El barrio tenía la apariencia de siempre, viejo, sucio, gastado, el progreso no había llegado a esos lares, montado en una de las tantas montañas que rodeaban a la ciudad palpitante no tenía nada que envidiarle a cualquier otro terruño en donde se agolpaban ladrillos, placas de zinc y una pobreza desoladora, unos niños jugaban con una lata que hacía las veces de balón, tres obreros pedían unas frías en la cantina del abasto que era una mezcla de mercado, cantina, pista de baile y lugar de reunión, más allá un latero revisaba bolsas de basura sin encontrar nada que comer, se conformaba con algunas latas vacías para ganarse la vida, una señora mayor caminaba por una de las tantas escaleras de aquel laberíntico punto geográfico cargando dos tobos de agua y una muchachita muy joven la veía pasar sentada en la puerta del rancho con un muchachito al que proveía de leche materna.
En una de las calles de aquel vericueto de miseria y desolación había un local muy frecuentado, el mismo contaba con mesas de billar y una rocola vieja que entonaba alguna salsa erótica para hacer el momento aún más patético, un letrero en la puerta del mismo revelaba un poco la clase de establecimiento que se trataba, el mismo decía "Taverna del Capitán, ambiente familiar, la cabrona es la abuela y las putas son primas". Este antro servía de guarida para los azotes del barrio, "El Boogie", "Tronquito" y "Bala Fría", todos solicitados por los ineficientes cuerpos de seguridad del estado por robo, homicidio, secuestro y toda clase de hechos punibles que se encontraban tipificados en el Código Penal. Esa tarde reunidos allí los tres anti-sociales planeaban lo que sería su golpe maestro, no se trataba de robar casas en las urbanizaciones de la clase alta, tampoco un plan maestro para robar vehículos, los tres pillos habían decidido robar todos los ranchos del barrio "Cariaquito".
La noche comenzaba a cubrir toda la ciudad, los residentes de "Cariaquito" regresaban a enconcharse en sus hogares para evitar la desagradable sorpresa de verse despojados de su mísera quincena por alguno de los amigos de lo ajeno. En la Taverna del Capitán el trío de sátrapas ajustaba los últimos detalles para efectuar su operación nocturna, las pistolas estaban cargadas y unas bolsas negras de basura servirían para meter lo poco que aquella gente tenía en sus ranchos. Después de beberse cuatro palos de ron y mezclarlo con chirri pasado "El Boggie", "Tronquito" y "Bala Fría" salieron envalentonados a cometer su fechoría. "Ahora si que los convives estos del barrio van a sabel lo que es gueno, hay hay hay, aquí se acabó lo que se daba, vamos a dales una leición" gritó "El Boggie" mientras echaba dos tiros al aire.
En un rancho cercano al lugar un pequeño niño de 2 añitos se echó a llorar, su padre un electricista desempleado se levantó a ver que pasaba, "que fue Ender?, por qué lloras ahora?, el pequeñuelo seguía llorando en el colchón donde dormía, Memín como le decían al padre se acercó para ver aterrorizado que el muchachito sangraba por una de sus piernas, al mirar al techo vio el orificio que había dejado la bala disparada por "El Boggie", "ay Dios mío se me va a morir el muchacho, que hago ahora?, gritó Memín, a todas estas las hijas mayores de Memín que fungían como madres del muchachito se habían despertado, al ver a Ender sangrando entraron en pánico, Memín les dijo "miren mijas, lleven a Endercito al dispensario, yo tengo algo que hacer", las muchachas no tuvieron tiempo a reaccionar pues Memín se volteó y salió disparado por la puerta de la casa.
Mientras tanto el trío de bandidos comenzaba a hacer de las suyas, entraron a uno de los tantos ranchos del barrio y gritaron "Quietos, quietos, aquí nadie se mueve o los quemamos, entreguen lo que tienen, y sepan que aquí mandamos nosotros". Con la misma salieron echando balazos a diestra y a siniestra para proceder con la misma operación. Empujando a una viejita de un golpe se metieron en otro rancho, "ay vetusta, que es lo que dice la vieja esta" dijo "Tronquito", "mire mijo yo no tengo nada" decía la pobre mujer desde el piso, "dame los churupos esos que cobras del Seguro Social o te quiebro aquí cadáver ambulante" gritó "Bala Fría", a la mujer no le quedó más remedio que sacar la poca plata que tenía en el monedero y entregarla a los maleantes.
El grupo de joyitas siguió su camino, rancho por rancho, despojando de sus pertenencias a cada habitante del barrio, una vez recorrido todo el barrio se dispusieron a montarse en un carrito por puesto que se habían robado el día anterior para perderse en la noche a cantar y celebrar con el botín alcanzado como parte del plan maestro. Unas cuadras más arriba en un galpón abandonado un hombre vestido con una armadura de zinc se montaba en un Ford Maverick año 76 con una viga T en el parachoque delantero, una pelota de tennis en la antena y una calcomanía que decía "No te pegues que no es bolero" adornaban el potente vehículo del superhéroe, le costó un poco subirse al carro pues el zinc no es exactamente el mejor metal para forrarse, una vez adentro prendió el reproductor y las notas de Jossie Esteban y la Patrulla 15 comenzaron a sonar, tocó algunos botones y la puerta del galpón se abrió, un estruendo movió los cimientos de toda la montaña y el Maverick aceleró echando fuego por el tubo de escape.
En el potente bólido Memín apenas podía contener las lágrimas, la idea de perder a su pequeño Ender lo había sacado de sus casillas y finalmente se decidió a tomar justicia por sus manos, en la autopista los tres anti-sociales iban cantando y bebiendo, disfrutando del momento glorioso, reían y hacían chistes de las caras de terror de los habitantes de Cariaquito, de pronto un golpe sacudió el carrito por puesto, al mirar hacia atrás vieron a un carro con una viga en el frente que los chocaba repetidamente mientras sonaba una sirena de ambulancia, apagaron la música y lograron escuchar por lo que parecía un megáfono con gripe una voz que les dijo "Deténganse malandros del coño, es Memín-Tombo, protector de los desamparados, paren esa buseta de inmediato o prepárense a morir."
Mientras "Bala Fría" aceleraba "El Boggie" y "Tronquito" comenzaron a disparar contra el Maverick sin mucho éxito pues el mismo estaba recubierto con una especie de cobertura de hecha a base hierro oxidado, Memín-Tombo continuó golpeando el autobusito hasta que logró hacer que se detuvieran en plena autopista Valle-Coche, los antisociales saltaron del autobús y se encontraron a un personaje forrado de zinc con una MT en el pecho y una especie de palo negro en la mano, sin pensarlo dos veces comenzaron a disparar a diestra y a siniestra pero Memín hábilmente se escondió detrás de la viga, con la misma accionó su arma secreta que no era otra cosa que una pistola de electricidad casera que el mismo había fabricado, los maleantes sorprendidos comenzaron a temblar hasta caer rendidos en el piso echando humo por la ropa. Memín se acercó y pudo constatar que los malandros estaban aturdidos por causa de la descarga eléctrica y procedió a amarrarlos con unos cables viejos y teipe de electricista.
Subió a los maleantes al carro y manejó hasta la Fiscalía General de la República, una vez allí los bajó del carro, los llevó amarrados hasta la puerta y los electrocutó con su arma secreta, una vez chamuscados les puso una nota que decía "Cortesía de Memín-Tombo, desempleado, jugador de 5 y 6, superhéroe por necesidad y padre de familia…..
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