Wednesday, March 10, 2010

Reactor Nuclear

En aquel salón de reunión, uno de esos con cuadros de Bolívar y el Desdentado de Sabaneta, se encontraban los más altos funcionarios del gobierno bolivariano discutiendo la preocupación inmensa que llevaban por dentro a causa de la constante conspiración manufacturada a manos del imperio, si, el mismo imperio con todo y Mickey Mouse quien se había encargado de robarnos toda la electricidad que produce el Guri por medio de peces “chupa voltio”, para mantener los casinos de Atlantic City prendidos toda la noche, y que mantenía al país en medio de una crisis energética nunca antes vista. Cada quien exponía sus distintas historias acerca de la amenaza que significaba tener al gigante del norte infiltrado en pleno territorio chupando los preciosos voltios producidos por aquellas inmensas turbinas a las faldas del Caroní, así los sabios ministros y consejeros sacaban mapas de la localización exacta de los focos infecciosos e informes redactados por hábiles espías que señalaban con precisión las intenciones del imperio malvado no solo de seguir robándonos la electricidad sinó de invadir para sustituir las arepas por panquecas.

"Esto no lo podemos permitir, hay que buscar soluciones ágiles, rápidas, bien pensadas y que nos libren a largo plazo de la sombra aterradora del gigante del norte" dijo uno de los brillantes consejeros del gobierno, "yo creo" soltó otro ingenioso ministro, "que debemos armar al pueblo con cabillas y botellas de refresco llenas de alcohol, eso sin lugar a dudas sorprendería a los soldados imperialistas en caso de una invasión". "Pues bien, me permito decir que considero que debemos entrenar a todos los perros callejeros de la ciudad capital y volverlos 'perros bomba', esa si es una buena técnica de ataque, para luego echarlos al Caroní para que se coman los pescados y se inmolen por la patria", "por mi parte, decía otro ilustre ministro, dejo claro que me da la impresión que podemos atacar al imperio por medio de las chicas, contratamos unas cuantas damas de compañía y se las soltamos encima a los soldados, eso muchachos al ver la belleza venezolana soltarán sus armas para entregarse a la Joda Nacional."

La discusión se mantuvo constante por más de tres horas, ideas desde construir un robot eléctrico que saliera desde una base construida en el embalse La Mariposa hasta un comando de Yanomamis destinados a rezar a los Dioses de las Lluvias habían sido expuestas hasta que otro de los genios a bordo del tren ministerial del gobierno dijo "están hablando mierda, aquí lo que hace falta es un reactor nuclear para definitivamente terminar con el problema de la electricidad, una vez construido le podemos regalar El Guri a quien lo quiera y además alejar cualquier posibilidad de ocupación por esa nación extranjera que quiere apoderarse de nuestra libertad revolucionaria", todos los presentes que realmente ya estaban cansados y con hambre comenzaron a aplaudir con gritos de euforia "que viva la revolución", "energía nuclear es lo que nos falta", "ahora si que se van a cagar". El genio de la idea explicó que el reactor nuclear no solo crearía terror en el imperio, al igual que con astucia y dedicación se podría usar el mismo para fines de generación eléctrica y defensa nacional.

Una comisión fue creada para la misión secreta de comprar, traer al país, instalar y poner a funcionar el reactor nuclear. Después de meses de viajes incógnitos y de reuniones con individuos que si no hubieran nacido Walt Disney los habría pintado de malos en una de sus películas, el negocio se cerró, la Misión Reactor había rendido sus frutos en su primera etapa y el recién construido y reluciente reactor nuclear fue traslado a una plataforma construida al lado de de la represa del Guri que serviría de base para su uso en pro de la defensa de la revolución. Asimismo, una bella planta fue construida en los meses de espera por el reactor, instalaciones de primera, dotadas de la mejor tecnología y solamente esperando que llegara la semilla que la iba a hacer crecer y desarrollarse.

Wilfredo Natera Gómez desde niño mostró su inclinación por la química, la física y ciencias afines, cuando tenía tres añitos le voló la cocina a su mamá con un jueguito de química para niños, a los siete creó un aparato que transfería la electricidad de la nevera al microondas creando una fusión de átomos rebeldes que permitían cocinar un lechón en dos minutos, con quince años demostró que la energía solar podía ser utilizada para descontaminar las aguas y a los diecisiete entró en la Universidad Bolivariana en donde se graduó en dos años de Ingeniero Mecánico, Químico, Espacial y Nuclear. Wilfredo trabajaba en una panadería en donde aplicaba sus conocimientos a la preparación de cachitos de jamón y de unas tortas deliciosas, un día al abrir el periódico se enteró de la compra del reactor, con agilidad movió los contactos que tenía dentro del partido y de un día para otro pasó de hornero a Ingeniero Jefe de la Misión Energía.

Montado en el Chupa Dólares Wilfredito discutía la importancia de la energía nuclear con los miembros del gabinete, el poderoso Airbus surcaba los cielos con destino al Guri, una vez en la planta llamada "Al-Khalifa Youssef" en honor al iraní que había diseñado el reactor nuclear, los integrantes de la comisión y el nuevo ingeniero jefe paseaban felizmente conociendo las instalaciones, finalmente y después de una sencilla y humilde parrilla en donde comieron carne argentina y bebieron vinos chilenos se dirigieron a donde se había instalado el ahora llamado "bebé de la revolución", después de las felicitaciones clásicas de esos momentos y las alabanzas jalabolísticas propias de los gobiernos se fijó la fecha exacta para inaugurar la magnífica planta nuclear y poner en marcha el reactor.

Wilfredo sin pensarlo llamó a unos cuantos compinches para que le ayudaran a conformar el tren de especialistas para poner en marcha el reactor, así Carlos Manuel Peraza, plomero de profesión, Luis Domínguez, estudiante activo de la UCV por 22 años con tres materias aprobadas, Jerson Saéz, motorizado con moto propia y Pablo Mora, ingeniero futurístico graduado en la Universidad Bolivariana pasaron de lo ridículo a lo sublime con suma facilidad. Otros cuantos especialistas y personajes muy capaces fueron contratados para cubrir todos los puestos necesarios para abrir la planta el día diecisiete de Diciembre.

La expectativa creada en torno a la apertura de la planta se había hecho sentir a lo largo y ancho del país, propagandas en la televisión, pancartas en las calles y artículos en los periódicos con entrevistas a los nuevos líderes en materia nuclear. Wilfredo era el hombre del momento, el soltero más solicitado de toda Caracas, se había comprado su pent-house en Altamira, una moto Harley Davidson y un closet completo de pintas a la moda. La vida le sonreía, el futuro se veía claro, el mundo a los pies de Wilfredo, la energía nuclear lo llevaría al estrellato.

Aquella mañana Wilfredo Natera Gómez se levantó feliz, se acomodó, se subió a su potente moto y se fue al lugar secreto de donde sería traslado a la planta nuclear. Una vez allí comenzó los preparativos para encender el poderoso reactor nuclear, durante varias semanas aquel grupo de gente capacitada trabajó arduamente para poner a tono las instalaciones en vísperas del gran día de júbilo y logro para la revolución.

Todo el tren ejecutivo se apersonó el día de la apertura, las cámaras de la televisora estatal se encontraban presentes y el ambiente de fiesta reinaba en aquel monte en el medio de la nada. La inauguración solo sería realizada frente a integrantes del gobierno, sin público presente, que solo podrían disfrutar del magno evento a través de sus televisores. El Presidente de la República tomó la palabra y dijo "Un niño tuvo un sueño mesmo, mesmamente mesmo, un sueño, un sueño de derrotar al imperio, hoy aquí Wilfredito mesmo, nos brindará la alegría de saber que el imperio no podrá con nosotros, hay café?, porque prender un reactor nuclear sin café es como no prenderlo, bueno bueno orden, ha llegado la hora, no me voy a extender mucho porque hoy el día es de todos, principalmente de Wilfredito, pero de todos al fin mesmo, de la revolución, de Fidel, del Ché y de todos los mártires que luchan por la igualdad social mesma". "Bueno Wilfredo", dijo el Presidente, "vamos a echarle pichón", Wilfredo se acercó al micrófono y dijo "señor camarada Presidente, le cedo el honor, por favor, apriete este botoncito rojo para poner en marcha el futuro del país".

El Presidente accionó el botón y un ruido ensordecedor se apoderó de las instalaciones, Wilfredo dijo "tranquilos que eso es normal", el ruido se hizo más agudo y la planta comenzó a temblar, "que esta pasando aquí Wilfredo? gritó el Presidente, "tranquilo que estos reactores prenden así, esta vaina es potentísima, disfrute el momento", al terminar de decir esto Luis Domínguez, el estudiante eterno, gritó "fuego, fuego, ay coño esta vaina va a explotar", estas palabras causaron que todos los valientes revolucionarios pegaran la carrera para intentar salvar sus vidas, de pronto a lo lejos se escuchó un carajazo, en cuestión de segundos toda la planta estaba destruida llevándose todo lo que encontraba a su paso, en medio de la carrera el Presidente le preguntaba a Wilfredo "mesmamente Wilfredo, tu no me dijistes que tu sabías de esto?, Wilfredo pálido pero bien vestido respondía "mire camarada el profesor cubano que nos tenía que dar las clases de energía nuclear en la universidad nunca apareció, decían que se había escondido para no volver a Cuba, yo no lo creía, pero eso decían los camaradas en la universidad."

Subieron la mirada y una lluvia fuerte caía sobre todos los presentes y el presidente gritaba a todo gañote “mesmamente mesmo, agua, agua, lluvia del cielo, gracias María Lionza, gracias al Cacique Guaicaipuro, lluvias, y mas lluvias, al menos de lo malo sale algo bueno, mesmamente, Venezuela destruida pero con lluvia.” Alguna foca se limitó a susurrarle al oído “el agua que cae se debe al coñazo causado por la explosión que lanzó al Caroní por los aires, ahora no hay Guri, no hay reactor y el Caroní quedó regado hasta Mérida en distantes charquitos.”

Al día siguiente el titular del periódico decía "los integrantes del gobierno lograron escapar el terrible accidente nuclear en el Guri, según opinan los expertos los miembros del gobierno siguen siendo ineptos, corruptos, incapaces, sinvergüenzas y ahora para colmo de males empezarán las mutaciones...