Wednesday, September 28, 2005

Tiempo

Lo estuve pensando por más de 10 años, aceptar o no el ofrecimiento de mi entrañable amigo Klaus Jesús Schoenfeld Medina, científico de padre austríaco y madre maracucha, 10 largos años sopesando todas las implicaciones que un viaje en el tiempo podría tener. Klaus había diseñado lo que según él era la verdadera y única máquina para viajar a través del tiempo. Hacía ya tres días que Klaus me había planteado la idea por última vez, Policarpio me dijo, tu sabes que yo no tengo la valentía para lanzarme a través del tiempo, ya estoy viejo y cansado, así que te propongo una vez más que pruebes realizar el viaje a través del tiempo, si tu respuesta es positiva lo haremos el sábado, si es negativa pues destruiré el artefacto y quemaré todos los planos.

Reconozco que sentía una gran curiosidad por todo este asunto, volver atrás y cambiar ciertas cosas, rehacer de nuevo mi existencia, pero que podría pasar si la máquina fallaba, si queda atrapado en otra dimensión, si los actos que realizase en el pasado tuvieran un efecto catastrófico en el presente o futuro. Muchas dudas invadieron mi mente pero después de una noche en vela en donde me despedí de mi loro Pedro Pablo y mi perro sin nombre agarré el teléfono y le dije a Klaus "le damos el sábado" y tranqué.

Me levanté muy temprano aquel sábado, caminé hasta casa de Klaus quien al verme me recibió con un cálido abrazo a la vez que me decía "yo sabía que no me ibas a fallar, tu eres el único "loco cuerdo" que se atrevería a embarcarse en una aventura así. Klaus tenía una teoría acerca de los "locos cuerdos", personas locas de bola como para montarse en una máquina del tiempo y lo suficientemente cuerdas como para tomar una decisión extrema en un momento decisivo, según Klaus yo era el hombre que cumplía con esas características a cabalidad y por ende su insistencia en que yo fuera el encargado de viajar por el tiempo para darle la fama inmediata a este científico y a mi darme unos churupos para comprarme una cabaña en las montañas de Montana y perderme para siempre.

Klaus me preguntó que porqué coño me había puesto el uniforme de baseball del colegio donde estudié, que además me quedaba estrecho, yo le dije, mira Klaus ahí es donde quiero ir primero, a ese juego en el año '87 donde solté la línea tendida entre dos y me resbalé cruzando de primera a segunda y ahí me quedé en el piso, con mi tercera esguince y con el dolor de haber perdido el campeonato de la Liga Avila. Klaus me dijo, pues bueno si eso es lo que quieres pues para allá te mando primero, eso sí esconde bien la máquina, y luego la buscas para seguir tu travesía.

Klaus me explicó que la máquina podía ser alimentada con información para 5 viajes distintos, es decir, 5 fechas distintas, la primera sería aquel juego de baseball y después procedí a enumerar las otras cinco. Bueno Klaus después me voy al año '89, a la fiestita aquella donde Luis Fernando Marquéz me agarró desprevenido y me puso el ojo pepudo pues según él estaba mirando mucho a su noviecita, luego brinco para el año '91, al día exacto en que decidí estudiar Derecho en vez de Aviación, no me la calo, lo mío es estar guindado a 37.000 pies, luego al momento de mi graduación como piloto y por último Klaus al año '92 al momento en que reventé a Beatriz Elena, quiero pedirle disculpas por haberme portado tan mal, es más, mejor llegar un día antes y simplemente decirle lo que pensaba en ese momento. Klaus meticulosamente introdujo las fechas en la máquina y me dijo, bueno mi amigo llegó la hora, siéntate ahí y lígala que todo salga bien.

Ya adentro de la máquina me persigné y cerré los ojos, después de unos minutos y unos cuantos sonidos extraños, caí de un carajazo en el dogout del campo aquel donde jugaba baseball, mierda esta vaina funciona pensé, en ese preciso instante me gritaron Policarpio es tu turno, me paré en el home y al primer lanzamiento solté el mismo batazo, solamente que esta vez al pisar la primera base lo hice con cuidado y pude llegar parado a segunda, lo demás fue historia pues el próximo bateador me empujó con la carrera del gane.

Pisé el home y seguí corriendo para montarme en la máquina otra vez, de pronto caí en la fiestita y cuando me volteé Luis Fernando se acercaba con todas sus malas intenciones, agarré una rolinera de esas que se usan para darle más peso a los bates en el círculo de espera y se la metí por la boca, le tumbé dos dientes y los agarré y los guardé en una bolsita de terciopelo en donde tenía el anillo que le iba a dar a Beatriz Elena. Al tratar de correr me paró Luisa María Rondón y me besó sin más ni menos, eres mi héroe Polito me dijo, yo la miré y salí corriendo sabiendo que estaba arriesgando mi reputación.

A la máquina nuevamente, ya en mi carro y manejando hacia la UCAB me desvié y seguí hasta el Aeropuerto Caracas, me presenté y empecé a volar, volví a la máquina para llegar al día de mi graduación como piloto, agarré mi diploma y salí corriendo. Llegó la hora de Beatriz Elena me dije, y me lancé. Allí estaba parada como siempre con sus ojos bonitos pero tristes, la sorprendí y le dí el anillo, sin más ni menos, corrí otra vez y le dije luego te explico.

Escuché un sonido conocido, era la puerta de mi habitación, mi Mamá gritó Policarpio a despertarse que es tarde!!!!!!!, de un brinco caí en mi colchón, sudado, asustado, extenuado, coño no puede ser que esto haya sido un sueño me dije a mi mismo, miré hacia un lado y ví como un trofeo distinto a los comunes se encontraba en mi repisa, Liga Avila, Torneo '86-'87, Equipo Campeón, en mi mesa de noche vi una bolsita de terciopelo, la abrí y allí estaban los dos dientes que le tumbé a Luis Fernando Marquéz, me paré y en mi closet me encontré mi uniforme de piloto, en eso sonó el teléfono, Hola corazón!, dijo la voz siempre suave de Beatriz Elena, como estás?, coño pensé, que es esto?, hola alcancé a decir, te puedo llamar después Beatriz?, pasa algo malo Poli?, me dijo ella?, no no, te llamo ahora, el teléfono volvió a sonar esta vez era Luisa María, Hola Polito como estás?, ay carajo pensé, ahora si la cagué, tengo dos mujeres que peo, hola dije, mira Luisa te llamo ahora y colgué.

Me vestí y salí corriendo a casa de Klaus, mi amigo sonriente me dijo lo logramos!!!!!!!!!, yo simplemente alcancé a decir lo que logramos es meterme en un peo gigante, prepara esa máquina que tengo que volver. Klaus me miró y me dijo, Policarpio la máquina no sobrevivió el último viaje, no te puedo mandar otra vez, por cierto hoy vienen varios reporteros, canales de TV de todo el globo terráqueo a reportar este magno evento, lo paré y le dije, coño Klaus es que hoy me di cuenta que tengo dos mujeres. Carajo Policarpio no te podías quedar tranquilo?, la idea era demostrar que se puede viajar en el tiempo sin meterse en rollos insolubles. Bueno Klaus es que arreglé un peo pero me metí en otro, yo no pensé que un simple contacto iba a hacer que Luisa María se quedara conmigo. Klaus sonrío y me dijo tranquilo Policarpio, vístete para la rueda de prensa, yo te conozco como si te hubiera parido, ya tengo una maquinita nueva para borrar memorias y cuando se arme el peo entre las dos cuaimas simplemente la pruebo…solo pude alcanzar a decir, coño hermano usted es bien arrecho…

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