fresita y el Oso Cariñoso pasaron a engrosar la lista de la población penal al ser capturados en cuestión de horas por las influencias de los padres de Clara, Godzilla montó su historia donde el había tratado de salvar a Clara, igualmente acusó a los tres maleantes de estar intentando atracar a la difunta muchacha, cuando él y yo sabíamos que Venezuela podía tener el nuevo campeón mundial de 100 metros planos y yo me anexé una capa más a mi coraza protectora contra los humanos.

En el jardín de la serenidad se llevaba a cabo un entierro, el hampa era el tema en boca de la gente, yo parado en una montaña no muy lejana observaba como una vida se había apagado, después de un rato me acerqué al padre de Clara y le entregué un pequeño sobre que había encontrado en mi carro, el polvito blanco y mi nota hicieron que la expresión de aquel dolido hombre cambiara de inmediato, yo simplemente me había limitado a escribir "este polvito blanco fue lo que mató a su hija y no un vulgar atraco"…