Thursday, March 30, 2006

Sumarial

Dices, tantas cosas dices, lo gritas a los cuatro vientos, pero no quieres que nadie lo sepa. Es tu secreto, que has revelado al decírmelo, pero sigue siendo tu secreto, o quizás es de los dos, pero es que no hay secretos de dos, o si?. Ahora tu secreto es mío, forma parte de lo que se y puedo entender, quien sabe si realmente entiendo, aquí en este planeta hay horizontes llamados a solo ser vistos sin comprender su esplendor.

Me siento, a conversar conmigo mismo, tengo tiempo sin hablarme, a veces se me olvida que existo. Me hago algunas preguntas, las contesto sin pensarlo mucho, sonrío, usualmente cuando mis respuestas carecen de profundidad quiere decir que mi mente está en otro lado. Indago un poco más, aún no deseo responderme, o quizás me he respondido y no me he escuchado, estoy frente a un espejo, el reflejo de mi alma.

Ordenas que me calle, so pena de incurrir en un delito infinito, tu secreto, debo guardar, pero donde lo pongo?, me pregunto, ese tipo de secretos van a lugares muy precisos, en donde solo llegan pocos, donde habita la razón de nuestra existencia. Los secretos pueden tornarse prohibidos pueden ser la causa del olvido, nos liberan de presiones, nos exigen decisiones, son secretos, eso son, conocidos a una parte, incansables en su andar.

Cuéntame, eso me digo, pero me rehuso a declarar, me exijo que me concentre, demando atención a mis preguntas certeras y precisas. Pretendo descubrir de una vez de que se trata, pero me niego a dejarme entrar, mi distracción es benevolente, por qué habría de dejarla ir, por un capricho de mi razón empecinada?, como explicas todo eso que no está en los libros, que escapa lo mundano, que te hace más humano.

No entiendes la base en donde se sustenta tu secreto, me permito decirte que los secretos son trozos de viento que penetran nuestros tímpanos haciéndonos sonreír, o por el contrario llorar, pero ellos no saben de reglas, ni destinos, solo conocen su verdad, y por eso son secretos, para lograr su cometido, para llegar a puerto firme, para alcanzar sueños perdidos, para cimentar en uno, lo que dos han convenido.

Me miro a los ojos, ellos no podrían mentirme, llevan tatuado el saber de mi existir. Apenas pestañean, permanecen incólumes ante mi asecho, no pretenden hablar de más, no quieren ser cómplices de jugar con la verdad. Mantengo esa sonrisa que pocos saben disfrutar, pretendo hablar, pero solo cuando pueda expresar, a veces es mejor callar, aún corriendo el riesgo de naufragar.

Nace en ti, sale, regresa, regalas en tu mirada el sabor de ese secreto, ahora lo he probado, estoy consciente de lo que significa, le puedo ver. Como ves el secreto ya es divisible, se comparte, tiene principio y final, lo podemos guardar y proteger, podemos verle crecer. Agradezco que lo hayas entregado, disfruto que lo hayas compartido, es puro como el agua en el nido.

Ahora todo es una mezcla, un sin fin de colores que nublan los sentidos, no pretendo hacerme más preguntas, las respuestas ya las conozco. Te acercas y me tomas de la mano, me invitas a volar en la inmensidad del resto de la existencia, tu secreto me has dado, el mío he liberado, y de ahora y para siempre somos uno reflejados en nuestro espejo, en el espejo de aquello que llaman vida…