Los días pasaban en su consecución normal, nada de cambios en su orden, después del domingo viene el lunes, no es así?, eso pensaba yo, eso pensamos todos, es solo que a veces no logramos distinguir entre uno y otro, se vuelven iguales, nos hacen sus presas. Todos pedimos u ofrecemos en algún momento, por ende debemos devolver o cumplir con la obligación. No se trata de un pacto nocturno, no es más que el deber intrínseco pegado al simple hecho que lo necesario en un momento puede ser requerido en otro, simple, si pedimos pagamos, si ofrecemos damos, es solo que hay maneras de pagar, hay maneras de dar. No se trata de un hombre especial, es acaso que era normal, su paciencia su eterna virtud, tan fuerte como un alud, centrado en su andar, fijado en su despertar, es un hombre común, y es muy trabajador, no es otro que el gran cobrador.
Hago el intento de armar el rompecabezas en mi mente, los recuerdos pueden ser armas mortales, quizás puedan salvarnos en otras oportunidades. Jugaba con mi china sentado en la mesa, mi madre al verme me pidió que me quedara tranquilo, mis ojos me delataban, tenía esa mirada clásica, esa que pongo cuando persigo al fantasma, el espectro de mi existir, aquel por el cual debo seguir, la razón desconocida que me hace vivir, la nada, el vacío que busco a diario y no encuentro, la noche sin luna que agobia mi mente, todo aquello que no está bien y debo enfrentar, no es más que la condena que debo pagar por decir la verdad y mi cabeza no bajar por no dejarme opacar por la suciedad de este triste estar. En un principio no entendí por qué a mí, pero hace tiempo dejé de preguntar, simplemente avanzo, sin mirar atrás. Aquel radiante día de abril iba a aprender muchas cosas, igualmente nuevas dudas invadirían mi ser, pero entendí una vez más que debo permanecer tranquilo ante la espera, que las situaciones se mueven de acuerdo a como las manejemos, y por sobre todo que debo ser constante, no cambiante, con lo que creo y se me ha encomendado.
Me pierdo, lo reconozco, y disculpen, a veces cuando mi mente procesa que los humanos odian para seguir, cuando siento que todos buscan venganza para subsistir. El cobrador, de eso empecé a hablar, un viejo y lastroso personaje, pero del cual no podemos escapar, de una manera u otra siempre tenemos algo en nuestro pasado que no ha quedado saldado. Mario Becerra, ese es su nombre, algunos dicen que nació en el Perú, otros dicen que en Paraguay, hay quienes aseveran que es Salvadoreño pero en realidad su acento no lo delata, es más bien un ciudadano del mundo, un ser del planeta, que está aquí y allá y que viene a cobrar las deudas desconocidas por la humanidad, aquellas que solo pocos saben que existen, aquellas que debemos honrar so pena de ser llamados ladrones por el resto de nuestra existencia, hay deudas de muchos tipos, hay ofrendas de distintas índoles, pero al final hay que subsanarlas, hay que borrarlas de nuestro existir.
La historia cuenta que era un farsante astrólogo, que agobiado por la mentira que suponía el hablar del futuro sin siquiera saber que era el presente aceptó el trabajo de cobrador, de enlutador del ayer, discapacitador del hoy, pesetero del futuro. Pero no hablo de un cobrador cualquiera, este hombre trabajaba en pro de la desgracia humana, llevaba las instrucciones directas de un algo superior, de aquello que vemos y no distinguimos. Sus facciones particulares le hacían visual a distancia, su lento caminar, su maletín en el cual guardaba aquella lista, una base de datos infinita, que manejaba a placer, sin orden causal ni lógica aplicada, simplemente la desfachatez encarnada. “Sabía que vendrías” dijo con su acento desconocido, sus ojos me miraban de arriba abajo, sus manos se movían nerviosas. “Aquí estoy” dije sin quitar mi mirada de su raído traje que hubiera estado de moda en los años setentas, “recibí su carta, y he venido a saldar, aquello que usted pretende cobrar, aún sin entender que he podido dejar sin pagar”. El hombrecillo sonrió, se sopló la nariz con un pañuelo que olía a hollín y se sentó al frente de mi. “Es que no debes dinero Policarpio, tu debes otra cosa”, yo ponía cara de no saber de que hablaba, sabía que no se trataba de dinero, yo sabía perfectamente a que se refería el astrólogo convertido en cobrador.
Abrió su fétido maletín y sacó un pequeño sobre color crema, me lo entregó y dijo “lee Policarpio, tu deuda con el planeta, claro está, recordada a nuestra institución por un viejo enemigo tuyo, el cual no puedo mencionar”. Detenidamente leí aquellas dos líneas llenas de incongruencias insalvables, de ataques a mansalva, de venganzas idolatradas, de dolor irreparable. “Como se supone que pague esto?, le dije al hombrecillo, “pues eso no es mi problema” respondió, “yo solo estoy aquí para cobrar”. Mi plan era hacer tiempo, distraer si era posible al mañoso y hábil cobrador, la forma de pagar era clara y precisa, solo que yo no estaba dispuesto a ofrendar mi existir por el triste transcurrir de algunos que olvidaron que el valor de las cosas viene dado por su intención y no por su peso en oro.
“La persona que ha incluido tu nombre en la lista de deudas desea que te destruya sin piedad” dijo el cobrador, “entonces Policarpio, como hacemos?, con sufrimiento o sin él?” agregó el farsante cobrador. Mirando fijamente al pequeño hombrecillo le dije “pues bien detestable figurilla, tengo tiempo sin sentir el dolor, así que vamos a hacerlo con sufrimiento incluido”. El maléfico enanillo se frotó las manos dando indicios de su placer por el dolor ajeno, sin mediar palabras echó un polvo mugriento sobre mi cara que no pude evitar, en pocos segundos los sueños más detestables del universo pululaban en mi mente, soñaba con aquel olor fétido que siempre salía al enfrentar a mis enemigos, veía el sutil color de sus cabellos que no lograban poblar su enorme cabeza, escuchaba las risas propias de la desesperación, de aquellas dudas que siempre quedarán. Rendido y a la merced de aquel siniestro personaje me trasladaba a su recinto enfermizo, a su casa, en la gran vereda del Valle Verde.
Los gritos infernales me hicieron despertar, no eran míos, solo de otros que como yo debían algo, que pagaban lentamente por sus culpas, o así te lo hacían sentir. Cuartos divididos por telas colgadas hacían de aquella experiencia algo devastador, cerca de mí le cobraban a una madre por haber pedido clemencia al juez que le entregó sus hijos al padre, en otro rincón un pequeño niño sufría al sentir el soplete en sus manos por haber pedido unas barajitas del album de moda y no haberlas devuelto, la vieja, aquella vieja devastada lloraba mientras le ensartaban alfileres en sus brazos por haber pedido hilo y agujas a una amiga los cuales nunca retornó.
La cuestión no paraba allí, estos eran simples casos, de la vida diaria, del quehacer normal del universo, del juego terrible de los humanos, de la violencia y venganza desatada por los poderosos. El enano enfermizo se acercó y me propinó una cachetada, su risa vacía y sin destino retumbaba en aquella casa llena de odio y desolación, caminando hacia otro cuarto me topé con un hombre que apenas podía caminar, era llevado por uno de los secuaces del cobrador, el “gordo traición”, personaje asqueroso, de uñas largas y barriga colgante que se dedicaba a torturar individuos bajo las órdenes del cobrador. Sentado en una silla y el sudor corriendo por mi frente pude ver como le taladraban las rodillas a un joven que según se podía leer en la pizarra que contenía la orden del día debía pagar por haber vendido unas promesas de matrimonio a algunas damas de la sociedad.
Pude ver con mis ojos como el hombre que vendió a su madre sufría la dureza de un martillo en sus pies, la mujer que traicionó su palabra era ensartada entre gritos y sollozos, pude ver, tantas cosas pude ver. La violadora del mutuo acuerdo lloraba desconsolada por la presión en su pecho de un yunque gigante, el mutilador de la palabra yacía inerte en el piso, y así otros tantos más que pagaban, con razón o sin razón, que simplemente pagaban por el hecho de existir. De golpe se abrió una puerta, el “gordo traición” con sus dientes separados hizo su entrada, lo mismo hizo el cobrador, pero mi sorpresa llegó cuando vi frente a mi a aquel que me había tendido la trampa, aquel detestable enemigo que vendió mi nombre al cobrador, esto iba en contra de las reglas, pero que sabe de reglas el que las rompe, con el simple hecho de llamarse humano.
Sus risas sonoras hicieron que yo también sonriera, para su sorpresa por supuesto, como todo dueño de la irracionalidad, el que ríe cuando siente que otro no debe reír pues se disgusta con facilidad. Los nefastos personajes me veían fijamente, yo hacía lo propio, murmuraban cosas entre si, discutían acerca de mi vida, sin darse cuenta que ellos ni siquiera son parte de ella. “Pues bien Policarpio” se acercó diciendo el cobrador, “con tu existir debes pagar estas tantas deudas que tienes con el mal, con dolor has elegido, y por eso te he traído, puedes cerrar tus ojos para no ver lo que te espera, como ves tres contra uno es demasiado, esta vez no sales de esta pequeño soldado”.
“Por no haber bajado la cabeza ante la injusticia reinante en el planeta, debes Policarpio, nos debes a los mercaderes del mal, debes por no ser un fiel cordero que sigue al rebaño, por no haber cedido ante las órdenes de la malevolencia unificada, nos debes Policarpio, por intentar quebrar la irracionalidad del curso normal del existir, por no seguir los pasos indicados por el manual, por querer ser en vez de ser lo que queremos que seas, nos debes, nos debes, por haber nacido, por venir al planeta a no seguir nuestros dictámenes, por desestabilizar el equilibrio que te habíamos impuesto, te ordeno que pagues odiado Policarpio, por no haberme obedecido” sentenció mi enemigo gritando con todas sus fuerzas, mientras se acomodaba sus lentes y arreglaba el poco cabello que le quedaba.
El “gordo traición” se acercó, pude calcular que tenía unos dos meses sin bañarse, tomó un alicate y empezó a apretar mis dedos de los pies uno a uno, el dolor era poco tolerable, pero en esos momentos es cuando el espíritu abandona al armatoste, de lejos veía como era torturado por mi famosa “deuda”, sin piedad me golpeaban, pero no lo sentía, somos ajenos al dolor inflingido por el mal, sentimos lo que queremos sentir, lo demás se lo dejamos al planeta, a los recolectores de sentires, a aquellos que tienen otra tarea. De nuevo dentro de mi y con el dolor palpitante pude ver como mi enemigo se acercaba, traía en su mano, su arma, afilado papel, de color, y de forma rectangular, procedió a hacerme pequeños cortes en mi cara, sin darse cuenta se acercó más de lo debido y mirándole a los ojos le recordé que mi deuda era su invención y que él por el contrario si me debía más que la intención.
El asombrado hombre, quien se había olvidado que la palabra puede más que todo su peso se enfureció levantando sus manos, creando una ventana de oportunidad, tapándole la vista al “gordo traición” y al cobrador, de mi bolsillo, mi china, con rapidez, un garbanzo a la frente del cobrador quien cayó al suelo, otro a los genitales del “gordo traición” quien no sintió nada pero de la sorpresa cayó al suelo, y simplemente me lancé a un lado dejando la silla vacante, en donde los brazos cortos y peludos de aquel hombre chocaron con el metal partiéndose como caramelo de torta. Un chinazo en la cabeza calva y sucia de aquel hombre lo dejó fuera de combate, me acerqué al “gordo traición” y después de recordarle que no es bueno desear lo que no es tuyo y menos si se trata de una persona le propiné una sonora patada en la espinilla que se la resquebrajó de inmediato, caminando hacia el cobrador me acordé que la venganza no es buena, nunca, bajo ningún motivo, que no vine al mundo a cobrarle a los demás por lo que me han hecho, sino que estoy aquí para recordarles que dormimos más tranquilos sino hemos hecho el mal a sabiendas que lo estamos haciendo.
El pequeño hombrecillo, el cobrador, otrora farsante astrólogo me miraba con ojos llorosos, con rapidez buscó afanosamente en una de sus listas, allí estaba el nombre, el nombre de aquel sucio mercader de almas que yacía en el piso unos metros más allá y que tenía una vieja deuda conmigo. El cobrador me ofreció hacerle pagar de inmediato a cambio de que le dejara ir, sin pensar le dije “ni tu ni yo nos encargaremos de ese asqueroso ser, su deuda no es conmigo, es con él mismo, el simplemente le debe a su conciencia…”
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74 comments:
Ana necesita de tu solución a su problema, lo harás?
Un cobrador de deudas.. que interesante personaje!! me asombra las cosas que inventas!!
Un abrazo
Esta interesante, me lo llevo a la galaxia y te cuento mañana... gracias por el coment en candela´s good night ;)...
Cuanta verdad en este relato fantástico!!!, que triste y cruel las semejanzas con el mundo real....pensar que los personajes que "inventas" existen por el mundo haciendo daño y regando el mal...pero recuerda que no hace daño o mal quien quiere...sino quien puede y ante la sensatez,la cordura, la sinceridad al aceptar errores,la franqueza...es decir los buenos sentimientos, todo ese mal termina estrellado.....Me encantó tu relato, sigue asi.
Bartolo de la Mancha
Este Policarpio tuyo, un día descubre que no es superhéroe sino ángel.
: )
Un beso.
Que bonito escribes, me sentare con calma a leer tus relatos...
Gracias por la visita y puedes volver cuando quieras, tratare de tener siempre coca-cola fria en la nevera por si regresas...;)
Cuidate!...
Primero, gracias por la visita.
Leí completito el cuento y me tropecé con cosas que me son familiares del diario vivir, tienes una excelente pluma.
Nos leemos!
Me gustó la definición del cobrador:
"era un farsante astrólogo, que agobiado por la mentira que suponía el hablar del futuro sin siquiera saber que era el presente aceptó el trabajo de cobrador, de enlutador del ayer, discapacitador del hoy, pesetero del futuro".
Tendrá algo que ver con el "cobrador del frac???". Ya, seguro que no, éstos al menos sólo piden por obligaciçon, moentras que los otros machacan por convicción.
Se agradece tu visita.
Te agregué en mis favoritos, en una carpeta que denominé 'con tiempo'... Te leo más tranquila más tranquila en otro momento, pero no quería dejar de devolver tu visita.
Besossssssssssss.
Hola guapo, veo que me has encontrado y ahora yo también a tí. Prometo leerte y gracias por lo de interesante.
Un besito.
P.D. El tuyo también está muy bien.
Muy bueno, son los grandes temores de la vida. Me ha encantado.
Un beso.
LA FRASE DE HOY: "El hombre tiene que estblecer un final para la guerra. Si no, la guerra establecerá un final para la humanidad" (Kennedy)
Genial el relato y cuanta verdad y similitud a muchas cosas de esta vida.
Tienes razón...
La vida viene con la angustia
pero a la vez tiene su encanto...
La guerra de los oceános podría ser bélica pero no lo es...
Podría ser mi libre albedrío ...
Todo tiene un propósito... eso está claro...
;-)
Amigo!! muchas gracias por tu visita en mi blog!! Ten por seguro que nos leemos. Para empezar, pondré un link de tu página en mi blog, si no te importa.
Saludos!!
PAM
Hola!! acabo de ver tu coment!! muchas gracias, jejeje! pero a penas estoy empezando por aqui, ya tenia dos en msn spaces, pero me cansé.
Lindos escritos, que verdad!!
Besitos!!!
Hola!!
Gracias por tu comentario en mi blog, nos seguiremos leyendo.
Saluditos! :D
muy verdad este relato
grxs x su visita....
se le agradecera si es continua...
jajaja
buen blog tuyo tb
saludos
¡Hola!: gracias por tu visita a mi blog. Te leeré con tiempo.
Saludos.
holaaa!!
muchas gracias por visitarme =)
estas oficialmente agregado a mis links =) jeje! asi ke me verás por eestos lados visitandote nuevamente =) me gustó tu estilo narrativo, aunke déjame preguntarte si el inicio de tu narracion es algo ke te sucede a ti... por lo general a mi me pasan esas cosas, que me hacen llevar esa clásica mirada, cuando mi mente vive más allá del instante en el ke estoy en esos minutos...
me gustó tu estilo.. =)
te sigo leyendo =)
abrazos !! aios!
gracias por vuestra visita en mi morada... se agradece de verdad el que me leas, espero que mis letras sean de vuestro agrado desde ya os dejo un fuerte abrazo desde chile.
Amapola
@--{---
joé macho!!!, que estilazo!!!,me agrada como interpretas la realidad. Como estorban algunos comentarios de estupideces de personas que no comprenden la verdad de la vida!!, pobres tíos...se la pierden!!!
Exitos y adelante!!!
Garcilazo
Hola, gracias por tu visita... interesante blog, cuenta cuentos... volvere por aca para navegar mas en el y leer mas.
Saludos.-
PD: Te agregue a mis link
La vida es una melange de cosas, algunas muy cítricas otras dulces como el mejor melocotón.
Por eso es tan bella.
Abrazos
Dinobat, perdona no pude leer todo, pero pase a saludar, despues lo leo. Saludos!
GRACIAS POR VISITARME. DEBERE TENER TIEMPO SUFICIENTE PARA LEER ESTE POST, LO HARE PRONTO Y COMENTARE OKEY?
Hola :) encantada de saludarte...
Muy interesante tu blog, una forma única de poner las cartas sobre la mesa.
Un saludo y sí, yo también espero que sigamos leyendonos ;)
;o)
Vivo.
Nada, solo pasaba a hacer acto de presencia.
Besos porteños!
Bienvenido a mi espacio...
te pido una disculpa por que en este momento me ando yendo a la escuela y no pude leer tu texto pero cuando regrese lo hare con todo gusto
saludos
Holaaa que gusto tu saludo gracias :-) y que fantastico tu relato me gusto la forma en que lo expones :-) , tambien seguire viniendo a leerte :-)
Un besito...
Me olvidaba ( soy ratoncilla), ya te inclui vale:-) ?
Besitos espero seguir leyendote...
Muy buen relato
Gracias por la visita
Besos
byebye
Dijo Cela :"Cuando las deudas no se pagan porque no se puede, lo mejor es no hablar de ellas y barajar."
Baraje, Poñicarpio...que si las deudas son con el mal, no es que no se puedan pagar, sino que no se debe hacerlo.
Besitos
Hola, he leído tu último post y si me das permiso quiero hacer una referecia a "Debes" en el mio! Que gran verdad has dicho... somos culpables de no seguir al rebaño, de oponernos a ser el cordero del sacrificio... pasate por candelas para avizarme si tengo tu ok o escribe a mi correo midnightwithstars@yahoo.com
Hola... la curiosidad de saber quién, junto con responder el saludo me atrajeron a tu espacio, el cual veo repleto de tecleos... Saludos y nos estamos leyendo
Hay que ver que bien escribes!!!
Te felicito por tu blog ausente de fribolidad.
Un beso
Y ...las deudas hay que pagarlas alguna vez. Como siempre, lo tuyo es un delirio que seduce. Abrazos.
BUENO EL TEXTO y garcias por tu visita.
Salu2 desde Canadá.
muy interesante el relato. La idea de que las deudas no solo existen porque uno las haya contraído sino también porque alguien más asume que uno lo hizo. Mmmmm, me alcanza y sobra con las que he contraido o asumido yo solita, aún cuando no haya sido tan consciente al momento de contraerlas! Aún así, interesante relato!
No he podido leer del todo el relato pero te prometo volver. Tú forma de escribir, muy buena, requiere calma, tiempo y concentración y si te leyera de otra forma te estaría faltando.
;-)
Nos leemos.
Me ha gustado mucho el relato. Gracias por pasarte por mi blog.
Saludos
Me ha gustado mucho este lugar...
Gracias por acudir al mío... espero se repita, yo mientras disfruto leyendote...
un beso y mil más...
Que lindo escribes, me sentare a leerte con detenimiento, gracias por venir a mi luna... cuando quieras encontraras la puerta abierta
mil besitos.
que buena historia! un "chinazo" al cobrador no le habría caído mal.
nos leemos.
Que buen relato... es interesante ¡¡ ME GUSTOOOO!!! XD
Eso es imaginación y creatividad y el resto son coñas.
Dark kisses
Che dejé de leerte... me olvidé de vos debe ser porque no te vi más en línea, seguramente me eliminaste por pesada...
Voy a volver a leerte pero veo que no publicaste mucho ultimamente tampoco.
Un beso
Daly
la daga de siempre....
Hola, que tal?, gracias por visitarme y por tu comentario en mi blog, espero que sigamos asi, un beso y nos leemos,
Coralya
VEo que derrochas imaginación. Gracias por tu visita.
Un beso!
Has elegido vivir inmerso en un mundo de imaginación y nosotros venimos a impregnarnos de él.
Felicidades y gracias.
Gracias por tus escritos
Parece un sueno en medio de nieblas y ruido. Surealista, muy surealista. Caramba!
Me encanto...
Así está perfecto, ni más ni menos.
Bueno, colega, me vina a poner al corriente, y me da gusto hallar más de su inspiración.
Salu2!
Me causó mucha gracia eso de "detestable figurilla", me sonó a "choigüí mojao"... ja ja ja ja.
Creo que voy a empezar a revisarme a ver qué deudas puedo tener por cobrar y por pagar para poner mis barbas en remojo.
Una vez más... encantada!
omg, ES EL POST MAS LARGO QUE HE VISTO EVER, JAJAJA, SALUDINES, TE LEERE CON CALMA LUEGO, SALUDINES
Buen escrito. Saludos, gracias por ir a mi playa. Te espero.
gracias por la visita...
yo tengo un kpaxiano que me vuelve loca a veces pero no lo cambio por que marca la diferencia..
es cierto muchas cosas que dices pero lo importante es que sigas viviendo y escribiendo tus aventuras en el planeta azul, el tercero despues del sol..
saludos
Hello, gracias por pasar a visitar mi blog; ahorita ando corta de tiempo y esto anda largo por acá, así que regresaré para leerte con calma! Saludosssssss!
pasé por acá
y no te mentiré
necesito tiempo
tiempo pa leerte
lo haré con calma
abridores de lata para ti!!!
Y que buen cobrador es la conciencia! Devuelvo gustosamente la visita y me encuentro con otro ser incomprendido, un fanático de los Red Sox, jajaja. Ya sé que no estoy sola. Leí el comienzo del escrito y me gustó la línea de pensamiento y el modo de exposición...brinqué al final, no porque no me gustara sino porque ahora mismo estoy de visita rápida. Seguiré visitando para ponerme al día. Saludos caribeños!
Interesante exposición narrativa....y gracias por tu visita...creo que vendré seguido... humm!!!
Besitos y cuidate.
Te felicito, ¡que facilidad para dejar fluir palabras escritas e imaginación desbordante a la vez que con toques muy realistas.
Gracias por tu escrito en mi blog.
Te seguiré.
Un beso
Te explicas muy bién!.
Todos estamos algo locos no crees?.
Grácias por tu visita, no se si entendiste algo, mi blog està en català.
Un beso desde Barcelona.
interesante relato, me gusta como escribes :D
mil grácias por pasar por mi humilde blog!
besos,
^^
Gracias por visitarme!!! Me dejaré caer por aquí, para seguir disfrutando con tus relatos...
;-)
Muchas gracias por tu comentario.
tu blog me gusta y la verdad que un buen relato el tuyo.
sigue asi
besos fuertes
gracias por tu comment, y perdon que llegue tan tarde.
Todos tenemos cuentas y deudas que saldar. Enterrarlas no sirve para nada, tarde o temprano, el cobrador vendra a buscarnos...
cobrador es nuestro pasado claro.
petra
Hola aventurero azzzul!!!
Lo estoy leyendo cuando regrese a Xile, lo revisaré con más detención...
Gracias por su comentario en mi blog,
Saludos desde Premià de Mar,
S.V.
Culpable soy yo...sí, definitivamente me declaro culpable.
wek... cuando llegué a esta pagina no pensé que necesitaria tanto tiempo para leer. creo lo tendré q dejar para otra noche pero agradezco tu comentario.
supongo también nos estaremos leyendo, sobre todo pq me interesa leer relatos escritos.
continua escribiendo!
(esto de escribir contraseñas es un cacho, para q me ponen caracteres griegos... ahora si¿)
Hola:
Vine aca solo para agradecerte tu visita y conocerte, pero me voy ADMIRADA de tu talento y de este relato que en medio de la ficcion, encierra tanta sabiduria.
Mis mas siceras felicitaciones
y creeme que volvere a menudo a seguir aprendiendo de ti.
Es un largo post, pero valio la pena leerlo...
me recordo a un texto biblico....
saludos
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