Wednesday, April 05, 2006

Carta a quien la quiera...

Ahora me acuerdo, recuerdo donde comenzó todo, al menos eso creo, quizás eso me hago creer, simplemente eso me permito decirte. Era una tarde como todas, de esas que pasan al olvido sin siquiera saber que existieron, uno de esos días en donde se nos pasa por alto que cada minuto cuenta, que cada hora es parte de nosotros, que los días no vuelven y que venimos una sola vez. A los rencores y molestias no les importa cuanto tiempo les llevemos, esa es su profesión, a eso se dedican, debemos erradicarlos so pena de cargarlos eternamente, mientras pasa el tiempo nos alejamos de aquello que un día soñamos.

Me vienen a la mente trazos de aquellos días, todos tenemos un pasado, todos tenemos un futuro en algún lado, es solo que si lo dejamos ir por no hacer un esfuerzo, tarde será cuando tratemos de alcanzarle de nuevo. Hay lugares específicos, hay momentos determinados, pero los problemas no se resuelven escondiendo la cabeza y mirando hacia otro lado, hay situaciones claras, hay espacios vacíos, pero las diferencias hay que hablarlas y no dejarlas guardadas en un cajón para que crezcan hasta romper la cerradura.

A veces, solo a veces debemos bajar la guardia, mirar hacia delante y retomar el camino por donde vinimos. Cuando pensamos que no tenemos nada que perder y nos da por ser presas de la definitiva es cuando usualmente cometemos los errores más costosos. Nadie dijo que iba a ser fácil, sería aburrido, sin sentido, los obstáculos son solo piedras en el camino, y esas piedras hacen que el camino sea más humano, adornan nuestro andar, es solo que debemos aprender a esquivarlas, o quizás a tropezar con ellas, varias veces, hasta que en el fondo de nuestros seres aprendamos, nos convenzamos que la vida es corta pero se nos hace larga.

Yo no he venido a recordarte que existo, no estoy aquí para obligarte, no pienso rogar, no tengo intenciones de molestar. Si muy lejos me enviaste es por algo que lo has hecho, si tu tienes tus razones, yo las mías guardo aquí, en tu mundo no hay cabida para seres de mi estirpe, no te aflijas, ya no llores, este peculiar lugar tiene una forma de jugar, no preguntes de que trata, pues no se su validez, cada vez que pienso en ti y veo mi mundo al revés solo puedo sonreír pues no eres más que la razón de mi existir.

Como ves ni yo me entiendo, es por momentos que disuelvo, interiorizo muy adentro que yo se que es lo que siento. Si el mundo me lo quita yo devuelvo la visita, sin embargo si me dan solo debo agradecer, no es perder, no es hacer, es tan solo un querer, de esos locos y eternos, bien sabidos y testarudos, amigables y rozagantes, desde ahora al infinito, de un paso a un brinco. No me trates de entender, yo solo he venido a ser, desde lejos tu desprecio hace mella en mi andar, si un momento recordaras en aquello que creíste no dudarías ni un segundo en buscarme como aguja en el pajar, es mejor estar sin ver que pasar el resto escondidos con pesar.

Muchas letras he escrito, en mi largo caminar, nunca buenas, nunca sabias, solo reflejo de mi andar. Muchos sueños he tenido, unos rotos, otros completos, solo que mentiría si te digo que no sueño contigo. Cuando mires a la noche y veas esa estrella pasar recuerda que hubo alguien que nunca te dejó de amar. Si en tu risa ronca y gruesa sientes que falta un pedazo, no preguntes, mira al cielo, y allí estaré prendido. Hace tiempo que dejé de preguntar, eso ha aliviado mi pesar, solo quisiera hacer una pregunta más, pero mi promesa he de reservar, si la hago no sería, de no hacerlo duda eterna, hoy prefiero ver adentro que mañana no poder.

Lo infinito no se define, más bien carece de esa cualidad del fin, este dulce trabalenguas tiene un comienzo sin final, eso creo, eso siento, y aún no aprendo a esperar. Te agradezco que me avises si un minuto has pensado, desde un lado o del otro, y porqué me has abandonado, yo sigo parado en mi lugar, al igual que en mi pasado, sin promesas ni esperanzas solo recordando que se fue, entender sería mucho, el saber es de los dioses, si tu sabes y yo se porqué dañar lo ya creado, que no quede en el pasado lo que es nuestro futuro, poco a poco, paso a paso, te alejas lentamente, hoy no sientes, quien sabe mañana, y ni siquiera ha pasado una semana.

Como ves ya me voy, he robado tu ocupado tiempo, me encargado de quitarte un minuto del pensar. Si tu crees que está bien pues continúa bien derecho, solamente te recuerdo que escriben líneas rectas sobre nuestro camino maltrecho. Sin dudar has decidido que el pasado es mejor, no olvides ni recuerdes, pues ave de paso soy, pido disculpas por haberme inmiscuido en tu perfecto sazonar, nunca fue mi intención herir ni menos hacerte llorar, cuando busques algún día a mi sombra en tu costado, no podrás determinar si estoy o no a tu lado…